Luis Cernuda
Moderadores: Tessia, lunallena
Re: Luis Cernuda
Tristeza del recuerdo
Por las esquinas vagas de los sueños
alta la madrugada, fue conmigo
tu imagen bien amada, como un día,
en tiempos idos, cuando Dios lo quiso.
Agua ha pasado por el río abajo,
hojas verdes perdidas llevó el viento
desde que nuestras sonrisas vieron quedas
su afán borrarse con el sol traspuesto.
Hermosa era aquella llama, breve
como todo lo hermoso: luz y ocaso.
Vino la noche honda, sus cenizas
guardaron el desvelo de los astros.
Tal jugador febril ante una carta,
un alma solitaria fue la apuesta
arriesgada y perdida en nuestro encuentro;
el cuerpo entre los hombres quedó en pena.
¿Quién dice que se olvida? No hay olvido
Mira a través de esta pared de hielo
ir esa sombra hacia la lejanía
sin el nimbo radiante del deseo.
Todo tiene su precio. Yo he pagado
el mío por aquella antigua gracia,
y así despierto, hallando tras mi sueño
un lecho solo, afuera yerta el alba.
Por las esquinas vagas de los sueños
alta la madrugada, fue conmigo
tu imagen bien amada, como un día,
en tiempos idos, cuando Dios lo quiso.
Agua ha pasado por el río abajo,
hojas verdes perdidas llevó el viento
desde que nuestras sonrisas vieron quedas
su afán borrarse con el sol traspuesto.
Hermosa era aquella llama, breve
como todo lo hermoso: luz y ocaso.
Vino la noche honda, sus cenizas
guardaron el desvelo de los astros.
Tal jugador febril ante una carta,
un alma solitaria fue la apuesta
arriesgada y perdida en nuestro encuentro;
el cuerpo entre los hombres quedó en pena.
¿Quién dice que se olvida? No hay olvido
Mira a través de esta pared de hielo
ir esa sombra hacia la lejanía
sin el nimbo radiante del deseo.
Todo tiene su precio. Yo he pagado
el mío por aquella antigua gracia,
y así despierto, hallando tras mi sueño
un lecho solo, afuera yerta el alba.
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Re: Luis Cernuda
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están donde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están donde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
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Re: Luis Cernuda
Te lo he dicho con el viento,
Jugueteando tal un animalito en la arena
O iracundo como órgano tempestuoso;
Te lo he dicho con el sol,
Que dora desnudos cuerpos juveniles
Y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
Frentes melancólicas que sostienen el cielo,
Tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
Leves criaturas transparentes
Que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
Vida luminosa que vela un fondo de sombra;
Te lo he dicho con el miedo,
Te lo he dicho con la alegría,
Con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
Más allá de la vida
Quiero decírtelo con la muerte;
Más allá del amor
Quiero decírtelo con el olvido.
Jugueteando tal un animalito en la arena
O iracundo como órgano tempestuoso;
Te lo he dicho con el sol,
Que dora desnudos cuerpos juveniles
Y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
Frentes melancólicas que sostienen el cielo,
Tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
Leves criaturas transparentes
Que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
Vida luminosa que vela un fondo de sombra;
Te lo he dicho con el miedo,
Te lo he dicho con la alegría,
Con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
Más allá de la vida
Quiero decírtelo con la muerte;
Más allá del amor
Quiero decírtelo con el olvido.
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Re: Luis Cernuda
Con tal vehemencia el viento
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.
Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.
Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.
Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.
Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.
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- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57440
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Luis Cernuda
Como no podía ser de otra manera, hoy también estoy de acuerdo con este verso de Luis Cernuda
Saludos madison
Saludos madison
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Futuro: La deseada de Maryse Condé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Futuro: La deseada de Maryse Condé.
Re: Luis Cernuda
Aben, me encanta saber que empiezas el día visitando este rinconcito, y si además te gusta, pues que decirte...¡¡un beso!!
