Por las azoteas - Julio Ramón Ribeyro

[Gorezsu]

Este cuento lo leí hace un tiempo, y creo que hasta releído, porque mi impresión había sido buena, y este autor lo he leído más de una vez. Me gusta. Tiene relatos muy buenos, pero también flojos. Sin embargo el de las azoteas es de los que me gustó, aunque puede que como dice Jilguero le faltara un poco de claridad. En fin, que después de haber leído vuestros comentarios, lo volveré a leer con gusto para añadir el mío, a ver si yo le saco más sustancia.
En cuanto a lo del sol excesivo, Jumareva, tienes razón en que en Lima no es frecuente que luzca, y menos en invierno, que es cuando la mayoría de los europeos viajan para allá (junio-septiembre), y entonces una intensa garúa se apodera de los cielos limeños. Pero en enero o febrero, es decir, en el verano de allá, el sol sale y pega fuerte, porque están cerca del ecuador. Así que esa puede ser la explicación de ese sol fuerte que cita el autor. Pero bueno, lo releo, y comento.

[Gorezsu]

Bien, pues ya lo he releído. Y, vaya, me ratifico en la impresión que tenía, es decir, me ha gustado y bastante. Lo primero de todo porque está muy bien escrito, con una prosa magnífica, atractiva y lograda, y lo segundo porque es una historia, sencilla, en efecto, y quizá desencante a algunos lectores, pero que yo he degustado. Me parece original esa forma de disfrutar su verano el niño, que manifiesta además su inocencia con la osadía de enfrentarse al señor de la perezosa, apoderándose incluso del reino de los gatos, el único al que el hombre aspira, lógicamente por llevarle la corriente al chico que aparece y le da un entretenimiento. Yo creo también que ese hombre es un enfermo terminal, y puede, efectivamente, que de alguna enfermedad considerada como contagiosa, bien porque lo sea o bien porque lo piense la gente. Deduzco, además, por los "cuentos" que le cuenta al niño que está resentido con la vida, porque no son cuentos al uso para divertir a un chiquillo, sino historias que encierran quejas y críticas, o al menos a mí me lo parece, sin que pueda precisar en realidad de qué se queja, o qué critica. Creo que esta era la parte que más me extrañaba en mis anteriores lecturas. En fin, por unos días confluyen dos vidas muy distintas que, no obstante, simpatizan. La nostalgia impregna el final del relato, en parte porque el verano y las vacaciones se han ido, pero también por la inesperada pérdida del hombre, que no tuvo tiempo de disfrutar la llovizna. Así pues a mí me ha gustado. Ribeyro es un gran narrador, con algunos cuentos magistrales, y yo soy un lector agradecido porque me lo descubrieran hace unos años.

[jilguero]

Bien, pues ya lo he releído. Y, vaya, me ratifico en la impresión que tenía, es decir, me ha gustado y bastante. Lo primero de todo porque está muy bien escrito, con una prosa magnífica, atractiva y lograda, y lo segundo porque es una historia, sencilla, en efecto, y quizá desencante a algunos lectores, pero que yo he degustado. Me parece original esa forma de disfrutar su verano el niño, que manifiesta además su inocencia con la osadía de enfrentarse al señor de la perezosa, apoderándose incluso del reino de los gatos, el único al que el hombre aspira, lógicamente por llevarle la corriente al chico que aparece y le da un entretenimiento. Yo creo también que ese hombre es un enfermo terminal, y puede, efectivamente, que de alguna enfermedad considerada como contagiosa, bien porque lo sea o bien porque lo piense la gente. Deduzco, además, por los "cuentos" que le cuenta al niño que está resentido con la vida, porque no son cuentos al uso para divertir a un chiquillo, sino historias que encierran quejas y críticas, o al menos a mí me lo parece, sin que pueda precisar en realidad de qué se queja, o qué critica. Creo que esta era la parte que más me extrañaba en mis anteriores lecturas. En fin, por unos días confluyen dos vidas muy distintas que, no obstante, simpatizan. La nostalgia impregna el final del relato, en parte porque el verano y las vacaciones se han ido, pero también por la inesperada pérdida del hombre, que no tuvo tiempo de disfrutar la llovizna. Así pues a mí me ha gustado. Ribeyro es un gran narrador, con algunos cuentos magistrales, y yo soy un lector agradecido porque me lo descubrieran hace unos años.

Pues nombrame alguno de los magistrales, en tu opinión, a ver si me gustan también a mi. De tu comentario, deduzco que nos ha causado impresiones parecidas, si bien en mi caso con menos entusiasmo por la prosa del autor.

