La ley de los similares - Antonio Tocornal

[OTSU]

Terminado, un buen trabajo, bien hilvanado con momentos de humor y un aleccionador encuentro del protagonista con la realidad.

A veces se escribe derecho con renglones torcidos.

[Nínive]

Tenía pendiente desde hace mucho hablar de esta estupenda novela de Antonio Tocornal.
Podría decir que me la bebí en verano y que dejé la reseña para cuando tuviera wifi, pero estamos en noviembre y no tengo excusa.
Antonio es un estupendo escritor y lo considero, además, un amigo, así que es imperdonable. Cuando quieras, puedes venir a cobrar la colleja, estoy preparada.
Es una buena historia y bien contada. El autor tiene un manejo innegable del lenguaje y del ritmo. Poco a poco te va metiendo en la vida de los personajes y no puedes dejarlo hasta la última página. Pero lo que más envidia me da, son los personajes. Porque Antonio crea unos con los que nos podemos cruzar todos los días por la calle, o ser nuestros vecinos... o nosotros mismos. Yo conozco a varios Bernabés y Matildes, ensombrecidos por el miedo... a algunas Pilis (unas cuantas)... Esa mulata superviviente... En fin, que además me he visto reflejada en bastantes situaciones. Y el final... No digo nada más para que lo leáis, pero hace honor al título de la novela.
Un placer, Antonio. Gracias por regalármela y perdón, sobre todo, por este retraso imperdonable.

[jilguero]

¡Albatross, me pongo con ella!
Ya la terminé y está reposando para hacerte un comentario digno.

[jilguero]

He terminado de leer esta primera novela de Albatross (Antonio, lo siento, pero para Jilguero siempre serás el gran pájaro marino , un hermano de vuelo, pero con alas de mayor envergadura y, por ello, capaz de subir mucho más alto) y estoy gratamente sorprendida. Es verdad que ya eran varios los relatos suyos que me habían gustado por el fondo y la forma, pero urdir una novela son palabras mayores. Soy un tanto especial para esto de seleccionar mis lecturas y os reconozco que leer en la reseña oficial “El conformismo de la juventud; la caducidad de la capacidad de seducción; los medios de comunicación como propagadores de prejuicios; el boom del ladrillo; la crisis de las ideologías; la prostitución como ocio; el simulacro de vida que proporciona Internet; la sórdida sexualidad de los perdedores…” me echaba para atrás, pero mi “aprecio” (o lo que sea esto que siente uno por la gente a través de internet) y los buenos comentarios de los otros foreros me hicieron lanzarme a la aventura. Y menos mal porque Albatross ha logrado atraparme con temas que, de entrada, a mi me dejan muy indiferente. Y digo esto como una prueba más de su profesionalidad, de su capacidad de trasmitir al lector, incluso a aquel que empieza a leer su texto con cierto recelo.

En La ley de los similares se urde una historia con suficiente complejidad como para despertar el interés del lector pero sin pasarse, sin exigirle una lectura con los cinco sentidos alertas (eso a veces lo hago con gusto y otras con enfado, mejor pues no haberme visto en la tesitura). Diría, por tanto, que es un texto muy equilibrado en cuanto a la complejidad de la trama. Y como ya he comentado alguien antes en este hilo, una cosa que llama la atención es lo bien que perfila el autor sus personajes, tanto los principales, como los secundarios. Y en este último sentido quiero resaltar la forma tan original y acertada con la que todos sus personajes se despiden del lector. Tiene uno la sensación de estar asistiendo a ese momento en que, una vez bajado el telón, los actores van saliendo uno a uno al escenario y hacen una última reverencia al público para despedirse. Puede que alguien más lo haya hecho antes, pero esta es la primera vez para mí y por ello te digo, autor, que me ha encantado . Para colmo, a modo de propina, nos metes un extra, ese pez perdido en el fondo del mar, simbolizando la soledad e incomunicación a nivel planetario: ¡Albatross, las plumas de punta se le pusieron a Jilguerillo al leerlo anoche! Por cierto, otra maravilla ese perro que se cruza con Bernabé en el Epílogo y, al reconocerse similares, imagen especular el uno del otro, desvían la vista y se alejan avergonzados (creo que Berlín ha citado este encuentro).

En cuanto al personaje principal, Bernabé, es, en mi modesta opinión, la especialidad de la casa, el personaje genuinamente tocornaleño (el adjetivo terminado en eño me suena más a pueblo, a auténtico, por eso mi elección, que el autor me disculpe si no es de su agrado), el perdedor entrañable. Y es que en eso Albatross, como ya nos había demostrado antes con su Fructuoso del Hoyo o su gran Mandruke, es un maestro. Los ridiculiza pero con cariño y humanidad. Los coloca al borde del abismo pero sin dejarlos caer nunca. Es decir, hace que el lector se ría con él pero nos queda claro que se le debe respeto, porque el autor se lo tiene, y no osamos reírnos de él.

