Cuentos de Raymond Carver

[Ororo]

La casa de Chef, que siempre será de Chef y no de Wes ni de ellos, con los muebles de Chef y las cosas de Chef, es la segunda oportunidad de Wes y Edna.
Es un paréntesis en sus vidas que se convierte en algo de ensueño (cerca del mar, olor a sal...), pero no es más que eso: un paréntesis.
Me ha gustado que el bienestar que ambos reviven esté simbolizado por una casa apacible.
El cierre de cortinas, para variar, el cierre de etapa. ¿A una peor? Yo querría confiar en Wes.
Queda patente que cualquier alteración en el transcurso del día a día apacible puede hacer recaer a cualquiera en esa situación. Queda muy bien reflejado.

Parece que es habitual que los finales de Carver marquen finales de ciclos o etapas en las vidas de sus personajes. Así paso con el hombre que prestaba dinero, con Belvedere y con éste.

Ha sido todo un descubrimiento este autor, madison

[primopons]

Pues mi preferencia no coincide con la de Fahrenheit y Jilguero. Puestos a elegir favorito de entre los cuatro leídos, yo me quedaría con Belvedere. En lo que sí coincido con Fahrenheit es en que me ha gustado esa frase casi final: "...echó las cortinas y el mar desapareció como por ensalmo", de fuerte valor simbólico. De hecho, al principio, uno de los argumentos de Wes para convencer a Edna de que acudiese a su llamada fue: "Edna, desde la ventana delantera se ve el mar". Así que el mar funciona como un símbolo de esperanza: esperanza de dejar el alcohol, esperanza de poder recuperar el pasado, esperanza de reconstruir una relación... Por el contrario, las nubes simbolizan dificultades, problemas. Cuando estaban en su mejor momento veraniego y Edna se quedaba dormida a la intemperie, las nubes pasaban de largo ("...Lo último que recordaba eran nubes que pasaban por encima hacia el valle central"); cuando Chef se baja del coche para darles la mala noticia "...había nubes sobre el agua"; y cuando al final Wes toma conciencia de su inevitable recaída "...permaneció en pie mirando al mar y a las nubes, que se iban extendiendo".

La elección del título sugiere que la casa de Chef es un elemento crucial para la rehabilitación de Wes. Supone un nuevo entorno, algo a lo que asirse para intentar el cambio, para soñar que puede volver a ser el que fue. Es como si, para creernos que somos capaces de cambiar por dentro, necesitáramos antes cambiar por fuera. Lo malo es que Wes ha elegido como trampolín de recuperación una casa que no es suya (como dice Ororo, los muebles de Chef, las cosas de Chef,...). Y cuando el dueño les comunica la noticia de que han de mudarse, Wes piensa que, del mismo modo que ésa no era su casa, la "nueva vida" que ha llevado ese verano no es su auténtica vida y, a partir de ese instante, volver a beber es ya cuestión de unos días...

Lo triste es que a Wes, más allá de casas y entornos, no le sea suficiente aferrarse a Edna, una mujer dispuesta a volver con él a pesar de los pesares. Claro que dejar el alcohol debe ser un asunto difícil.

[KatiaconK]

Y cuando el dueño les comunica la noticia de que han de mudarse, Wes piensa que, del mismo modo que ésa no era su casa, la "nueva vida" que ha llevado ese verano no es su auténtica vida y, a partir de ese instante, volver a beber es ya cuestión de unos días...

Esta es la clave del cuento, como siempre maravilloso tus comentarios.
La simbología de las nubes no me había dado cuenta, sólo había captado el simbolismo del mar y como con un cerrar de persianas lo que parecía una nueva vida se convierte en un intento fallido por cambiar su vida. Edna lo conoce muy bien y sabe perfectamente lo que significa. Por mucho que le grite yo te voy a ayudar, no estás solo...Wes lo simplifica todo con un "Yo soy como soy".
No sabría deciros cuál me ha gustado más, quizas "El Elefante" por como supo transmitirme el agobio del personaje...todavía estoy agobiá

[Arden]

Un relato muy triste. Sobre segundas oportunidades que se pierden porque lo bueno nunca dura, y porque estaba basado en algo tan intangible como el verano y que tan solo la aparición de unas nubes hace desaparecer, un espejismo.

Wes es alcohólico, quiere una nueva vida, pero la funda en algo que no es suyo como es la casa, en el momento en que desaparece la nueva vida desaparece también, lo sabe él y lo sabe ella.

Me ha gustado mucho los pequeños detalles en que se basa la (nueva) felicidad de la pareja: el mar, la sal, pescar truchas, no necesitan mucho para vivir, pero la casa la necesitan para esa nueva vida, y en cuanto desaparece (me encanta la metáfora de los nubarrones que aparecen y se extienden con la llegada de Chef con la mala noticia) la posibilidad de vivir en la casa, desaparece esa vida, y Wes entiende que ha sido solo un paréntesis y que volverán los viejos malos tiempos. Me ha gustado ver como ella empieza a ver esos pequeños gestos de él, la mano en la barbilla, él pasándose la lengua por los labios, que lo hacen ver al viejo y alcohólico Wes no al nuevo que la había hecho irse a vivir con él para pasar el verano.

