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Autor: Philippe Claudel
Editorial: Minúscula
Traducción del francés de Lluís Maria Todó
Tour de force, 17
Páginas: 112
ISBN: 978-84-946754-8-5
Título original y año de publicación: De quelques amoureux des livres, 2015
Fecha de publicación: febrero de 2018
Sobre algunos enamorados de los libros a quienes fascinaba la literatura y que aspiraban a convertirse en escritores pero no lo consiguieron por diversas causas relacionadas con las circunstancias, con el siglo en que nacieron, con su carácter, debilidad, orgullo, cobardía, molicie, bravura, o incluso con el azar, que hace de la vida un juguete y de nosotros, en sus manos, tan solo diminutas criaturas, vulnerables y taciturnas.»
Philippe Claudel dedica su libro más irónico y audaz a aquellos que, empeñados en querer escribir, se convirtieron en desafortunadas, patéticas y delirantemente entrañables víctimas de la literatura.
Lo vi ayer en la biblioteca y me llamó la atención; y me lo he leido en un pis pas, que algunos relatos son de una sola línea (la mayoría de entre 5 y 10 líneas).
Me ha encantado este panorama de enamorados de los libros que rara vez han sabido cuajar su amor, por exceso de expectativas -propias o ajenas-, por torpeza o porque no era su momento. Es un libro que se lee en un momento, pero que también requiere una lectura más pausada, saboreando cada una de las historias de estos hombres y mujeres que aspiraban a escribir la "gran obra" y se quedaron en nada.
Algunas historias son irónicas, otras divertidas, otras, oníricas, absurdas, tristes... Toda una galería de aspirantes a escritories que por alguna razón no encontraron a su media naranja, un lector (o muchos) que disfrutaran de la lectura de sus obras (si es que las había) o no llegaron a conocerlo, o sólo les llegó la fama cuando ya no podían disfrutar de ella.
Por ejemplo:
aquel que creía ser el autor de un libro cuando no era más que su personaje
o
aquel otro que estuvo esperando en una habitación durante veintitrés años a que algún tema de novela viniera a visitarlo, cosa que no ocurrió nunca, salvo una vez, durante el sexto año, en un brumoso día de noviembre, poco después de las tres de la tarde, cuando había salido de la habitación unos minutos para ir al servicio, pero claros, a su regreso no se dio cuenta de nada y ya era demasiado tarde, pues en casos así siempre es demasiado tarde
y una de mis preferidas, la historia de
aquel que hace muchísimo tiempo armó un gran alboroto en Palestina hablando en voz alta y sin contención cuando el vino de palma se le había subido a la cabeza, y que arrastró tras de sí a una docena de jóvenes ociosos que abandonaron familia y trabajo para acompañarlo por los caminos, vestidos de harapos, recogiendo sus discursos confusos e iluminados, sin rechistar ni siquiera cuando proclamaba ser el hijo de Dios, lo que acabó poniendo muy nerviosos a los romanos -hay que comprenderlos-, que no se anduvieron con chiquitas y lo crucificaron tal como solía hacerse en aquel tiempo con los criminales, los ladrones y los agitadores, lo que tuvo como consecuencia que no pudo revisar jamás las pruebas de su libro, que a pesar de ello alcanzó la categoría de best seller durante dos mil años
Muy recomendable, especialmente en este foro que amamos los libros (y algunos hasta los escriben)