Leyendo la novela he escuchado, aquí y allá, ecos de los grandes. Sin duda, el primer capítulo, dedicado a retratarnos a Bernabé como antítesis de su padre Mariano, el pusilánime funcionario versus el emigrante aventurero, es para mi un homenaje a Gabriel García Márquez (haya sido o no esa la intención del autor), con su prosa más épica y recargada y sus impagables toques de realismo mágico: esa esquiva isla de San Borondón con acantilados sobrevolados por aves marinas (congéneres del autor seguro); o esa matrona arrojando chorros de leche, como la Virgen de la leche de Lembri. Y esos párrafos iniciados con “muchos años más tarde”, que me ha hecho evocar Cien años de Soledad o la escena de Mariano desnudo bajo la lluvia que me hizo pensar en Jose Arcadio Buendía, el fundador de la estirpe, en su senectud amarrado al castaño a la intemperie. Y debido a mis gustos personales, si Albatross hubiera escrito la novela sobre Mariano y en este tono, Jilguero hubiera levitado . Pero nos quería contar la de Bernabé, un personaje mucho más suyo, y encantada estoy de haberlo conocido. Y quizás por la importancia de la música, por algunos soliloquios mentales de los personajes, por un cierto existencialismo de andar por casa, también he tenido a ratos presente a Kundera. A lo mejor estos ecos solo están en mi cabeza pero, como son ecos de escritores que yo considero grandes, los he citado como una forma de mostrarle al autor hasta que punto me han llegado sus palabras.

Podría seguir enumerando detalles que me han gustado pero no quiero que perdáis más tiempo leyendo mi comentario cuando lo suyo es que lo aprovechéis para leer la novela. Paso, pues a comentar las “pegas” que le he visto a la novela. Una primera pega que le veo, pero que está muy ligada a mis hábitos lectores (no leo contemporáneos sino que prefiero dejar pasar unas décadas para que el tiempo me seleccione las mejores obras), es que, aquí y allá, el autor retrata la sociedad española de las distintas épocas de la vida de Bernabé con mucho detalle. Y eso, si bien puede ser un valor añadido para quien lea la novela en nuestros días, puede que haga que la novela envejezca peor. La experiencia me dice que los sentimientos que retrata Albatross en sus personajes son muy universales y podrán ser leídos con interés por próximas generaciones sin ninguna duda, pero los escenarios descritos, al menos para lectores de mis características, quizás les suenen un poco anacrónicos dentro de unos años. Es decir, pensando en el mañana, quizás yo le hubiera dado menos peso a las partes que son de rabiosa actualidad (crisis, burbuja inmobiliaria, culto al aspecto físico…etc.). Pero es posible que el autor sea partidario de hacer denuncia social con sus escritos y, en tal caso, nada que objetar (personalmente soy más egoísta y en la literatura prefiero olvidarme de ciertas cosas). Y una segunda pega, que tal vez en algunos momentos, emulando al Borges más erudito (con los escritos de este maestro que adoro me pasa lo mismo), el escritor se detiene mucho en la descripción de ciertas cosas, como la propia ley de los similares (a mi me coge cerca y no me ha importado), que puede cansar a quien no conozca y/o no esté interesado en el tema tratado. En cualquier caso, pegas menores para una buena novela.

Otra cosa, a quienes os animéis a leerla, deciros que merece la pena que, conforme vayan apareciendo las melodías con las que el autor imagina cada escena, vosotros os las pongáis de fondo. Ayuda mucho a ambientarse y facilita meterse en la piel de los personajes. Y para quienes ya sois maduros, escuchad con calma Caballo viejo. Para mi ha sido un descubrimiento. Y los más jóvenes, pues os toca esperad unos años y ya luego comprenderéis...

Y, por supuesto, no quiero acabar este comentario sin pedirle desde aquí, al autor, que nos siga hablando: lo que nos tiene que decir merece la pena y, por eso, al menos este hermano menor de vuelo, quiere escucharlo.

[joserc]

Llegué a este libro por recomendación de dos mujeres escritoras. Me dijeron “te hará pensar” y efectivamente ese es el efecto secundario que tiene este fármaco llamado “La ley de los similares”.

