Moderadores: kassiopea, noramu
, siempre me han encantado este tipo de historias de bucles temporales y demás (es más, algún día tengo un idea para escribir mi propia historia...), aunque por otro lado sería una desventaja también, ya que poco me pueden llegar a sorprender ya que he visto de todo tipo. Pero bueno, esto último no le doy importancia si la historia tiene "chicha" y en este caso la tiene. Es más, ese cambio brusco que parece que da la historia cuando descubres lo que ocurre me ha sorprendido gratamente. Aquí parece que el bucle es que parece que nunca saldrá con vida si no abandona a su amada, ¿repetir siempre ese momento juntos y luego morir buscando una forma de escapar o abandonarla y avanzar en un tiempo sin ella? ¿Es el "destino" lo que quiere, o hay alguna forma de vencerlo? ¿Se cansará el protagonista al final? Como he dicho, he visto bastantes historias de este tipo y me viene a la cabeza el juego "Life is strange", donde al final solo hay dos opciones después de tanto luchar...Me encanta esta frase, más poética imposible.Voy a morir, se deshilachará mi alma en el viento del Cáucaso. ¿Qué puedo hacer?
Me alegra que la luna no sea pálida o plateada. Atrevida está de lujo....la blanca piel reluciendo triunfante bajo la atrevida luz de la luna.
Primera carcajada. Gracias, la risa está últimamente muy cara.Y pruebo otra vez:
—He cambiado de opinión: ¡quiero un padrino! Aplacemos el duelo.
Piotr se niega y dispara. Vuelve a matarme, ¿por qué nunca falla?
—¡Kátenka, huyamos!
Sorpresa y segunda carcajada. Pienso, ¿qué es esto? ...y sigo riendo.Puedo hacerlo mejor:
Disparo a Piotr antes de la señal. Sokolóv también tiene una pistola cargada y me mata. Tomo nota.
Precioso precioso precioso.Mi amada es azul. Es incertidumbre, nostalgia y tristeza; como el horizonte, como el preludio del amanecer que nunca llega.
Delirante, vuelvo a reírme. Siento mucha curiosidad a estas alturas de cómo acabará este bucle.Y otra más:
—Piotr, ¿puedes darte prisa? Tengo una cita con tu esposa y quisiera ser puntual.
Me mata… ¿acaso lo dudaba? ¿Por qué he dicho eso?
¡Me encanta!intento sin éxito prolongar el rato a su lado porque sé que al mínimo descuido trepa la maleza sobre la alfombra y la habitación se torna monte, y allí siempre muero. Muero diez, cien, mil veces, para volver a perderme en ella, en su piel de marfil. Para poder decirle que la amo, que huya conmigo, que rompa esta maldición. No funciona disparar a ninguno de los dos porque me mata el otro.
En la segunda lectura me ha gustado mucho más si cabe. Me encanta todo lo que trata sobre bucles temporales. ¿Quien no ha deseado enfrentarse a una situación que ya conoce, con las armas necesarias, más sabio, sabiendo ya de antemano lo que va a suceder? Lo malo es que a tu prota conocer la situación no le hace avanzar. La solución sería que la amada considerase la posibilidad de huir, pero ahí entra en juego el honor. Además, entiendo que la dama no lo quiere cobarde. Otra cosa que he pensado es que nada de esto haya sucedido y todo esté en su cabeza febril y culpable, o sea que todo el relato se trate de una alucinación, pero no, no quiero, me niego, yo me quedo con el bucle delirante, con la dama morena, con la ropa tirada sobre el calicó, con el bosque que crece, con las paredes que caen. ¿Como se puede matar o morir con el sabor de unos labios tan recientes?No, no puedo renunciar a ella. No sé cómo, pero tengo en mis manos la pistola. Noto el tacto del mango de caoba con filigranas de plata. Junto a la ventana veo el espejo que me refleja, que le refleja a él que soy yo. Y disparo. Ninguna parte de mí debería desistir de su amor.
La fiebre me vence, le doy, me doy, sangro, crece el dolor, arden las mejillas, ella me habla, las lágrimas ruedan, el mundo gira, la hora azul, azul y blanca y, de repente, negra; los montes gritando, los cuerpos buscándose, el viento silbando, el vestido de tafetán, el duelo, la butaca, el olor a pólvora, el escritorio lacado, la tierra húmeda bajo mis manos…
Puedo convencerla, estoy seguro. Las fronteras no existen. El tiempo no es nada, el espacio se contrae en un único punto. Somos eternos. Y corro, beso, disparo, vivo, sufro, hablo, muero, amo, ruego…
—¡Huyamos, Kátenka! ¡Huyamos antes de que amanezca! Podemos irnos lejos, sabes que siempre podemos… ¡Lo dicen las montañas!
Y así me fue, Tolo. Y así me va...Tolomew Dewhust escribió:Además, que el año pasado ya leí a un colega forero decir que está por encima de esto y que él escribe lo que le apetece, sin miramientos de este tipo... y creo que hace bien
La historia me parece que está muy bien, de hecho me ha mantenido enganchado de principio a fin, pero te felicito especialmente por la forma de contarlo. Al comenzar a leerlo no me resultaron agradables las frases cortas, todas seguidas, pero en la segunda parte del relato cobraron sentido, ya que nos das mucha información que de otra forma sí que resultaría muy repetitiva. Lo que para una novela esas frases cortas serían desafortunadas, en este relato creo que encajan magistralmente. Me quedé con ganas de un final más cerrado, pero supongo que seguiría en bucle hasta que abriera los ojos y se diese cuenta de que su amada no lo quería lo suficiente, que no merecía la pena morir mil veces más (bueno, desconozco qué tal rendía la Kátenka en la cama...). Lo de ser ambientada en Rusia... pues la verdad es que no percibí la suficiente ambientación más allá de los nombres, pero tampoco controlo mucho del tema (igual que Miss Lleida el año aquel... "¿Y tú qué sabes de Rusia?"). Pero bueno, me ha encantado el relato!! 
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