FitzRoy se enroló en la armada a los 12 años. A los 23 años de edad ya estaba al mando de un velero de 90 pies de eslora enfrentándose a los peores temporales invernales para realizar un levantamiento hidrográfico del extremo meridional de América del Sur. Tres años más tarde regresaría al cabo de Hornos como una de las estrellas pujantes de la Armada y capitán del Beagle. Había decidido que le acompañara un joven naturalista llamado Charles Darwin, cuyos estudios tendrían un impacto revolucionario. De regreso a Inglaterra FitzRoy fue elegido diputado y más adelante fue nombrado segundo gobernador de Nueva Zelanda donde se convirtió en la cabeza de turco de los errores ajenos y le retiraron. Sin embargo logró recuperarse y se convirtió en el primer director de la Oficina Meteorológica Británica, el primer meteorólogo profesional a tiempo completo. En el año 2002, la Oficina Meteorológica británica rebautizó en su honor la zona marítima Finisterre, con el nombre de FitzRoy. Este libro demuestra que el honor fue más que merecido.
Roberto FitzRoy escribió:Quienes no se arriesgan jamás; quienes solo se embarcan con buen viento; quienes se ponen al pairo ante la proximidad de tierra, aunque les falte todavía un día de navegación; y quienes posponen incluso las labores más urgentes hasta poderlas realizar en condiciones fáciles y seguras son, sin duda, individuos extremadamente prudentes. Pero no se parecen en absoluto a los oficiales cuyos nombres no se olvidarán mientras Inglaterra tenga una Armada.