No se trata de una obra para pasar el rato y ya está. Tiene un fondo que al principio parece escrito para espabilar hombres, por decirlo de alguna manera, pero que a poco que se lea, también se nota el aviso para las mujeres respecto a los varones. No puedes evitar que cada sesión de lectura te deje mirando al techo, pensando en las "similitudes" que ves en la vida real, propia y ajena.

Las situaciones son tan crudas que te hacen sentir. Antonio te hace “ver” lo que pasa, te obliga a “oler” y casi “saborear” los ambientes.

En cuanto a los personajes, están pintados a pincel fino. En mi opinión los estudió uno a uno como si los hubiera sentado en el diván y hubiera hablado con ellos durante horas. Si no fue así, si solo salieron de su imaginación, solo cabe decir que este autor es la hostia creándolos de la nada.

Hay una cosa que he hablado con una de las escritoras. Me deja anonadado la manera de meterse en la mente de una mujer. Es obvio que Antonio no es una mujer, así que saco en claro que ha hablado mucho con unas cuantas, pero lo más destacable es que las haya convencido para que le cuenten cosas enterradas en lo más profundo de sus almas. Esa clase de empatía solo puede darse en alguien con una capacidad de acercamiento muy alta. No conozco a muchas personas capaces de escuchar de esa forma.

Hay que decir algo criticable y es que llegué a algún trozo que me pareció fuera de lugar. No puedo decir cuál es sin desvelar el fondo del la obra, pero me sorprendió encontrármelo. Luego entendí que estaba ahí puesto para ser leído aparte, como si Antonio nos añadiera un suplemento que podemos leer de forma autónoma.

Mi más sana envidia (mentira, me reconcome no crear algo así de bueno) por crear una obra que no se limita a hacerte pasar el rato, si no que te deja un poso en el fondo de la cabeza, una semilla que germina inevitablemente y te obliga a replantear ideas propias.

Más que recomendable que leas “La ley de los similares”

[Nínive]

Es una novela estupenda. Habrá que chivarle a Antonio que venga a leer las reseñas nuevas...

[barrikada]

Espero finiquitarla en un rato...

La verdad es que está muy muy bien. Creo que he visto reflejado alguno de los relatos de albatross durante el trascurso de la obra, o al menos ciertas temáticas que él suele sacar a pasear. Pero ante todo me ha sorprendido cómo desborda con la gran cantidad de detalles y recovecos que es capaz de tejer de cada fragmento del libro, los monólogos acerca de casi cualquier tema (en las cuales coincido bastante, salvo el discurso sobre la decadencia de las ideologías tradicionales tratando de confrontar y equiparar derecha e izquierda) y sobre todo el realismo que rezuma la obra, lo bien reflejada que está la decadencia existencial del hombre de hoy y cada uno de los diálogos.
Quizá, a medida que avanza el libro ese toque de humor surrealista se va diluyendo en detrimento de temáticas mucho más existenciales, pero aun así, absoluto chapeau. Me ha sorprendido gratamente. Mañana desfilaré con mis impresiones finales,

se va abe un follón en el final que no sabe ni donde sa metio

[barrikada]

Finalizado!
Aunque lo retomé a altas horas de la noche, ya no pude parar hasta fizalizarlo y ver cuál sería el desenlace final.

Tengo la sensación de qué me he debido perder algún detalle, porque no me convence mucho la salida final finalísima que le da al entuerto entre realidad y realidad virtual, Bernabé... Además de que, pienso, que ya que es consciente de la problemática para con su mujer, quizá hubiera sido mejor sincerarse o emitir algún mensaje sutil (como el de la orquídea) para no volver a caer en la misma rutina tiempo después. No lo acabo de ver convincente, pero no creo que este detalle esté dejado a la virulé.

La sensación final es inmejorable en todos los sentidos: trama, narración y sobre todo las pequeñas tramas, esos revestimientos tan acertados en forma de monólogo interior (y exterior) que están perfectamente amoldados. Es indudable que para conseguir un resultado tan sólido, una coherencia tan demoledora entre todo ese tejido de situaciones y reflexiones, es necesario mucho trabajo y ese toque de talento que tiene Antonio.

Me quedo con que es uno de esos libros con tantos y tantos matices, que a buen seguro, algún día, volveré a leer y que tiene una impronta tan singular que no sería capaz de señalar ningún tipo de influencia ni otro lectura que evoque a La Ley De Los Similares.

Por cierto, menuda juerga con Leites Regueira. La hipotética escena de carácter erótico-lúdico-festivo bajo el botafumeiro de la Catedral de Santiago es una de las mayores gamberradas que recuerdo nunca. También el personaje de Paco, el segundo portero, me parece muy auténtica.

