Campo de los almendros - Max Aub (LM 6)

[Pseudoabulafia]

Título: Campo de los almendros
Autor: Max Aub
Año de primera publicación: 1967
Año de esta edición: 1979
Editorial: Alfaguara
Serie: Laberinto mágico VI
ISBN: 9788420478234
Número de páginas: 632
Número de palabras: 160.458

Sinopsis:

Campo de Los Almendros es el último y el más famoso de los seis libros del ciclo. Publicado en México en 1967, “Campo de Los Almendros” nos cuenta la catástrofe. Son las últimas semanas de la guerra. Madrid ha caído, o debe estar a punto de caer. Los hombres vagan por el campo, confundidos, sin noticias. El enemigo se mueve a sus espaldas, ignoran ya a qué bando pertenece y qué intenciones trae aquella pareja de guardias con la que se cruzan en el campo. Esconderse y huir, siempre pidiendo agua y comida en los pueblos al paso. “La orden es marcharse. Como se pueda”. Hombres y mujeres huyen en desbandada, citados para continuar juntos la huida en lugares a los que no saben si se puede llegar, si están ya en poder del enemigo. Los partes no dicen nada. ¿El objetivo de la mayoría? Valencia, Alicante, donde se rumorea que hay barcos aguardando para llevarles al exilio. “En la ciudad, a oscuras, se mueve la gente como arañas o lombrices”.

Al final, y llevada por un raro instinto de supervivencia, toda aquella multitud de fugitivos converge en el puerto de Alicante, en espera de un barco. Pasan los días, menudean los suicidios. El barco no llega y cuando, por fin, un buque aparece en la bocana del puerto, espera a encontrarse a sólo unos metros del muelle donde los vencidos comienzan a acarrear sus bártulos y sus escasas pertenencias, donde se intenta respetar el orden de embarque establecido, para desplegar la bandera del ejército vencedor y hacer sonar por los altavoces la Marcha Real

“Campo de Los Almendros” se llama así por la gran explanada poblada de almendros junto a la ciudad de Alicante donde fue improvisado un campo de concentración en que recluir a los capturados en el puerto. Al final, el esfuerzo por orientarse ha sido inútil, los hombres de Max Aub han caído en la sima del laberinto, en el oscuro cubil del Minotauro. “Pasará el tiempo que pasará (...) pero lo evidente, lo que nadie podrá ocultar ni borrar es que se mató porque sí”, podemos leer en las últimas páginas de este escalofriante libro con el que se cierra “El laberinto mágico”. Un ciclo novelístico que, como me anunciara mi amigo, es auténtica, gran literatura, folios extraños y únicos que mueven al lector a cambiar su concepción del mundo.

Serie «Laberinto mágico»:
- Campo cerrado
- Campo abierto
- Campo de sangre
- Campo francés
- Campo del Moro
- Campo de los almendros

Además de estos seis libros que forman el Laberinto mágico, La calle Valverde puede considerarse una introducción que transcurre en los años previos a la Guerra Civil y en la que aparecen alguno de los personajes que luego aparecerán en el Laberinto Mágico.

Con el título de este libro he tenido muchas dudas y lo he visto escrito por internet de varias formas: «Campo de los almendros», «Campos de Los Almendros» o «Campo de los Almedros».
El título hace referencia al topónimo de el Campo de concentración de Los Almendros, solo que en el tiempo en que transcurre la novela todavía no era un topónimo y no llevaba mayúsculas.
No sé si Aub lo tituló con mayúsculas o con minúsculas iniciales, porque las versiones que he visto vienen todas con mayúsculas en todo el título, pero en varios pasajes de la novela los personajes se refieren al lugar como «campo de los almendros» en minúsculas y sin más, porque por aquel entonces no era un topónimo sino una forma de identificar el lugar por sus características.
Por eso he preferido dejarlo en minúsculas.

[Pseudoabulafia]

Creo que este es el libro que más me ha gustado de toda la serie, es una pena que esté al final.

Aunque también es posible que me haya gustado más porque ya estoy un poco más acostumbrado al estilo de Aub y no me sorprende ni me interrumpe la lectura el hecho de que el libro esté lleno de los puntos de vista de los innumerables personajes que van pasando por la novela.

El tema principal tratado es el final de la Guerra Civil, el éxodo hacia el puerto de Alicante y el internamiento de prisioneros en el Campo de Los Almendros. En general me han gustado las historias parciales del pasado de algunos personajes al mismo tiempo que se va contando la acción de la huida. No es necesario haberse leído los libros anteriores, pero aparecen muchos de los personajes que habían ido apareciendo a lo largo de la serie, como Julián Templado, Vicente Dalmases, Paulino Cuartero... La verdad es que no me acordaba muy bien de sus historias anteriores en los libros, pero tampoco es muy necesario porque sus historias quedan diluidas entre las muchas otras que va contando. Sin embargo, hace ilusión volvérselos a encontrar. Me pregunto si Aub llevaría un cuaderno de notas con las historias y personalidades de cada uno de sus personajes.

Especialmente me ha gustado el último cuarto de novela, después del uno de abril de 1939 y ya en el campo de concentración. Algunas historias son brutales. Pongo un ejemplo de unas frases que tengo subrayadas y que bien podrían ser un microrrelato, aunque la historia de esos personajes la cuente con más trasfondo durante la novela:

—¿Y en qué puedo servirle? —En hacerse el muerto. —¿Cómo? —Para que se convenza la Hortensia de que me lo cargué. No crea que me costaría gran cosa hacerlo. Nada. Pero me parecería de poco hombre pegarle un tiro en la nuca porque parcheó el culo de mi mujer hace un par de años. Así que... —¿Cuánto? Lo dejó seco.

(No lo considero destripe porque esta historia parcial apenas dura un par de páginas o tres, pero por si acaso lo pongo tapado).

No me suelen gustar mucho cuando el propio autor se mete a sí mismo dentro de sus novelas, pero hay que reconocer que las «páginas en azul» que pone Aub en esta novela tienen bastante sentimiento.
Y desde luego hace un resumen perfecto de su estilo, aunque parece que ni siquiera se quedó satisfecho con la cantidad de historias distintas que va narrando:

Para dar una idea de la realidad, el autor debiera abrir miles de cráneos, exponer miles de pensamientos enrevesados (si es que surgen de los cráneos), explicar las torturas, las esperanzas, los desengaños de los amontonados en el puerto, dormidos, despiertos, transidos. No está seguro de quererlo porque es demasiado viejo para hacerlo. No puede. Se consuela pensando que no es cierto: que la verdad sólo es la poesía, que la poesía sólo son las palabras, que la verdad poco tiene que ver con ellas y que si acertara a inventar veinte daría lo que siempre busca en vano. ¿Qué piensan, esta noche, los refugiados en el puerto de Alicante, último residuo —no baluarte— de la República Española, último extremo de la Gran Guerra Civil que ha enfrentado una vez más media España a la otra media?

[...]

Allí hay treinta mil posibles protagonistas de la Gran Guerra Civil Española que el autor ha relatado a su manera desde hace un cuarto de siglo. (Ha hecho muchas otras cosas porque no se puede vivir, y hacer vivir una familia, de contar unos sucesos que sólo interesan ya a pocos; ha tenido que pagar la mayor parte de sus ediciones porque no pudieron leerse sus libros en España. Ahora, aunque dejaran que se vendiesen en Madrid o en Barcelona, ya no importan.)

[Aben Razín]

Gracias por la presentación y tu comentario, Pseudo

Ahora, después de la lectura de San Juan, me interesa mucho la Literatura de Max Aub...