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- Phineas.Buremberg
- Lector ocasional
- Mensajes: 26
- Registrado: 24 May 2011 16:25
- Ubicación: En el Aleph, observándolo todo.
Re: Luis Cernuda
Me encanta Luis Cernuda. Os cuelgo uno de mis poemas favoritos:
A UN POETA FUTURO
No conozco a los hombres. Años llevo
De buscarles y huirles sin remedio.
¿No les comprendo? ¿O acaso les comprendo
Demasiado? Antes que en estas formas
Evidentes, de brusca carne y hueso,
Súbitamente rotas por un resorte débil
Si alguien apasionado les allega,
Muertos en la leyenda les comprendo
Mejor. Y regreso de ellos a los vivos,
Fortalecido amigo solitario,
Como quien va del manantial latente
Al río que sin pulso desemboca.
No comprendo a los ríos. Con prisa errante pasan
Desde la fuente al mar, en ocio atareado.
Llenos de su importancia, bien fabril o agrícola;
La fuente, que es promesa, el mar sólo la cumple,
El multiforme mar, incierto y sempiterno.
Como en fuente lejana, en el futuro
Duermen las formas posibles de la vida
En un sueño sin sueños, nulas e inconscientes,
Prontas a reflejar la idea de los dioses.
Y entre los seres que serán un día
Sueñas tu sueño, mi imposible amigo.
No comprendo a los hombres. Mas algo en mí responde
Que te comprendería, lo mismo que comprendo
Los animales, las hojas y las piedras,
Compañeros de siempre silenciosos y fieles.
Todo es cuestión de tiempo en esta vida,
Un tiempo cuyo ritmo no se acuerda,
Por largo y vasto, al otro pobre ritmo
De nuestro tiempo humano corto y débil.
Si el tiempo de los hombres y el tiempo de los dioses
Fuera uno, esta nota que en mí inaugura el ritmo,
Unida con la tuya se acordaría en cadencia,
No callando sin eco entre el mudo auditorio.
Mas no me cuido de ser desconocido
En medio de estos cuerpos casi contemporáneos,
Vivos de modo diferente al de mi cuerpo
De tierra loca que pugna por ser ala
Y alcanzar aquel muro del espacio
Separando mis años de los tuyos futuros.
Sólo quiero mi brazo sobre otro brazo amigo,
Que otros ojos compartan lo que miran los míos.
Aunque tú no sabrás con cuánto amor hoy busco
Por ese abismo blanco del tiempo venidero
La sombra de tu alma, para aprender de ella
A ordenar mi pasión según nueva medida.
Ahora, cuando me catalogan ya los hombres
Bajo sus clasificaciones y sus fechas,
Disgusto a unos por frío y a los otros por raro,
Y en mi temblor humano hallan reminiscencias
Muertas. Nunca han de comprender que si mi lengua
El mundo cantó un día, fue amor quien la inspiraba.
Yo no podré decirte cuánto llevo luchando
Para que mi palabra no se muera
Silenciosa conmigo, y vaya como un eco
A ti, como tormenta que ha pasado
Y un son vago recuerda por el aire tranquilo.
Tú no conocerás cómo domo mi miedo
Para hacer de mi voz mi valentía,
Dando al olvido inútiles desastres
Que pululan en torno y pisotean
Nuestra vida con estúpido gozo,
La vida que serás y que yo casi he sido.
Porque presiento en este alejamiento humano
Cuan míos habrán de ser los hombres venideros,
Cómo esta soledad será poblada un día.
Aunque sin mí, de camaradas puros a tu imagen.
Si renuncio a la vida es para hallarla luego
Conforme a mi deseo, en tu memoria.