Espero que en la próxima novela de albatross, se acuerde del primero. Al hilo de este comentario, y habiendo leído algunos relatos de albatross, tengo una ligera impresión que el libro también se podría entender como un extenso recopilatorio de relatos.

Un placer muy placentero. Enhorabuena, pájaro marino, es de lo mejor que he leído en tiempo.

[albatross]

Un placer muy placentero. Enhorabuena, pájaro marino, es de lo mejor que he leído en tiempo.

Muchas gracias Barrikada.
Me has alegrado el día.
Comentarios come este justifican en gran parte el que uno siga escribiendo. Esa especie de placer masoquista...

[jilguero]

No creo que Albatross se pase por aquí, pero tampoco es eso demasiado importante.
Se acerca la Navidad y, pensando en que regalar a los amigos de toda la vida , me he acordado de los buenos ratos que pasé leyendo esta novela . Y como aprecio a mis amigos, pues he decidido que este año será este mi regalo navideño

PD: este verano la releí y todavía me asombró más la buena prosa y lo bien ensamblada que está la historia.

[RAOUL]

No sabía yo que Albatross tenía esta novela publicada... De seguro que está muy bien porque él lo puede y por lo que le he escuchado a él mismo leer durante la presentación. Lamento que albatross dejara de participar en el subforo por no recuerdo ya qué lío, ni qué dimes ni diretes que a veces se forman en los concursos de manera un tanto incomprensible. Porque no entiendo yo eso de que se pueda discutir sin posibilidad de darle un cabezazo al interlocutor.

Pues que, como ya he dicho, he visto la presentación y me ha gustado mucho mucho. Un acto muy bonito y ameno, donde a fin de cuentas se dicen grandes verdades como ésa de saber que uno ha terminado la novela "cuando está hasta los huevos de la novela" Y digo yo que será así, que si se publica es para dejar de corregir y ni aun eso, que el autor siempre tendrá derecho a revisar cada palabra y aun cada coma. Tambiñen aquello de que se escribe porque no hay más remedio y por pura necesidad.

Enhorabuena tan retrasadas, Antonio. Un abrazo muy fuerte y si me hago con la novela no dudes que la leeré y dejaré mis impresiones.

[albatross]

No sabía yo que Albatross tenía esta novela publicada... De seguro que está muy bien porque él lo puede y por lo que le he escuchado a él mismo leer durante la presentación. Lamento que albatross dejara de participar en el subforo por no recuerdo ya qué lío, ni qué dimes ni diretes que a veces se forman en los concursos de manera un tanto incomprensible. Porque no entiendo yo eso de que se pueda discutir sin posibilidad de darle un cabezazo al interlocutor.

Pues que, como ya he dicho, he visto la presentación y me ha gustado mucho mucho. Un acto muy bonito y ameno, donde a fin de cuentas se dicen grandes verdades como ésa de saber que uno ha terminado la novela "cuando está hasta los huevos de la novela" Y digo yo que será así, que si se publica es para dejar de corregir y ni aun eso, que el autor siempre tendrá derecho a revisar cada palabra y aun cada coma. Tambiñen aquello de que se escribe porque no hay más remedio y por pura necesidad.

Enhorabuena tan retrasadas, Antonio. Un abrazo muy fuerte y si me hago con la novela no dudes que la leeré y dejaré mis impresiones.

Muchas gracias por interesarte por La ley de los similares y por ver la presentación. Si bien es cierto que no entro mucho por el foro, tengo conectada una alarma que me avisa cuando hay algún comentario que me concierne. Si de verdad te interesa leer la novela, envíame un privado. Para mí sería un honor tener la opinión de un escritorazo de tu talla.

Un abrazo.

[Isma]

¡Hola! Ya lo he leído. De un tirón, prácticamente.

Mi impresión general, para quien no quiera leer mucho, es que es un libro que te hace reflexionar. No todo él, pero sí hay capítulos en los que la historia, la narración y los personajes se complementan y llegan al lector de manera especial. Esto creo que es importante en un libro. Los hay que pasan sin pena ni gloria por nuestra mente, dejando apenas el recuerdo de un entretenimiento fugaz. Otros, sin embargo, dejan un poso que se recuerda, plantan una semilla que quizás germine en una nueva perspectiva, un nuevo punto de vista: algo que nos hace ser mejores. Creo que este libro es del segundo tipo.

Ahora voy con un poco más de detalle. Que me perdone el comedido Jilguero porque me anudo el pañuelo de pirata y saco los dientes. Habrá luces y sombras. Lo digo con la mayor sinceridad que puedo y sin ánimo alguno de ofender.