En fin, el relato me ha gustado, el autor también, aunque me deja un regusto amargo. Lo que vemos en estos relatos son trozos de las vidas de los personajes, sin muchas descripciones, sin ponernos en antecedentes y en muy poco espacio vemos realmente cuál ha sido el pasado de los personajes, y cuál será su futuro también, y eso tiene un enorme mérito. Seguramente leeré algún libro del autor con más de estos cuentos que reflejan la vida de esas personas anónimas que pululan por el mundo y a las que los demás autores no les dedican muho interés.

[jilguero]

Parece que es habitual que los finales de Carver marquen finales de ciclos o etapas en las vidas de sus personajes. Así paso con el hombre que prestaba dinero, con Belvedere y con éste.

Pues sí, pero al menos esta vez la historia acaba con un cierto orden

"Wes se levantó, echó las cortinas y el mar desapareció como por ensalmo. Fui a preparar la cena. Aún teníamos un poco de pescado en la nevera. No quedaba mucho más. Esta noche haremos limpieza, pensé, y eso será el fin de todo."

, con lo cual la tragedia no me lo ha resultado tanto, en comparación a cómo quedó el hotelito de Belvedere.

[fresa_charly]

Ahora que ya terminamos con Carver, me alegro de que haya sido con este cuento, amargo y seco como los demás pero con un fianl que nos permite - a l@s ingénu@s, ilus@s, idealistas...- creer que Edna y Wes van a poder seguir con esta segunda oportunidad aunque sea en otra casa, en otro lugar... incluso si no se ve el mar.

Claro, si saco mi lado cínico (que también lo tengo), quedo convencida de que cuando se vayan de la casa de Chef todo volverá a ser como antes; la separación, el alcohol, el desencuentro, la infelicidad...

Pero este final abierto -tan propio de Raymond Carver- en esta ocasión deja cierto resquicio a la esperanza... y me gusta

Gracias a quien eligió este autor para el MC, porque me ha descubierto un autor en ocasiones incómodo, en otras duro, incluso cruel, casi siempre sorprendente, a quien leeré más en el futuro...

[Ayrween]

Primopons, qué observador, no me había dado cuenta de todas las veces que aparecen las nubes. Tendré que releerlo para fijarme mejor. En eso Carver me gusta mucho, no hay nada superfluo en sus relatos.

El final es bastante

desesperanzador. Wes cree que va a volver a beber y Edna se resigna a que sea así. La casa de Chef era demasiado importante para su recuperación. Aunque no fuera suya, hicieron de ella su hogar. Su mujer lo deja todo por él, porque le promete que volverá a ser como antes, y esa promesa solo durará unos meses. Vivían de manera sencilla en una especie de verano idílico que se terminará cuando abandonen la casa. La vida de ellos y de su familia ha debido ser bastante insoportable. Aunque no se hace referencia a ello, pero ciertos detalles lo indican. La mujer le había abandonado, Wes dice que volverá a ser el de antes (había cambiado mucho y a peor), los hijos están alejados de ellos y no quieren saber nada de sus padres, deben mantener alguna correspondencia pero poco más.

Me parece que es un final más cerrado que otros.

Quizá podría haber un resquicio a la esperanza, pero yo no lo creo.

Tengo que leer más cuentos de Carver, merecen la pena. Ya había leído unos cuantos y con estos del miniclub me reafirmo en mi opinión.

Mia favoritos han sido los dos últimos, El elefante y La casa de Chef. Me quedo con buen sabor de boca.

Aunque con Carver lo de buen sabor de boca es un decir.

[ignotus]

Tengo una deuda de la que, a diferencia del protagonista de "El elefante", seguro que nadie se acuerda: comentar yo también algo sobre el cuento. Lo que sigue no es nada más que una especie de paráfrasis.

Por el mero hecho de vivir, es decir, de su paternidad pero también de su "filiación", nuestro hombre se siente efectivamente en deuda: deuda que vive como una carga, un deber, que asume sin excesivas protestas. En medio de todo, Australia como tierra prometida, donde poder empezar de cero lejos de toda imposición.

Una noche, tiene un sueño sobre su padre a quien --éste es un detalle que me parece importante-- tenía prácticamente olvidado ("Mi padre no ocupaba ya ningún lugar en mi vida, ni en la vigilia ni en el sueño."). Y en ese vívido sueño recobra casi proustianamente cierta vivencia, como de ir montado en un elefante, aferrado a su padre que le sujeta con fuerza. Acto seguido vuelve a soñar, y en esta ocasión ya no es hijo sino padre a su vez. Experimenta una honda sensación de satisfacción y bienestar; pero de pronto hay más gente, le ofrecen whisky; sin solución de continuidad el bienestar se torna violencia. Entonces se despierta sobresaltado: Australia ya no es más una posibilidad, de hecho, ahora la percibe como una idea cómica. No tiene nada que hacer allí. Su deuda ya no aparece como imposición, sino como la consecuencia (pero a la vez fuente) de una cierta alegría que había olvidado. Como la alegría de sentirse casi un elefante para los que --al fin y al cabo-- son los suyos, como la alegría de ir a tumba abierta en un coche ("Y fue entonces cuando volamos de verdad") de motor recién rectificado que, por supuesto, aún está sin pagar.

