Paraná escribió:joserc escribió:Argentinita, ahora que lo pienso, sí que te pega escribir esto, mira tú.
Te cuento una anécdota, José. Una escritora argentina de perfil muy crítico, va con amigos al estreno de un obra teatral que les pareció un mamarracho indefendible. A la salida, en el hall, se les acerca el autor con los ojos brillantes de expectativa y gozo, esperando algún comentario. Ella le dice, abrazándolo con algo de aspaviento, algo así como: "¡Querido! ¡Es tan tuyo, tan propio de vos!" Y con eso zafó; ni mintió ni lapidó al pobre tipo.
Tus palabras pueden ser un halago o una lápida. ¡Me quedo con lo primero, por supuesto!
Mi criatura, como ustedes llaman a las letras, ha recibido palos y flores por igual. Pero las flores son tan bonitas que obviamente me quedo con ellas. Algunas de las más fragantes me han venido de vos
Bueno, es que el estilo de cada uno no creo que sea bueno ni malo, cada cual tiene su público. A mí el relato de Jilguero no me gustó, pero lo dije: a quien le gusta, seguro que le encanta. Mira, me vas a correr a hostias lo mismo, pero yo no puedo soportar "Cien años de soledad". Me es imposible leerlo y te juro que lo he intentado, pero me resulta cargante a más no poder. No sé, el Quijote, por ponerte otro ejemplo. Los clásicos se llevan las manos a la cabeza, pero lo cierto es que quitando los bestseller-basura (tipo 50 sombras), el gran público quiere leer disfrutando, entendiendo, sorprendiéndose. Eso no se consigue con textos con los que hay que pararse a pensar en cada línea. Y no es una cuestión de que haya que escribir cosas facilitas, si no, más bien, de transmitir de forma suave.
Por cierto, mañana domingo tenemos mega encuentro de escritores de microrrelatos. Más de cuarenta personas nos juntaremos con nuestras actrices lectoras. Porque te viene retirado, que si no, estaríamos encantados de contar contigo, argentinita.