Cuando en hora tardía, aún leyendo
Bajo la lámpara luego me interrumpo
Para escuchar la lluvia, pesada tal borracho
Que orina en la tiniebla helada de la calle,
Algo débil en mí susurra entonces:
Los elementos libres que aprisiona mi cuerpo
¿Fueron sobre la tierra convocados
Por esto sólo? ¿Hay más? Y si lo hay ¿adonde
Hallarlo? No conozco otro mundo si no es éste,
Y sin ti es triste a veces. Ámame con nostalgia,
Como a una sombra, como yo he amado
La verdad del poeta bajo nombres ya idos.
Cuando en días venideros, libre el hombre
Del mundo primitivo a que hemos vuelto
De tiniebla y de horror, lleve el destino
Tu mano hacia el volumen donde yazcan
Olvidados mis versos, y lo abras,
Yo sé que sentirás mi voz llegarte,
No de la letra vieja, mas del fondo
Vivo en tu entraña, con un afán sin nombre
Que tú dominarás. Escúchame y comprende.
En sus limbos mi alma quizá recuerde algo,
Y entonces en ti mismo mis sueños y deseos
Tendrán razón al fin, y habré vivido
A UN POETA FUTURO
No conozco a los hombres. Años llevo
De buscarles y huirles sin remedio.
¿No les comprendo? ¿O acaso les comprendo
Demasiado? Antes que en estas formas
Evidentes, de brusca carne y hueso,
Súbitamente rotas por un resorte débil
Si alguien apasionado les allega,
Muertos en la leyenda les comprendo
Mejor. Y regreso de ellos a los vivos,
Fortalecido amigo solitario,
Como quien va del manantial latente
Al río que sin pulso desemboca.
No comprendo a los ríos. Con prisa errante pasan
Desde la fuente al mar, en ocio atareado.
Llenos de su importancia, bien fabril o agrícola;
La fuente, que es promesa, el mar sólo la cumple,
El multiforme mar, incierto y sempiterno.
Como en fuente lejana, en el futuro
Duermen las formas posibles de la vida
En un sueño sin sueños, nulas e inconscientes,
Prontas a reflejar la idea de los dioses.
Y entre los seres que serán un día
Sueñas tu sueño, mi imposible amigo.
No comprendo a los hombres. Mas algo en mí responde
Que te comprendería, lo mismo que comprendo
Los animales, las hojas y las piedras,
Compañeros de siempre silenciosos y fieles.
Todo es cuestión de tiempo en esta vida,
Un tiempo cuyo ritmo no se acuerda,
Por largo y vasto, al otro pobre ritmo
De nuestro tiempo humano corto y débil.
Si el tiempo de los hombres y el tiempo de los dioses
Fuera uno, esta nota que en mí inaugura el ritmo,
Unida con la tuya se acordaría en cadencia,
No callando sin eco entre el mudo auditorio.
Mas no me cuido de ser desconocido
En medio de estos cuerpos casi contemporáneos,
Vivos de modo diferente al de mi cuerpo
De tierra loca que pugna por ser ala
Y alcanzar aquel muro del espacio
Separando mis años de los tuyos futuros.
Sólo quiero mi brazo sobre otro brazo amigo,
Que otros ojos compartan lo que miran los míos.
Aunque tú no sabrás con cuánto amor hoy busco
Por ese abismo blanco del tiempo venidero
La sombra de tu alma, para aprender de ella
A ordenar mi pasión según nueva medida.
Ahora, cuando me catalogan ya los hombres
Bajo sus clasificaciones y sus fechas,
Disgusto a unos por frío y a los otros por raro,
Y en mi temblor humano hallan reminiscencias
Muertas. Nunca han de comprender que si mi lengua
El mundo cantó un día, fue amor quien la inspiraba.
Yo no podré decirte cuánto llevo luchando
Para que mi palabra no se muera
Silenciosa conmigo, y vaya como un eco
A ti, como tormenta que ha pasado
Y un son vago recuerda por el aire tranquilo.
Tú no conocerás cómo domo mi miedo
Para hacer de mi voz mi valentía,
Dando al olvido inútiles desastres
Que pululan en torno y pisotean
Nuestra vida con estúpido gozo,
La vida que serás y que yo casi he sido.
