La niña que comía fresas
Publicado: 04 Oct 2014 12:51
LA NIÑA QUE COMÍA FRESAS
Mi abuelo hizo, hace tiempo,
una foto a mi madre comiendo fresas en el campo.
Estaba recostada sobre la hierba, sonreía,
y había árboles, grandes, a lo lejos. Tenía
cuatro años más o menos.
El día, siendo gris, parecía hermoso (las niñas bonitas pintan
de azul el cielo).
Mi abuelo retuvo ese instante
para siempre.
Observo atentamente aquella foto.
Me fijo en el semblante de la niña (¿cómo llamarle madre
a una chiquilla ajena, y tan lejos aún de mí? y reconstruyo,
a partir de esa imagen, una película que se proyecta
veloz en mi cabeza:
Megustanlasfresaspapá¿hesalidoguapa?mamáventengofrío
vamosacasaAñosdespelaguerraelmiedoyelhambre
elfusilamientodelabueloyelexilioenFrancia
lacartilladeracionamientoyelregresoaEspaña
lajuventudlaescuelasutrabajodemodistaylasamigas
elencuentroconmipadrelaprimeracitaelprimerbeso
labodalosviajesaMadridminacimientoymihermana
HaroVitorialamuertedemipadreeltrabajoduro
lamuertedelaabuelaylanuevacasa…
Hasta el día en el que hallo, en un cajón, una foto
que mostraba a una niña que comía
fresas en el campo.
De esa chiquilla tengo, dicen, los ojos y la boca;
y un poco de su aspecto melancólico. Y cuando alguna vez
le pido que me hable de aquella época, sus ojos, primero,
se iluminan, después se cierran, y luego, pensativa,
me dice que recuerda, sobre todo, la inolvidable
dulzura de las fresas.
En ese tiempo, yo era, simplemente,
una imagen aún por revelar.
--oOo--
Mi abuelo hizo, hace tiempo,
una foto a mi madre comiendo fresas en el campo.
Estaba recostada sobre la hierba, sonreía,
y había árboles, grandes, a lo lejos. Tenía
cuatro años más o menos.
El día, siendo gris, parecía hermoso (las niñas bonitas pintan
de azul el cielo).
Mi abuelo retuvo ese instante
para siempre.
Observo atentamente aquella foto.
Me fijo en el semblante de la niña (¿cómo llamarle madre
a una chiquilla ajena, y tan lejos aún de mí? y reconstruyo,
a partir de esa imagen, una película que se proyecta
veloz en mi cabeza:
Megustanlasfresaspapá¿hesalidoguapa?mamáventengofrío
vamosacasaAñosdespelaguerraelmiedoyelhambre
elfusilamientodelabueloyelexilioenFrancia
lacartilladeracionamientoyelregresoaEspaña
lajuventudlaescuelasutrabajodemodistaylasamigas
elencuentroconmipadrelaprimeracitaelprimerbeso
labodalosviajesaMadridminacimientoymihermana
HaroVitorialamuertedemipadreeltrabajoduro
lamuertedelaabuelaylanuevacasa…
Hasta el día en el que hallo, en un cajón, una foto
que mostraba a una niña que comía
fresas en el campo.
De esa chiquilla tengo, dicen, los ojos y la boca;
y un poco de su aspecto melancólico. Y cuando alguna vez
le pido que me hable de aquella época, sus ojos, primero,
se iluminan, después se cierran, y luego, pensativa,
me dice que recuerda, sobre todo, la inolvidable
dulzura de las fresas.
En ese tiempo, yo era, simplemente,
una imagen aún por revelar.
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