Saludos a todos. Estoy gratísimamente impresionado por la fuerza con que ha empezado el mc-2013.
Me ha encantado el relato. Y uno de los motivos de que me haya encantado tiene que ver con eso que Carmen acaba de comentar en relación con la reseña del autor: la habilidad para definir al personaje a través de sus acciones. Bobby es la típica víctima de la sociedad, el malo que no tuvo más remedio que ser malo por las circunstancias que envolvieron su origen, por el padre (biológico o adoptivo) que le ha tocado en suerte, etc., etc. Y sin embargo, a través de su amor a Gwen atisbamos que habría podido redimirse, que en su interior hay espacio para la ternura, que los hombres duros también lloran... Y en este sentido, os voy a contar cómo interpreto yo la historia.
En primer lugar, en relación con el interesante dilema que ha propuesto Sinkim entre...
diamante o bebé, yo me inclino por el diamante. Por la referencia a la zona del estómago (y no al bajo vientre) del cadáver, y porque así me cuadra mucho mejor la confianza que tiene el protagonista en que se va a vengar de su padre haciendo que, antes de morir a palazos, él mismo descubra lo torpe que estuvo, lo cerca de sus narices que tuvo el diamante cuando asesinó y enterró a Gwen. Pienso que muy crecido tendría que haber estado el feto en el momento de la muerte de Gwen para que, después de tres años (como mínimo) de putrefacción, el padre fuese capaz de distinguirlo a simple vista en el amasijo de huesos y podredumbre. Sin embargo, un diamante se conserva mucho mejor y debe ser más fácil de distinguir. |
Y ahora llegamos al asunto de cómo interpretar la conducta final del protagonista. Mi teoría es la siguiente:
Aunque en la narración se omita, yo sobreentiendo que Bobby rescata el diamante antes de empezar a echar tierra de nuevo en la sepultura. Y así lo creo porque dejar el diamante allí sería impropio de alguien como él. Por muy hecho polvo que esté por la desaparición de Gwen, la gente de este tipo es pragmática y no abandona un diamante así como así. Creo capaz a Bobby, enamorado como estaba de Gwen, de confiarle a ella el diamante para que lo custodiase hasta su regreso, se fiaba más de ella que de su padre, y por si acaso él muriese (no olvidemos que se sabía herido en la cabeza) que fuese ella quien lo disfrutase. Pero un tipo como Bobby no renuncia nunca al sentido práctico: buen conocedor de su padre, sabe que existe alta probabilidad de que éste acabe encontrando a Gwen y que, si tal cosa ocurre, ella estará sentenciada a muerte. Así que le da instrucciones para que, llegado el caso, se trague el diamante y conduzca a su padre hacia el parque de atracciones, sabedor de que él seguro que la mata y la entierra allí. De este modo, Bobby sabrá dónde buscar el diamante a su salida de la cárcel. |
Lo dicho: me ha encantado el relato, y vuestras reflexiones y comentarios lo han hecho crecer aun más.