Porque presiento en este alejamiento humano
Cuan míos habrán de ser los hombres venideros,
Cómo esta soledad será poblada un día.
Aunque sin mí, de camaradas puros a tu imagen.
Si renuncio a la vida es para hallarla luego
Conforme a mi deseo, en tu memoria.
Cuando en hora tardía, aún leyendo
Bajo la lámpara luego me interrumpo
Para escuchar la lluvia, pesada tal borracho
Que orina en la tiniebla helada de la calle,
Algo débil en mí susurra entonces:
Los elementos libres que aprisiona mi cuerpo
¿Fueron sobre la tierra convocados
Por esto sólo? ¿Hay más? Y si lo hay ¿adonde
Hallarlo? No conozco otro mundo si no es éste,
Y sin ti es triste a veces. Ámame con nostalgia,
Como a una sombra, como yo he amado
La verdad del poeta bajo nombres ya idos.
Cuando en días venideros, libre el hombre
Del mundo primitivo a que hemos vuelto
De tiniebla y de horror, lleve el destino
Tu mano hacia el volumen donde yazcan
Olvidados mis versos, y lo abras,
Yo sé que sentirás mi voz llegarte,
No de la letra vieja, mas del fondo
Vivo en tu entraña, con un afán sin nombre
Que tú dominarás. Escúchame y comprende.
En sus limbos mi alma quizá recuerde algo,
Y entonces en ti mismo mis sueños y deseos
Tendrán razón al fin, y habré vivido
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- Aben Razín
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- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Luis Cernuda
Sí que me gusta y mucho, por ejemplo, la poesía que nos ha puesto Phineas.Buremberg ¡qué profundidad y qué sentimiento!madison escribió:Aben, me encanta saber que empiezas el día visitando este rinconcito, y si además te gusta, pues que decirte...¡¡un beso!!
Muchos de los sentimientos que destila esta poesía, todos los hemos encontrado alguna vez, lo maravilloso es expresarlo de esta forma tan profunda
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Futuro: La deseada de Maryse Condé.
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- Phineas.Buremberg
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- Registrado: 24 May 2011 16:25
- Ubicación: En el Aleph, observándolo todo.
Re: Luis Cernuda
Me alegro que te haya gustado el poema. A mí Cernuda me encanta, es mi poeta favorito, y cuando descubrí este poema se me erizó el vello. Y aún hoy me ocurre.Aben Razín escribió:Sí que me gusta y mucho, por ejemplo, la poesía que nos ha puesto Phineas.Buremberg ¡qué profundidad y qué sentimiento!madison escribió:Aben, me encanta saber que empiezas el día visitando este rinconcito, y si además te gusta, pues que decirte...¡¡un beso!!
Muchos de los sentimientos que destila esta poesía, todos los hemos encontrado alguna vez, lo maravilloso es expresarlo de esta forma tan profunda
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- Aben Razín
- Vivo aquí
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- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Luis Cernuda
¡No me extraña!Phineas.Buremberg escribió:Me alegro que te haya gustado el poema. A mí Cernuda me encanta, es mi poeta favorito, y cuando descubrí este poema se me erizó el vello. Y aún hoy me ocurre.
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
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Re: Luis Cernuda
Noche del hombre y su demonio
D: Vive la madrugada. Cobra tu señorío.
Percibe la existencia en dolor puro.
Ahora el alma es oscura, y los ojos no hallan
sino tiniebla en torno. Es esta la hora cierta
para hablar de la vida, la vida tan amada.
Si al Dios de quien es obra le reprochas
que te la diera limitada en muerte,
su don en sueños no malgastes. Hombre, despierta.
H: Entre los brazos de mi sueño estaba
aprendiendo a morir. ¿Por qué me acuerdas?
¿Te inspira acaso envidia el sueño humano?
