Diálogos y diálogos internos

[Verditia]

Buenas tardes a todos

Después de mucho tiempo sin pasarme por aquí, acudo a vosotros con unas dudas un tanto peliagudas, a ver si me las podéis resolver.

Se trata de los diálogos internos o pensamientos que tiene un personaje consigo mismo. ¿De qué modo deben escribirse? Ejemplo tonto:

"No puedo hacer nada más", se intentó consolar a sí mismo.
No puedo hacer nada más, se intentó consolar a sí mismo.
"No puedo hacer nada más", se intentó consolar a sí mismo.

Y ahora la pregunta difícil: ¿Cómo sería un diálogo interno entre una persona y una entidad que le habla directamente a su mente? Ya sea porque está poseída, porque utilizan telepatía, o porque le habla su conciencia doble (su ángel y su demoniete, esos que se sientan en los hombros del prota y le susurran cosas). Ejemplo tonto:

"No puedes hacer nada más", le intentó sonsolar su ángel guardián.
"Yo creo que sí", le contestó malhumorado, aunque sin soltar ninguna palabra por su boca.

Es un diálogo, pero en realidad no está verbalizado. ¿Tendríamos que poner raya de diálogo, o al ser algo mental debería ir en cursiva?

¿Alguien más ha tenido esta duda? ¿Cómo la ha resuelto?

Muchas gracias a todos, ¡nos leemos!

[rubisco]

Hola, Verditia:

Lo que propones no suele tratarse de una forma única, sino que depende de los enfoques que quiera dar y de cómo te sientas más cómoda.

Sobre los pensamientos:

Yo alterno los entrecomillados con la narración del pensamiento. Por ejemplo:

«No puedo hacer nada más», pensó para consolarse.

«No puedo hacer nada más —pensó, para consolarse—, pero quizá Rockwell pueda ayudarme.»*

Pensó que no podía hacer nada más, pero se propuso consultar a Rockwell sobre el asunto.

*Esta forma no es tan frecuente, pero es perfectamente válida.

Sobre la mención en cursiva, yo la evitaría. La cursiva me parece más útil para hacer énfasis en palabras concretas. Por ejemplo:

—Disculpe, ¿por dónde se va a Wallest Square?
—Tome la primera calle a la izquierda y después de cien kilómetros la encontrará a mano derecha.
—¿Cien kilómetros?

Sobre los diálogos internos:

Una primera opción es presentarlo como un diálogo, directamente, donde fuerzas que el lector asocie un cambio de tipografía a la voz interna. Lo mejor para esto es usar la cursiva (y por tanto renunciar al uso para generar énfasis):

—¿Qué más puedo hacer? —se preguntó en voz alta.
—No puedes hacer nada más —escuchó en su interior.
—¿Otra vez vas a marcarme límites?

O bien como elementos narrativos:

«¿Qué más puedo hacer?», se preguntó.

No puedes hacer nada más

—¿Otra vez vas a marcarme límites? —protestó mirando hacia todos lados.

Mi consejo antes de enfrascarte en escribir toda una historia con estos elementos es que leas varios textos donde ya existan estos elementos para que veas las distintas formas de afrontarlo y así encontrar la que te resulte más confortable.

[Kiraya]

En la trilogía La primera ley, de Abercrombie, tienes mucho de hablando vs pensando, que a lo mejor te ayuda. No voces interiores o mentales, pero sí manifestación de ideas y hablar con uno mismo. No es lo mismo, pero es algo. Y la trilogía está muy bien escrita.

Tuve un problema parecido hace años, era conversación entre tres personas en voz alta, de las cuales dos están hablando mentalmente entre sí a la vez que con el tercero, y el personaje principal está teniendo sus impresiones acerca de la escena. Lo resolví con cursivas, comillas y raya según requisitos.

[Verditia]

Gracias por las sugerencias

Viendo que no hay criterios estándar, lo haré como he hecho hasta ahora, ¡gracias por vuestras opiniones!