Lo primero es la portada. Es una de las portadas más bonitas de entre los libros que tengo. Intuyo que las huellas son del propio Antonio por su dimensión y peso, que más que huellas parece un poco garras. Parecen que van a salirse del libro, y el texto se resalta de manera especial. Un gran acierto: tan solo sobra el nombre de la editorial abajo a la derecha.

El primer capítulo ya anticipa cómo va a ser el resto del libro. Una narración culta e inteligente que usa un lenguaje variado y rico. Muy enriquecedor, desde luego: siempre me ha gustado el poder aprender de lo que leo. En este primer capítulo, sin embargo, el despliegue formal me parece un poco excesivo, como queriendo impresionar al lector sobre lo que está por venir. Ojo, digo "como queriendo"; me parece que pretende impresionar al lector, o quizás hacer una declaración. Y me parece innecesario, porque la narración fluye mejor cuando conecta con el lector de manera natural, cuando sentimos que el autor nos está hablando a nosotros a solas, al oído: no son necesarios alardes técnicos para ello sino solo empatía y una buena historia. Esto lo sabe hacer Antonio muy bien y en otros capítulos lo he sentido, aunque no así en este primero.

Sigo con el primer capítulo. Otro de los aspectos que se repite en el libro es el salto del tema principal a otros secundarios que añaden colorido, trasfondo y quizás un tipo de reflexiones que complementan la historia troncal. Es... interesante, pero en mi caso esto ha hecho que me despiste. Por ilustrar lo que quiero decir: apenas si se nos presenta a Bernabé, con esa entrada espectacular pene en mano, para pasar a desglosar la completa vida de su padre, en lo que parece un pequeño paréntesis que sin embargo se alarga hasta ocupar casi todo el capítulo. En este caso es comprensible, puesto que los padres son una referencia de trasfondo para los personajes: pero en otros capítulos esta divergencia no es tan clara y despista al lector (hablo en general, pero quiero decir que me despista a mí).

Y ya en lo personal, el tono de realismo mágico de ese primer capítulo, que tanto me ha dado para comentar, no me ha gustado. La narración ya es bastante heterogénea como para meter más variantes.

Los correos electrónicos al final de cada capítulo me parecen un acierto, y desde luego son irremplazables: forman parte de la historia principal. Otros alardes formales me han gustado menos, en concreto el capítulo 5 en el que se describe La ley de los similares y homeopatía, la traducción del poema en latín que hace el conserje culto, o las letras de canciones intercaladas en el texto. Son juegos literarios que nos gustan más a los que escribimos que a los que lo leen, creo yo.

Más cosas: espectaculares las reflexiones centrales en los capítulos siete y ocho. Frases para enmarcar y una lucidez clarividente. ¿Cuál es la edad límite para vivir una pasión sin hacer el ridículo? O esta otra, ¿podía seguir ella respetando a un hombre que no se hacía respetar por los más cercanos? Y sin respeto, ¿queda sitio para el amor? Matilde me parece un personaje fantástico. El tono irónico es extremo y llega a ácido en muchas ocasiones. Leyendo este libro me vuelven las ganas de quemar España (figuradamente, porque amo los bosques) hasta los cimientos y de empalar a lo largo de las carreteras, a lo Vlad Tepes, a lo más florido de nuestra sociedad.

Y con esto engancho con el final. Con tanta ramificación, me quedo con las ganas de saber más de los personajes principales, y quizás menos de los secundarios, que tienen todos su momento de gloria -una lectura muy buena, eso sí, pero irrelevante. Creo que Bernabé no es un antihéroe, porque de héroe no tiene nada: es más bien una persona mediocre que esparce su mediocridad alrededor de quienes le rodean. Matilde sí me parece un personaje rico, y por eso el final me da cien patadas. El cobarde de Bernabé la condena al sufrimiento y a la misma suerte que va a correr él, pero sin el conocimiento. Muy feo, Bernabé.

En fin, creo que es un libro que no puede dejar indiferente. Y también tengo la impresión de que muchos de los aspectos menos positivos que he encontrado son vicios de primera publicación y que serán solventados en los futuros libros, porque conozco a Antonio y es una persona inteligente y sensible. Y escribe como los ángeles.

[prófugo]

Hoy lo comienzo.

Lo iré intercalando con Stoner- John Williams.

Al fín ha llegado el momento de ponerme con esta obra de mi amigo..el maestro Antonio Tocornal...nuestro Albatross.

[jilguero]

Hoy lo comienzo.

Lo iré intercalando con Stoner- John Williams.

Al fín ha llegado el momento de ponerme con esta obra de mi amigo..el maestro Antonio Tocornal...nuestro Albatross.

Le has puesto el listón muy alto al compaginarlo con Stoner, pero me da que ni aún así te va a defraudar .