A mí me encantó el relato, y me ha vuelto a encantar con la relectura, creo que es una gran muestra del humor judío, y más específicamente del humor judío neoyorquino. Ya me estoy imaginando a Woody Allen interpretando a ese hombre al que de repente se le ha relevado su alma judía.
Evidentemente tiene muchos chistes que pueden pasar desapercibidos, pero creo que en general se pueden apreciar por cualquiera.
Es importante, claro está, saber la diferencia entre un judío ortodoxo de uno que no lo es. En el judaísmo no hay solo esa diferencia, hay bastantes formas de manifestar el judaísmo, por decirlo de alguna forma, no solo entre ortodoxo y no ortodoxo, dentro de cada uno también hay diferencias por lo que yo sé.
Nada más comenzar el relato Charles Lager supo que "había una neshoma yídish actuando en su interior". Neshoma significa alma, y yídish es la lengua utilizada por las comunidades judeo alemanas y eslavas mayoritariamente, y por los ortodoxos en general, los cuales entendían que no podían utilizar hebreo por ser una lengua sagrada y se debía utilizar solamente para los escritos sagrados.
Así entendemos que el alma que transmigró al cuerpo de Charles es la un ortodoxo, es decir que no es que de repente se dé cuenta de que es judío sin más sino de que es judío ortodoxo. El título del cuento es el "gilgul" de Park Avenue, es decir el transmigrador de almas de Park Avenue. En sí todo encierra un chiste, contrasta el término antiguo y religioso "gilgul" como algo tan moderno y norteamericano como Park Avenue. De hecho esa epifanía del protagonista se produce en un taxi, con lo que el autor ya lo cataloga como "anécdota neoyorquina de primera línea", ya que los taxis de NY son famosos porque han ocurrido en ellos todo tipo de anécdotas.
Cuando llega a casa vemos que se trata de una pareja mayor de profesionales de clase media-alta, con asistenta, trabajos en la City, y enseguida intervienen las alusiones al psiquiatra, con el que Charles lleva un tratamiento del que el autor no revela el tiempo sino el dinero, 15.000 $, de hecho la burla al psiquiatra en varias ocasiones viene por ahí, como un saca dinero.
Después al buscar dónde le pueden ayudar, el autor de burla de la manía americana de los nombres rimbombantes y del uso de los acrónimos: Centro Místico Judío de Salvación de Royal Hills o CMJSR-H, que contrasta con el desván lleno de cachivaches del rabino.
Muchas alusiones al carácter judío: "Ya tan judío...Haciendo preguntas que usted mismo se ha respondido ya". La alusión al "orgullo judío" con un paralelismo que creo evidente con el "orgullo gay", de hecho a continuación viene la "salida del armario" como judío delante de su esposa, en una situación hilarante porque ella acababa de ir al dentista y tiene la cara medio paralizada y se le cae la baba, de hecho ella después le reprocha (Si piensas que te perdonaré algún día por empezar con esto cuando yo estaba imposibilitada por la Novocaína...atacarme así cuando apenas podía hablar).
Ella evidentemente
no cree en tal transmigración de almas, simplemente piensa que a su esposo le ha dado la crisis de la madurez, pero ella esperaba y ahí varios chistes más, el que se hiciera vegetariano o demócrata liberal, |
planteando sí, la cuestión del judaísmo, ¿por qué tan judío? De hecho se llega a hacer alusión al aspecto del rabino que parece que no haya salido de Brooklyn, porque es allí donde están los judíos ortodoxos. La cuestión que plantea la esposa es ¿Se es más judío por seguir el judaísmo ortodoxo o el ultraortodoxo, una forma de vestir o de llevar los rizos del pelo, que entronca con la Europa oriental del S. XVIII o se puede ser judío llevando una vida normal en la modernidad? Lo que ella le reprocha no es sin más su judaísmo sino que precisamente le haya tocado ser ortodoxo, con todo lo que conlleva en incomodidad en la vida actual, y ahí aprovecha para satirizar diversas costumbres judías, la escena del ascensor es muy divertida.
No creo que el autor quiera discriminar a los ortodoxos, simplemente utilizar sus particularidades para mover a la risa, con la opinión que creo se puede deducir de que no se es más judío por vestir o comer determinadas prendas o comidas o realizar determinados actos. Y de hecho, se ve en la escena del robo
de la mezuzah, porque "no la utilizaban", y prácticamente lo que hace es calificar a los vecinos como no judíos señalando dos hechos: "me invitó a entrar para ver su árbol de Navidad" y "su hija sale con un negro", el contraste es evidente, porque si bien la primera podría denotar su irreligiosidad judía, aunque el árbol de Navidad en muchos sitios ya ha dejado de tener un simbolismo religioso, contrasta con el de que la hija salga con un negro... |
De hecho, hay momentos muy divertidos. Charles tiene que leer muchos textos para aprender el judaísmo, pero entre ellos está QBVII de León Uris, que es un best seller, y no un texto religioso.
La escena de la cena es buenísima, desde los comentarios de ella quejándose del precio de la comida, y de la sal, y el reproche de Charles a su esposa diciendo que "cada vez más, eres tú quién habla como un judío", al mismo tiempo que saca un yarmulke, que solo es obligatorio en la sinagoga, lo que mueve a risa también en esa competición que tiene él por ser más judío que nadie.
La parte final digamos es la que menos me ha convencido. Yo entiendo el final como
que lo van a intentar, que él quiere que ella lo quiera tal como es, incluso con el cambio, que solo afectaba a su alma pero no a él mismo que sigue siendo igual. |
Yo he entendido lo contrario a Carmeneke, no creo que el autor pretenda denunciar una intolerancia a los ultraortodoxos, sino todo lo contrario, mostrar en un primer plano la dificultad de vivir conforme a una creencia que dicta normas para todo absolutamente, y que no están acordes con la vida moderna y con el entorno que te rodea, de ahí que los ultraortodoxos vivan normalmente en un mismo entorno, ridiculizando esas absurdas normas, y lo que mueve a risa es precisamente hacer ver ese contraste respecto de la esposa, a la que todo esto le pilla de nuevo y lo considera una locura de él.