[Gorezsu]

A ver, Jilguero, digo cuentos magistrales y no sé si uso el adjetivo adecuado, pero en todo caso que me parecen bastante buenos. El más clásico de Ribeyro es Los Gallinazos sin plumas. Y tiene otros muchos de un nivel semejante como Mar Afuera, Junta de Acreedores, Los eucaliptos o Al pie del acantilado. A menudo me gusta más cómo escribe que la historia, que suele ser buena, pero a veces te decepciona un poco. No obstante, las que cito son bastante redondas, aunque por supuesto es cuestión de gustos.
Austral tiene una buena antología, y creo que todos sus cuentos están en Seix Barral.

[jilguero]

A ver, Jilguero, digo cuentos magistrales y no sé si uso el adjetivo adecuado, pero en todo caso que me parecen bastante buenos. El más clásico de Ribeyro es Los Gallinazos sin plumas. Y tiene otros muchos de un nivel semejante como Mar Afuera, Junta de Acreedores, Los eucaliptos o Al pie del acantilado. A menudo me gusta más cómo escribe que la historia, que suele ser buena, pero a veces te decepciona un poco. No obstante, las que cito son bastante redondas, aunque por supuesto es cuestión de gustos.
Austral tiene una buena antología, y creo que todos sus cuentos están en Seix Barral.

Gracias. Al final el miniclub de este año me está abriendo nuevas ventanas, si bien no sé cuándo voy a tener tiempo para mirar por ellas.

[Dori25]

Este me gustó, lo leí con ganas y me imaginaba como el niño construyendo mi mundo imaginario en la azotea.

[elultimo]

Es lo mejor del cuento. Ver como el niño se evade de todo y tiene su lugar para pensar en sus cosas.

[PinkClouD]

Me gustó bastante.

Quién sería el hombre misterioso que muere porque la lluvia tarda tanto en llegar??? El niño tiene una afición un poco peligrosa pero me recuerda a cuando somos niños que nos inventamos historias y vivimos en un mundo de fantasía que no existe y en su mundo el niño es el dueño de las azoteas.

[Kafiristán]

Diario de Rogelio

Ya queda poco. Cada día noto como se agota mi tiempo en este mundo. Por fin alcanzaré la verdadera libertad cuando no pueda hacer nada más aquí. ¿Quién quiere una libertad así? Siempre supuse que la libertad me serviría para hacer cosas. Dentro de un rato se lo preguntaré a Aristóteles, si es que coincidimos. El ya sabía que solo los dioses y las bestias viven libres. Me gustará encontrarle para decirle: “...y los vagos, los marginados, los que no molestan, los que se mueren y...los niños dentro de sus fantasías”. Esto último se me ha ocurrido en estos días al conocer el “rey de las azoteas”. Ese niño debería estar jugando con sus amigos y, sin embargo prefiere evadirse dentro de su reino. Quizás es donde se siente realmente libre.

Ojalá me pudiera evadir yo de esta cárcel! Y todo por querer buscar la libertad de otras personas. He dicho libertad. También podría haber dicho felicidad. O amor. O cualquier otra trampa de la inteligencia humana. He perseguido una ilusión y he pagado por ello. La mayoría de la gente solo quiere las ilusiones que se puedan tocar. Y una minoría no quiere que la mayoría toque sus propias ilusiones. Quise decirle a la mayoría que no debería estar prohibido que cada uno pudiera tocar sus ilusiones. Y cuando empezaron a creer que las ilusiones se podían tocar, en ese preciso momento, empezó mi cárcel y mi tortuoso viaje hacia la libertad. Bajo las insoportables luces de la tortura aprendí que las ilusiones no deben chocar con los intereses de los amos. Dios, la luz! Abrasadora y cegadora! Esa es la verdadera libertad a la que la mayoría puede aspirar cuando vive rodeado de semejantes. La libertad de ser “el rey de las azoteas”, gobernando un reinado con la población de 1 habitante, monarca de las cosas inservibles, desnudas de los intereses de los demás. Incluso gobernando sobre cosas inanimadas, éstas deben ser libres. Qué cosas, verdad? Hasta los objetos inanimados alcanzan la libertad cuando ya no valen para nada. Entonces se les aparta para que no molesten. No me voy ni triste ni contento. Me voy resignado como se resigna el que ya no puede hacer más y ha conseguido ver la realidad antes de entrar en el paraíso de la libertad. Estuve esperando en vano la lluvia que me aliviara y purificara mis “pecados”. Quizás sea mejor así y no prolongar la agonía de este cautiverio. Ahora me toca comprobar como es vivir en libertad. A ver si es tan buena como dicen.

Fecha

El final de todos los veranos

[Dori25]

Tercera vez que lo digo; Kafi en serio, ¿te presentas al concurso de este mes?