Amo más que la vida este sosiego a solas,
y tú me arrancas de él para volverme
al carnaval de sombras, por el cual te deslizas
con ademán profético y paso insinuante
tal ministro en desgracia. No quiero verte. Déjame.
D: No sólo forja el hombre a imagen propia
su Dios, aún más se le asemeja su demonio.
Acaso mi apariencia no concierte
con mi poder latente: aprendo hipocresía,
envejezco además, y ya desmaya el tiempo
el huracán sulfúreo de las alas
en el cuerpo del ángel que fui un día.
En mí tienes espejo. Hoy no puedo volverte
la juventud huraña que de ti ha desertado.
H: En la hora feliz del hombre, cuando olvida,
aguza mi conciencia, mi tormento;
como enjambre irritado los recuerdos atraes;
con sarcasmo mundano suspendes todo acto,
dejándolo incompleto, nulo para la historia,
y luego, comparando cuánto valen
ante un chopo con sol en primavera
los sueños del poeta, susurras cómo el sueño
es de esta realidad la sombra inútil.
D: Tu inteligencia se abre entre el engaño:
es como flor a un viejo regalada,
y a poco que la muerte se demore,
ella será clarividente un día.
Mas si el tiempo destruye la sustancia,
que aquilate la esencia ya no importa.
Ha sido la palabra tu enemigo:
por ella de estar vivo te olvidaste.
H: Hoy me reprochas el culto a la palabra.
¿Quién sino tú puso en mí esa locura?
El amargo placer de transformar el gesto
en son, sustituyendo el verbo al acto.
Ha sido afán constante de mi vida.
Y mi voz no escuchada, o apenas escuchada,
ha de sonar aún cuando yo muera,
sola, como el viento en los juncos sobre el agua.
D: Nadie escucha una voz, tú bien lo sabes.
¿Quién escuchó jamás la voz ajena
si es pura y está sola? El histrión elocuente,
el hierofante vano miran crecer el corro
propicio a la mentira. Ellos viven, prosperan;
tú vegetas sin nadie. El mañana ¿qué importa?
Cuando a ellos les olvide el destino, y te recuerde,
un nombre tú serás, un son, un aire.
H: Me hieres en el centro más profundo,
pues conoces que el hombre no tolera
estar vivo sin más: como en un juego trágico
necesita apostar su vida en algo,
algo de que alza un ídolo, aunque con barro sea,
y antes que confesar su engaño quiere muerte.
Mi engaño era inocente, y a nadie arruinaba
excepto a mí, aunque a veces yo mismo lo veía.
D: Siento esta noche nostalgia de otras vidas.
quisiera ser el hombre común de alma letárgica
que extrae de la moneda beneficio,
deja semilla en la mujer legítima,
sumisión cosechando con la prole,
por pública opinión ordena su conciencia
y espera en Dios, pues frecuentó su templo.
H: ¿por qué de mí haces burla duramente?
Si pierde su sabor la sal del mundo
nada podrá volvérselo, y tú no existirías
si yo fuese otro hombre más feliz acaso,
bien que no es la cuestión el ser dichoso.
Amo el sabor amargo y puro de la vida,
este sentir por otros la conciencia
aletargada en ellos, con su remordimiento,
y aceptar los pecados que ellos mismos rechazan.
D: Pobre asceta irrisorio, confiesa cuánto halago
ofrecen el poder y la fortuna:
alas para cernerse al sol, negar la zona
en sombra de la vida, gratificar deseos,
con dúctil amistad verse fortalecido,
comprarlo todo, ya que todo está en venta,
y contemplando la miseria extraña
hacer más delicado el placer propio.
H: Dos veces no se nace, amigo. Vivo al gusto
de Dios. ¿Quién evadió jamás a su destino?
El mío fue explorar esta extraña comarca,
contigo siempre a zaga, subrayando
con tu sarcasmo mi dolor, ahora silencio,
por si alguno pretende que me quejo: es más digno
sentirse vivo en medio de la angustia
que ignorar con los grandes de este mundo,
cerrados en su limbo tras las puertas de oro.
