Este es otro de los relatos que tenía ganas de leer después de algún comentario muy positivo que leí en el último CPV. Escribo este comentario sin haber leído los previos, por cierto.
Me gusta el estilo de lenguaje. Me resulta más evocador que las construcciones directas. Sin embargo a veces me confundo en el significado, y me resulta también chocante que un ser como el que nos narra -yo lo he venido a imaginar como un golem u homúnculo, aunque me da que es más bien una especie de espejo- tenga un vocabulario tan grande a su alcance para describir lo que le rodea. Si es una criatura tan joven y creada de la nada, ¿de dónde saca tanta sagacidad? Gustándome como me gusta la fantasía, no me cuadra que provenga de su construcción arcana.
Otra cualidad del relato que me gusta, como ya pude ver con Amalia, son los interrogantes que te despiertan y te agitan. Ay, pero debe poder haber traza de respuesta en ellos. No me vale que un narrador omniscente se identifique como juguete del Destino o capricho de los dioses sin ofrecer en su relato una explicación, una conclusión, un desencadenante que justifique su leyenda. Estoy influenciado en esto por el patán de Geralt de Rivia, autodenominado juguete del Destino que lo acaba siendo de boquilla después de siete interminables libros.
El tercer punto que para mí es positivo es su longitud y su construcción. Punto de vista acertado, ajeno a la escena principal. Ambientación constante a lo largo de todo el desarrollo. Muy ameno de leer, aunque como he comentado, confuso en alguna ocasión.
Por último, entiendo que se habla del mito de Romeo y Julieta. Debo decir que es la versión más extraña que he leído jamás
Da gusto y un poquito de miedo ver lo fácil que es la literatura para algunos como tú, Raoul. Felicidades por el relato y por el premio que tuviste.