Mis padres y mis hijos - Samantha Schweblin

[Giada]

(Ilustración de Leticia Paolantonio)

Esta semana repetimos con una autora que ya leímos en el MC del año pasado, Samantha Schweblin (Buenos Aires 1975). El cuento que leeremos forma parte del libro Siete casas vacías publicado por la editorial Páginas de Espuma en el año 2015.

[Arden]

Pues no he acabado de entender la situación.

Llegan el nuevo marido con los niños, los abuelos están desnudos porque están como una cabra, y mientras ellos se presentan se supone que los niños desaparecen con los abuelos y la ropa de los niños está tirada por ahí. Hasta ahí bien, pero no los encuentran y llaman a la policía, y suben los padres al coche y mientras se alejan ve a los niños desnudos en el patio, se supone que es algo que no es real porque si no los habrían visto.

Imagino que habrá alguna metáfora que iguala la inocencia de unos viejos locos y de niños pequeños, y que todos ellos son inocentes y están lejos del mundo adulto y por eso son felices jugando desnudos. Pero no entiendo

¿por qué no los encuentran si en realidad se supone que están allí en el patio?

En fin, alguien que me ilumine.

[jilguero]

[clachalote]

Muy ameno.
Se me hace que

quien relata también tiene su toque de locura, por eso no dice nada. Y tal vez estaban escondidos por ahí (como dice también el relator), por eso no los encontraron, ya que al parecer era una espacio grande, tal vez una casa de campo.

Pienso que lo disfruté y me dejé llevar por el ritmo del relato.

[jilguero]

Pues yo tampoco me he enterado de lo que pretende la autora. Desde el principio, he supuesto que abuelos y nietos se iban a entender, que el problema estaba en la forma de verlo Marga. Pero el final me dejado descolocada. Quizás se calla porque los policías insisten en adultos desnudos y secuestro de niños, y él teme que van a culpar a sus padres de lo que no es.

A mí no me ha convencido mucho, no solo porque no me acabo de enterar, sino también porque toda la historia se nos va en buscar varias veces en cada sitio. Supongo intenta imitar el aturdimiento que se produce en esas situaciones, pero en un texto ese efecto se puede conseguir sin tener que hacerlo de forma tan literal. Y además se comportan de forma un tanto absurda no mirando tras lo setos.

Yo doy por hecho que estaban en alguna de las fincas colindantes y que simplemente han regresado.

[Kansas]

Es lo que tiene Samantha Schweblin, que tras leerla te puedes quedar un poco descolocada y confundida con la sensación de no haberte enterado de nada, pero si que tiene su sentido lo que cuenta. En este mundo de madres sobreprotectoras y falsas querencias, nos viene la Schweblin y aboga por la libertad y mandar las convenciones a tomar viento. Bueno, quizás los suegros de Marga pudieran tener Alzheimer o no, el caso es que quizás los niños necesitaran pasar más tiempo con sus abuelos, es con lo que me quedo de esta historia.