D: Después de todo, ¿quién dice que no sea
tu Dios, no tu demonio, el que te habla?
amigo ya no tienes si no es éste
que te incita y despierta, padeciendo contigo.
Mas mira cómo el alba a la ventana
te convoca a vivir sin ganas otro día.
Pues el mundo no aprueba al desdichado,
recuerda la sonrisa y, como aquel que aguarda,
álzate y ve, aunque aquí nada esperes.
D: Vive la madrugada. Cobra tu señorío.
Percibe la existencia en dolor puro.
Ahora el alma es oscura, y los ojos no hallan
sino tiniebla en torno. Es esta la hora cierta
para hablar de la vida, la vida tan amada.
Si al Dios de quien es obra le reprochas
que te la diera limitada en muerte,
su don en sueños no malgastes. Hombre, despierta.
H: Entre los brazos de mi sueño estaba
aprendiendo a morir. ¿Por qué me acuerdas?
¿Te inspira acaso envidia el sueño humano?
Amo más que la vida este sosiego a solas,
y tú me arrancas de él para volverme
al carnaval de sombras, por el cual te deslizas
con ademán profético y paso insinuante
tal ministro en desgracia. No quiero verte. Déjame.
D: No sólo forja el hombre a imagen propia
su Dios, aún más se le asemeja su demonio.
Acaso mi apariencia no concierte
con mi poder latente: aprendo hipocresía,
envejezco además, y ya desmaya el tiempo
el huracán sulfúreo de las alas
en el cuerpo del ángel que fui un día.
En mí tienes espejo. Hoy no puedo volverte
la juventud huraña que de ti ha desertado.
H: En la hora feliz del hombre, cuando olvida,
aguza mi conciencia, mi tormento;
como enjambre irritado los recuerdos atraes;
con sarcasmo mundano suspendes todo acto,
dejándolo incompleto, nulo para la historia,
y luego, comparando cuánto valen
ante un chopo con sol en primavera
los sueños del poeta, susurras cómo el sueño
es de esta realidad la sombra inútil.
D: Tu inteligencia se abre entre el engaño:
es como flor a un viejo regalada,
y a poco que la muerte se demore,
ella será clarividente un día.
Mas si el tiempo destruye la sustancia,
que aquilate la esencia ya no importa.
Ha sido la palabra tu enemigo:
por ella de estar vivo te olvidaste.
H: Hoy me reprochas el culto a la palabra.
¿Quién sino tú puso en mí esa locura?
El amargo placer de transformar el gesto
en son, sustituyendo el verbo al acto.
Ha sido afán constante de mi vida.
Y mi voz no escuchada, o apenas escuchada,
ha de sonar aún cuando yo muera,
sola, como el viento en los juncos sobre el agua.
D: Nadie escucha una voz, tú bien lo sabes.
¿Quién escuchó jamás la voz ajena
si es pura y está sola? El histrión elocuente,
el hierofante vano miran crecer el corro
propicio a la mentira. Ellos viven, prosperan;
tú vegetas sin nadie. El mañana ¿qué importa?
Cuando a ellos les olvide el destino, y te recuerde,
un nombre tú serás, un son, un aire.
H: Me hieres en el centro más profundo,
pues conoces que el hombre no tolera
estar vivo sin más: como en un juego trágico
necesita apostar su vida en algo,
algo de que alza un ídolo, aunque con barro sea,
y antes que confesar su engaño quiere muerte.
Mi engaño era inocente, y a nadie arruinaba
excepto a mí, aunque a veces yo mismo lo veía.
D: Siento esta noche nostalgia de otras vidas.
quisiera ser el hombre común de alma letárgica
que extrae de la moneda beneficio,
deja semilla en la mujer legítima,
sumisión cosechando con la prole,
por pública opinión ordena su conciencia
y espera en Dios, pues frecuentó su templo.
