Sue arregla el hilo como lo veas adecuado,
Nos encontamos con dos historias parelas que convergen en un magnifico final, en mi opinión.
Volvemos al tema recurrente de como nos vemos a nosotros mismos y como nos ven los demas, a las paradojas de esas facetas que ocultamos,
Hay una critica feroz al machiso academico e intelectual, a la renuncia de las esposas, desde la primera pagina del cuento. En paralelo al estupor que provoca el fallecimiento de una persona aparentemente maravillosa,
| el aislamiento de la narradora, que se ve diluida en la carrera de su marido, pese a su brillanez y a su notable carrera, Se siente excluida y ajena al circulo de gente afin a esa apabullante personalidad del fallecido. Los recuerdos son vagos, y es curioso que el único que le viene a la cabeza sea un rechazo por su parte, y que al final quedara plenamente justificado, porque en su intuición desprecia el magnetismo de ese personaje perfecto. |
Conforme la historia va avanzando, la situación del la protagonis se va descubriendo
| , ese tratamiento agresivo para el cancer, ese querer mantelerlo oculto y el sentimiento de soledad que le ocasiona el alejamiento de su marido en esos momentos tan duros, real en los pequeños detalles de los olvidos en la compra del supermercado, que hace ella misma cuando sale de las sesiones de quimio |
y es curioso que conforme va perdiendo seguridad en ella misma
| y se ve envejeciday ajada, de repente, cuando se mira en los ojos de la viuda, el perfecto profesor es un marido indigno y ellase convierte en una mujer hermosa , en una de esas chicas rubias que tanto le gustaban al muerto, cuando poco antes, creia que nadie ya podria verla con ese aspecto juvenil. Es en ese enfrentamiento con la esposa, con ese chal japonés es cuando se descubre y se siente renacer, al ser considerada como alquien vivo y deseable por ella misma, por su aspecto de belleza ideal del hombre tan especial fallecido al que todos admiran. |
En cuanto lo lea, comento, que tiene buenísima pinta.
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