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CUANDO ESCRIBO
(Extensible a todos los que escriben)


Cuando escribo me olvido de ser hombre
y me convierto en una imagen
al margen de mí mismo. Así las cosas
se ven de otra manera y la luz que me rodea
me ilumina a través de la escritura.

A veces un latido se inmola ante mi pecho
como un niño cansado de la vida
y de esa forma yo comprendo
que se vive a través del sentimiento.

Por eso, cuando escribo,
me vuelvo transparente, libre, y como la lluvia
que va anegando poco a poco los campos y la tierra,
progresa en mi cabeza la simiente de una idea.

Un poema es el fruto
de un milagro asombroso de la vida. Sin una mente
que se muestre sensible e intuitiva, la palabra escrita
sería una quimera.


--oOo--

¡Es cierto, jose manuel!

Uno se ve como si no fuera uno, cuando vuelve a leer lo que ha escrito porque ha dejado, queriendo o sin querer, algo de lo que llevaba dentro, muy dentro...

Gracias por tu poema...

Aben Razín escribió:¡Es cierto, jose manuel!

Uno se ve como si no fuera uno, cuando vuelve a leer lo que ha escrito porque ha dejado, queriendo o sin querer, algo de lo que llevaba dentro, muy dentro...

Gracias por tu poema...

Gracias a tí, Aben, por el comentario.
En efecto, no se podría resumir mejor lo que expresas.
Un fuerte abrazo, amigo.
j. Manuel

jose manuel saiz escribió:En efecto, no se podría resumir mejor lo que expresas.

Gracias a tí, jose manuel

El proceso de expresión y de lectura tiene que ver con la soledad y con el encuentro con uno mismo... un proceso, a veces, muy arduo...

Un poema es el fruto
de un milagro asombroso de la vida. Si no existiera
una mente sensible e intuitiva, la palabra escrita
sería simplemente una quimera.

Todo en compaña, sabe mejor.

Un poema es el fruto
de un milagro asombroso de la vida. Si no existiera
una mente sensible e intuitiva, la palabra escrita
sería simplemente una quimera.

Esto se queda grabado a fuego en el pecho. Me gusta mucho.

Tengo la tarde rara y se me ha cruzado la imagen del gusano con el del anuncio de la FAD

Pero no olvidemos que también está el ensayo, que necesita también de palabras bien escritas, aunque se tenga la sensibilidad de una ameba.

Muy acertada esa manera de presentarnos a las ideas que surgen en las cabecitas de los escritores: como la lluvia que poco a poco va anegando cada esquina...

Un placer leerte.