La sinagoga de los iconoclastas - Juan Rodolfo Wilcock

Narrativa española e hispanoamericana

Moderadores: magali, Ashling, caramela

Responder
Avatar de Usuario
triste
Foroadicto
Mensajes: 4009
Registrado: 25 Abr 2012 12:15

La sinagoga de los iconoclastas - Juan Rodolfo Wilcock

Mensaje por triste »

Imagen

ISBN 9788433930095
PRECIO 16 €
Nº DE PÁGINAS 174
TRADUCCIÓN Joaquín Jordá

Juan Rodolfo Wilcok nos presenta una singular galería de retratos: las vidas imaginarias de treinta y seis personajes, teóricos, utopistas, sabios, inventores, todos ellos abnegados héroes del absurdo. Seres que, apoyándose en las sólidas bases de la ciencia o de alguna disciplina presentada como rigurosa, o, por lo menos impulsados por una ineludible intuición, llevan sus consecuencias hasta el final y se encaminan tranquilamente y, tal vez, con argumentos convincentes hacia la demencia... a menudo, se dice, limítrofe con el genio. Estas vidas monstruosas, que la historia intenta en vano, por pudor, olvidar, son rescatadas por un enciclopedista que registra inexorablemente, Plutarco de lo incongruente, impasible como Buster Keaton, sus más memorables peculiaridades. Saltando a través de disciplinas, épocas y continentes, encontramos entre otros a: Juan Valdés y Prom, filipino, famoso por sus extraordinarias facultades telepáticas y por la crisis de glosolalia que provocó en los ilustres personajes reunidos en un congreso en la Sorbona; por lo demás, «se parecía demasiado a un santo como para no asociarle inconscientemente a la idea de burdel». Aaron Rosemblum, quien preconizaba, en 1940, el retorno a la época elisabethiana, mediante la abolición de toda novedad aparecida en el mundo desde 1580; confiaba en el apoyo de Hitler, ya que ambos perseguían el mismo objetivo: la felicidad del género humano. Yves de Lalande, primer productor de novelas a escala realmente industrial. Sócrates Scholfield, inventor de un artilugio que demostraba la existencia de Dios. Llorenç Riber, catalán, aclamado director de teatro, quien, entre otras conspicuas performances, realizó en Oxford un montaje de las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein. Etc., etc. "La sinagoga de los iconoclastas" evoca los retratos imaginarios de Marcel Schwob y los libros inventados de Borges, pero la profusión de los temas, el ingenio siempre renovado de Wilcock, y su inagotable arsenal de humor, casi siempre homicida, acaban por conducir a un resultado a menudo escalofriante. Estos «iconoclastas» cada uno de los cuales resquebraja un tanto la imagen que nos hacemos del universo nos proponen un contrauniverso al cual podemos oponer bien pocas certidumbres. Ya que, y éste es uno de los méritos principales de este libro de locura maravillosa casi todas estas teorías son plausibles, o en todo caso poco menos que aquellas que se ponderan gravemente en las cátedras universitarias.
1
Avatar de Usuario
triste
Foroadicto
Mensajes: 4009
Registrado: 25 Abr 2012 12:15

Re: La sinagoga de los iconoclastas - Juan Rodolfo Wilcock

Mensaje por triste »

La primera historia está dedicada a José Valdés y Prom, un telépata filipino. Me parece muy divertida y reafirmo que el humor de Wilcock es una de las cosas más disfrutables que me he encontrado últimamente, pero creo que no es del agrado de la mayoría.

La aplaudida ignorancia francesa de la geografía, además de cualquier lengua diferente al francés, le convirtió en japonés, chileno, papuaso, siamés, indio, esquimal, mexicano y portugués según las modas o los acontecimientos...

No creo que aplique solo a los franceses, pero es graciosa la forma en que lo dice.

Sobre su primera partida telepática de ajedrez :cunao::

Es casi seguro que los dos jugadores abrieron el juego más o menos a la misma hora, y en el mismo día; lo que no queda claro es el hecho, por lo que parece documentado, de que el inglés se rindió un martes y el jugador de París no le dio jaque mate hasta el jueves; de cualquier modo las jugadas y otros pormenores de la partida pueden leerse en la «Edinburgh Review», lo que demuestra la resonancia del acontecimiento.

La parte en la que habla sobre cómo, según el país, era deformado su nombre es también divertidísima. En qué gastaba sus ganancias (por encontrar personas, tesoros perdidos, hacer de médium y adivino de mujeres enamoradas):

Nunca supo nadie dónde iban a parar las ingentes cantidades que ganaba; se murmuraba que el Maestro se estaba haciendo construir una pirámide privada en Egipto en las proximidades de Menfis...

Me parece muy bien logrado el final y todo lo del Papa y los científicos y la confusión causada por los poderes de Prom:

Se originó luego una gran confusión, que ha sido variadamente descrita, entre otras cosas porque todos los presentes seguían pensando que eran Valdés y Prom.
1
Responder