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La isla de los jacintos cortados Gonzalo Torrente Ballester
Punto de lectura
ISBN: 9788466318211 432 páginas
9.99 €
En la comunidad universitaria de la isla de Gorgona transcurre el triángulo amoroso que girará, a modo de mágica carta de amor, alrededor de Ariadna, una estudiante griega, y sus dos profesores: Claire, un francés, y el narrador protagonista, un español. Toda la trama nace del impacto de una afirmación de Claire: Napoleón Bonaparte no existió nunca. La Isla de los Jacintos Cortados recibió el Premio Nacional de Literatura en 1981, y constituye una de las últimas revoluciones poéticas y reflexivas del autor.
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
Gretogarbo escribió:Pon fecha, aunque sea aproximada, en esa bandera.
Mi intención era empezar la próxima semana, pues no quiero me coja el toro con el de Calvino. Pero abierta estoy a demorarlo un poco si no te viniese bien.
¿Qué te parece el miércoles, que me faltan unas cuarenta páginas para terminar con el que ahora me ocupa (mi ritmo veraniego no suele pasar de unas veinticinco diarias)?
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
Gretogarbo escribió:¿Qué te parece el miércoles, que me faltan unas cuarenta páginas para terminar con el que ahora me ocupa (mi ritmo veraniego no suele pasar de unas veinticinco diarias)?
¿Sería correcto anunciarlo en el calendario por si alguien más está interesado?
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
jilguero escribió:Anuncia lo que creas conveniente anunciar...
Por simple cortesía, básicamente.
No sé si comunicándome con caramela queda todo resuelto.
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
Ante la duda, Greto, de si hoy arrancamos, me he vuelto a leer de momento solo el Prólogo. Quería dejar aquí un parrafito sobre la creación poética (podría ser aplicable también a cualquier otra creación) que me ha gustado mucho:
Verdaderamente, pocas cosas conozco tan excitantes y, en cierto modo, tan reconfortantes, como la descripción que hoy hacen los científicos de ese proceso incógnito en que se engendra la obra poética: seductor por el silencio, fascinante por la oscuridad, inquietante por la ignorancia en que vive quien lo padece: ese artista o poeta que se mantiene al margen o en la inopia hasta que, al fin, estalla como una de esas estrellas que lo hacen en las zonas más remotas del espacio infinito con derroche de luz y de catástrofes cósmicas. Pero, hasta entonces, ¡qué recato el del germen! ¡qué pudor, escondido no se sabe aún si en un rincón del alma o del cuerpo, acaso en el bisel en que ambos coinciden, que a lo mejor no es bisel, sino el punto abstracto en que se encuentran dos ángulos y se aman, váyalo usted a saber! Lo que sí es indudable es que ese germen, del color de un topacio un poco claro según los últimos descubrimientos, desde el lugar en que yace agazapado, envía unos a modo de tentáculos sutiles con los que va agarrándose a lo más próximo, carne, espíritu o sangre, es igual, y allí crece y se insinúa hasta colarse por las cuencas de las venas y las reconditeces de las células, multiforme o informe, según se mire, pero grandioso y complicado, y tan capaz de dominio, que llega a apoderarse del sujeto paciente, a hacerlo suyo y poseerlo, ante la estupefacción del que ignora que tan sigilosa marcha se esté tramando en su interior...
Me gusta, me parece la mar de poético ese punto imaginario en que se aman los ángulos, pero también me hace sonreír porque viniendo de don Gonzalo y conociendo la guasa que se gasta (al menos en La saga/fuga de JB) sospecho que está escrito desde la retranca, ridiculizando lo que se dice, pero diciéndolo. Diciéndolo, además, de tal manera que tengo la sospecha de que en el fondo, en el fondo, también él lo piensa solo que no le parece del todo confesable. Empiezo a adivinar en don Gonzalo una lucha entre la racionalidad y la no racionalidad, donde le gusta que, cara a los demás, prevalezca la primera y presentar a la otra como una simple consentida a la que él consiente por puro divertimento.