Lo leí el viernes a mediodía pero entre una cosa y otra no he podido comentarlo aún.
Aquí otra tonta a la que se le engaña fácilmente
(quiero pensar en que estoy poco ducha en lo que a novelas policiacas se refiere y no que soy bobalicona jajaj).
A mí también me ha gustado bastante más éste que el de la semana pasada, y además suelo disfrutar mucho de un argumento cuando está bien ambientado, por lo que os podéis imaginar cuál ha sido el aspecto que más me ha gustado del relato. Como ya se ha mencionado por ahí, yo también me he acordado de la novela de El caso de los bombones envenenados cuando iba leyendo el cuento (aunque no he leído la novela), pero la trama me hizo recordar el título propuesto para CL. Que por cierto, me entraron ganas de leerlo al ver la sinopsis y ahora tengo más ganas todavía jejeje.
Pero yo, se puede decir, que me lo he tragado enterito.
En un principio, sospeché de Sir William, imaginé que había tenido un lío con la señora Beresford y quería deshacerse de ella, bien porque no lo dejaba o a saber por qué... LLegué a pensar que podría ser el marido, pero descarté la idea pensando en la posibilidad de que Sir William no le hubiese cedido la caja de bombones (por lo que veis que también se me ha pasado el asunto del cambiazo). |
Lo que me ha llamado la atención es la facilidad con la que el detective coge las fotos de casa de la otra señora y va hilvanando las pistas para la resolución del caso, al igual que pasó con el de la semana pasada con el amigo Poirot. Se ve que los detectives literarios de antaño eran mucho más avispados que los de ahora (literarios o no jejeje).
En definitiva, que a mí, como no estoy muy puesta en novela policiaca, me ha gustado bastante.