¡Me encanta!Jaime escribió: En mi caso, tengo un macro esquema con todas las partes en las que quiero estructurar mi novela. Hoy, aprovechando que es domingo y no tenía nada que hacer, le he dado un empujón considerable aunque todavía esté en el inicio. Es curioso cómo en mi imaginación solo tenía las escenas clave para el desarrollo de la historia, pero oye, te pones a escribir y a escribir y le das un contexto y una ambientación más rica y jugosa, empatizando poco a poco con los personajes que estás desarrollando.
Está siendo un viaje muy gratificante, y eso que acabo de empezar.
Gracias por compartir tu disfrute, me recuerda que por eso escribo. En este momento frustrante y ansioso, corro el riesgo de olvidarlo.
El sillón me ha soltado un poco y parece que el carro se mueve. Despacito, pero ahí va.
Tenía una historia sobre la vida, los altibajos, la superación... Muy simple, una adolescente que se hace mujer en un ambiente hostil. Pero complicado, en un mundo de fantasía.
Al ser fantasía, necesitaba poner al lector en el ambiente, ¿y qué mejor que con una historia?
Empecé con una niña que se queda huérfana y va dando tumbos por la vida. Eran escenas sueltas, distintos momentos en la línea del tiempo. Un poco de "ponte en situación".
La intro termina con un golpe muy duro, y entonces empezaría la historia.
Resultado: El final de la introducción es tan radical que se siente como un punto de no retorno. Mis lectores de prueba no fueron capaces de ver un "Libro II" por culpa de ese final. Y para ellos, las tramas y tramillas quedaban todas abiertas... Con razón.
Preguntabas, Jaime, sobre la extensión de nuestras criaturillas. Pues casi 80.000 palabras en ese punto.
Mis lectores tenían razón, eso no era una intro, era la historia en sí. No tengo nada publicado, y empezar con una pentalogía, no me parece recomendable, así que me propuse rehacerlo.
Le di un repaso de arriba abajo y retiré un montón de información, pero ya no valía ir a saltos porque esto iba a ser la historia, así que tuve que introducir ideas nuevas. Armé un caos.
Mi decisión final fue hacer una doble trama:
- La historia principal es la de una niña en un mundo hostil, con sus sustos y sus pinitos para salir adelante.
- Una "precuela" que explica algunas "cosas raras" de esa niña. Esa precuela se la voy contando al lector sin que el personaje se entere.
Es arriesgado porque necesito que el lector se entretenga con la niña, y que no piense demasiado en lo otro, que quede un runrun en su cabeza, pero no un desesperante "quiero más". Así que esa información viene muy dosificada y muy inespecífica, porque no quiero que te familiarices con esta otra historia. Y ahí está el bloqueo. En la dosificación correcta. Qué información necesito dar. Qué, cuándo, cuánto, cómo...
Hay días que estoy segura de que no va a funcionar y días que creo que "¿y por qué no?". Para resolver esto, tendremos sesión de β-readers.
Mis emociones están a flor de piel. Ansiosa, acelerada, desesperada... todo junto. Veo el final muy cerca y me estreso.
PD: Aviso, tocho.