[Sue_Storm]

¡No creas que no te echábamos de menos, ignotus! Gracias por venir a comentar. Voy a aprovechar para dejar yo también mis impresiones, aunque realmente queda poco que decir después de leeros a vosotros. Qué miniclub tan bien aprovechado, chicos

Muy bueno El elefante, muy buena la acumulación de cargas y responsabilidades sobre el protagonista, que resulta casi cómica a fuerza de ser patética... y muy real: casi todos nos hemos visto alguna vez en situaciones parecidas, o al menos conocemos a alguien que las sufre en mayor o menor medida. Consigue transmitir la sensación de angustia y, con el final,

esa liberación que en realidad no es tal

, dejarnos pensando.

En cuanto a La casa de Chef, pues diría que tenemos aquí otra vez al Carver de Belvedere: las adicciones no superadas, la falta de verdaderas fuerzas para romper para siempre con ellas, el engañarse a uno mismo, el intento de disfrazar de nueva vida algo que no deja de ser un paréntesis y por eso se cae como un castillo de naipes al primer empujón. Todo muy bien escrito: magistralmente escrito, diría yo; aunque en su estilo, claro, que no puede gustar a todo el mundo. A mí sí me ha gustado mucho.

He disfrutado muchísimo leyendo vuestros comentarios, aunque no haya podido participar tanto como me hubiera gustado

[ignotus]

¡No creas que no te echábamos de menos, ignotus! Gracias por venir a comentar. Voy a aprovechar para dejar yo también mis impresiones, aunque realmente queda poco que decir después de leeros a vosotros. Qué miniclub tan bien aprovechado, chicos

Gracias, Sue En cuanto a lo demás, estoy de acuerdo contigo

[Gorezsu]

Llego tarde a los comentarios, lo siento, y la verdad es que leídos los vuestros siento que apenas tengo nada que aportar.
Este cuento, como a algunos de vosotros, es el que más me ha gustado, no porque Carver haya variado de estilo, claro, sino por el tema, y sobre todo por el ambiente. Me gusta donde transcurre, puedo verlo y sentirlo. Y los veo a ellos con sus de repente pequeñas vidas felices. Con unas cuantas pinceladas sé de la vida de Wes y de Edna, de lo anterior y de lo presente, poco pero suficiente para entender. Aunque en realidad no hay mucho que entender. Un fragmento de vida, agridulce como la mayoría de las vidas. El final me parece abierto. Para mí el fin de todo es solo el fin de aquel fragmento vivido, de aquel verano en aquella casa. Sin la casa, sin el mar, es como si Wes se sintiese perdido. No me planteo qué va a pasar con ellos; carece de importancia. Wes puede volver a beber, como puede aguantar y seguir con Edna. Pero también esta puede volver con su anterior compañero... ¿Es necesario saberlo?
Bueno, después de haber desdeñado un tanto la literatura de Carver, me alegro acabar con este relato. Siempre hay excepciones, pero no sé si me merecerá la pena buscarlas. Hay sin duda otros autores que me gustan más. A ver el que empezamos hoy, que por cierto, ni sé quién es aún.

[primopons]

...A ver el que empezamos hoy, que por cierto, ni sé quién es aún.

Gorezsu, no sé si te refieres a que nunca has leído a Roald Dahl (es también mi caso) o a que no sabes qué autor y relato toca leer. Por si fuese esto último, aquí tienes el enlace al calendario:
http://www.abretelibro.com/foro/viewtop ... =5&t=49287

[Gorezsu]

Mil gracias, Primopons, porque no me acordaba del autor del mes y no sabía cómo averiguarlo. Veo que me mandas a la lista general de los cuentos. A ver si no la pierdo.

[jilguero]

Mil gracias, Primopons, porque no me acordaba del autor del mes y no sabía cómo averiguarlo. Veo que me mandas a la lista general de los cuentos. A ver si no la pierdo.

Y para que luego no te pierdas, el comentario aquí
viewtopic.php?f=5&t=51007

[Topito]

Al final no pude comentar los relatos por falta de tiempo: vida social, estudios y trabajo.

A la pregunta sobre si estos dos últimos relatos escritos por Carver fueron retocados... Lish ya no era editor de Carver, así que, en ellos, podemos ver el Carver (ya aprendió, o mejor, encontró su estilo) Creo que por eso algunos de vosotros véis una diferencias entre los primeros relatos que hemos leído y los últimos.

No obstante, el estilo adquirido es el sello de Carver (aunque sea aprendido de Lish; entiendo que uno opta por coger lo que más le interesa de lo enseñado en los talleres de escritura creativa). Además que los últimos relatos leídos son de los últimos libros escritos por Carver, y el tiempo hace que vayas aprendiendo a escribir mejor (tecnica, que no pasión).