Recordaré a la Tierra

[Ibn Batuta]

Recordaraba el viento que sacia mi calma,
recordaba las aguas que riegan mi sed,
tus ojos de lechuza, observándome crecer;
tus dedos de viento midiendo los latidos de mi ímpetu
y la sangre de mis venas que obvia a la razón,
ante los sabios consejos de tu silencio.

Un silencio bañado en las cálidas brisas de tu amor;
que apaciguando yo mi inquietud por tus paseos,
alcancé la vida aún sin quererlo;
y noté al tacto de tus ramas,
mis naturales deseos,
aún sin saberlo,
me atraía tu áspera y suave piel;
pues a la espera derramada
por tus campos,
senti el frío y el calor,
se abalanzarón sobre mi,
las ligeras brumas de los bosques sin hiel,
sin mentiras, salpicadas por tus sinceros llantos
de eterno sudor.

El sudor de una madre fiel,
que limpios sus verdes hijos
de prisiones y humanas marcas,
sobre ellos precipita la luz de un amanecer hermoso,
candentes pasos que quedaron ya en las colinas desdentadas,
pues sé, que tras muerte de una la tarde sin reposo,
sucede la ténue noche estrellada,
que en su blanco trono de marfíl,
apunta con largas lanzas encantadas
a las luciérnagas que rondan la negra charca;
de un pantano sin principio ni fin,
que siendo testigo de campos atravesados
por manadas al galope,
baña sus gargantas hurañas
en tus turbias aguas de sinople,
ahora son los recios ciervos los que corren
persiguidos por los hambrientos lobos,
sin fortuna, ni presa,
que patas confunden en el polvo de tantas,
cazados éstas y los otros,
por hombres tras el rocío torpe
en sus torpes pasos de lodo.

Recordaba la muerte de un lince,
y la cáida de un árbol,
por guadañas del ruido,
y fusiles sombreados de esparto;
el veneno en las aguas
por mil y por quince vertido,
postrados en tres estaciones
sobre tus arenas de mármol,
en sus telas de nido,
donde se vertió la negra sangre
que nunca pudo reciclar,
tratando de ocultar sus vergüenzas
bajo máscaras de guiñol y de cristal.

Recordaré pues cuán hermosa eres
y de la fragilidad de tu fuerza,
de cómo desgraciadamente,
a través de mis lágrimas,
te veo desaparecer,
bajo montañas de escombros
y nubes de grises humos,
que perdiendo tu esencia
en asombros, te quemas
y quemádote tú,
nos quemamos
los unos a los otros.

Recordaré que he de cuidarte
con las manos que porto,
por mi bien y de quienes vengan tras de mi.
Recordaré que he de ser
el ser humano que debo,
que tu me das y he yo de darte,
para poder decir sereno,
recordaré, pues yo no pienso olvidarte.

[lucia]

Quitando que el título parece de algún libro de cifi, el poema me resulta una lista de esos hechos contra la naturaleza mas que como algo sentido a partir que pasas de los sentimientos hacia la madre tierra a los desmanes de los hombres. Le falta mojarse más en lo personal.

[Ibn Batuta]

Jeje, lamentablemente la ciencia ficción no queda tan lejos.

Tomo nota, si que es verdad que esta es una versión del original en el que traté, con acierto o no, de introducir
una crítica a ciertos comportamientos, quizá habré de darle otras varias capas de barniz si los hados me ayudan.

Gracias por leer.

[Fiel poesía]

Me ha resultado un poema compacto y bien estructurado, que aborda diferentes enfoques, hasta rendirse a la naturaleza de las voluntades humanas, del poeta.
Me gustó eso de quemarse en el humo.
Me pareció una imagen acertada para el brillo de la concatenación de tus versos.
Me resultó grata la lectura.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones!

[Aben Razín]

Me sigue gustando este regusto a poesía cargada de sabiduría y experiencia que nos ofreces, Ibn Batuta

[Ibn Batuta]

Gracias por leer.

Lo he corregido y pulido en algunas partes, creo que ahora tiene una mejor estructura.

[Aben Razín]

Gracias por leer.

Lo he corregido y pulido en algunas partes, creo que ahora tiene una mejor estructura.

Corregir y corregir, ¡es un no parar!,

Estoy seguro que ha sido para mejorarlo,