H: ¿por qué de mí haces burla duramente?
Si pierde su sabor la sal del mundo
nada podrá volvérselo, y tú no existirías
si yo fuese otro hombre más feliz acaso,
bien que no es la cuestión el ser dichoso.
Amo el sabor amargo y puro de la vida,
este sentir por otros la conciencia
aletargada en ellos, con su remordimiento,
y aceptar los pecados que ellos mismos rechazan.
D: Pobre asceta irrisorio, confiesa cuánto halago
ofrecen el poder y la fortuna:
alas para cernerse al sol, negar la zona
en sombra de la vida, gratificar deseos,
con dúctil amistad verse fortalecido,
comprarlo todo, ya que todo está en venta,
y contemplando la miseria extraña
hacer más delicado el placer propio.
H: Dos veces no se nace, amigo. Vivo al gusto
de Dios. ¿Quién evadió jamás a su destino?
El mío fue explorar esta extraña comarca,
contigo siempre a zaga, subrayando
con tu sarcasmo mi dolor, ahora silencio,
por si alguno pretende que me quejo: es más digno
sentirse vivo en medio de la angustia
que ignorar con los grandes de este mundo,
cerrados en su limbo tras las puertas de oro.
D: Después de todo, ¿quién dice que no sea
tu Dios, no tu demonio, el que te habla?
amigo ya no tienes si no es éste
que te incita y despierta, padeciendo contigo.
Mas mira cómo el alba a la ventana
te convoca a vivir sin ganas otro día.
Pues el mundo no aprueba al desdichado,
recuerda la sonrisa y, como aquel que aguarda,
álzate y ve, aunque aquí nada esperes.
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Re: Luis Cernuda
Con motivo del 50 aniversario del fallecimiento del poeta se puede leer en sportularium.com mi particular homenaje a Cernuda: http://www.sportularium.com/?p=2498
1
- Aben Razín
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- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Luis Cernuda
Gracias Ezmo es normal que se recuerde poco a Luis Cernuda si entendemos en qué circunstancias tuvo que moverse hasta ser considerado un poeta maldito para muchos.Ezmo escribió:Con motivo del 50 aniversario del fallecimiento del poeta se puede leer en sportularium.com mi particular homenaje a Cernuda: http://www.sportularium.com/?p=2498
Desde hace algún tiempo, tengo ganas de leer algo sobre el autor y encontré este ensayo:
Antonio García Velasco, La poesía de Luis Cernuda: estudio y valoración ante su centenario, Aljaima, Málaga 2005. Colección: Poética andaluza, 13. Tiene 225 páginas y el ISBN es 978-8495534290.
Y este otro:
Bernard Sicot, Exilio, memoria e historia en la poesía de Luis Cernuda: 1938-1963, Fondo de Cultura Económica de España, Madrid 2003. Traducción de Tomás Onaindia. Colección: Lengua y estudios literarios. Tiene 247 páginas y el ISBN es 978-8437505437.
Espero algún día profundizar en la figura de este poeta
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Futuro: La deseada de Maryse Condé.
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- Aben Razín
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Re: Luis Cernuda
No sé donde poner esta información, pero como tiene que ver con Luis Cernuda, me decido a incluirla en su hilo:
¡Un programa de RNE!
Creo que está programado para el sábado día 16 de noviembre de 15:00 a 16:00
¡Un programa de RNE!
Creo que está programado para el sábado día 16 de noviembre de 15:00 a 16:00
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Futuro: La deseada de Maryse Condé.
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- natura
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- Registrado: 19 Dic 2009 18:51
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Re: Luis Cernuda
Nuevo aniversario de su muerte (hoy hace 52 años), y uno de sus poemas para recordarlo:
ESTOY CANSADO
Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.
Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.
Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.
ESTOY CANSADO
Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.
Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.
Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.
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Earth without Art is just Eh
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