Por un lado, referente al autor. Antonio Buero Vallejo es pesimista por muchas razones. Fundamentalmente, creo que podemos encontrarlas en su biografía personal. Su pasado, hasta llegar a estrenar como autor teatral e incluso más tarde, está lleno de acontecimientos vitales que no ayudaron en nada a concebir al hombre como un proyecto de futuro, cargado de esperanza. De hecho, obras como El tragaluz o La fundación pueden servir de ejemplo de lo que he querido explicar.
Por otro lado, referente a la obra y sus interpretaciones. Hay que decir que el que lee la obra es uno y, por lo tanto, cabe la interpretación personal e íntima que uno haga. La que has puesto es la tuya y te vale -o te ha valido-, incluso puede ser defendible en un momento dado
Tanto la escena final como todo el acto tercero, para tí, están preñadas de esperanza. Un motor que sirve para que esos hijos intenten despegarse del pasado de los padres, lleno de oscurantismo y de tragedia. Quede claro que, para muchos críticos de la época, también lo vieron así, por lo tanto, entiéndela como una interpretación plausible |
la escalera es vista como un microcosmos asfixiante y agobiante donde no se puede salir sin heridas profundas. Si sigues ahí o quizás en otra, no hay muchos visos de cambio para el futuro de los hijos: no se les puede dejar una buena herencia y éstos no la pueden cambiar
Mi opinión sobre el teatro de Buero Vallejo ha sido que está marcado por un realismo y un pesimismo, a partes iguales. Por ello, por su forma de narrar y de presentarnos a unos personajes, cargados de simbología, me parece que es uno de los grandes autores del teatro universal.
Ya te puedes suponer, ¡no soy nada imparcial! y eso que me faltan de leer obras suyas.