Emilio Prados
Moderadores: Tessia, lunallena
Emilio Prados
Nació en Málaga en 1899. estudió en la Institución Libre de Enseñanza y vivió en la Residencia de Estudiantes. En 1926 fundó, con su compañero Manuel Altolaguirre, la revista Litoral, que fue uno de los más importantes órganos del grupo del 27. Afectado por una grave enfermedad pulmonar, pasa una larga temporada en el sanatorio de Davosplatz (Suiza). Cursó estudios en las universidades alemanas de Friburgo y Berlín. De ordinario vivió en Málaga y en Madrid hasta 1936.
Aunque no militó en partido alguno, se sumó durante la República a las tareas de los intelectuales revolucionarios. Al terminar la guerra se exilió en México, donde vivió pobremente hasta su muerte en 1962.
Invitación a la muerte
Ven, méteme mano
por la honda vena oscura de mi carne.
Dentro, se cuajará tu brazo
con mi sombra;
se hará piedra de noche,
seca raíz de sangre...
Coagulada la fuente de mi pecho,
para pedir ayuda
subirá a mi garganta.
¡Niégasela si es vida!
¡Clávame más tu brazo!...
¡Crúzamelo!
¡Atraviésame!
Aunque me cueste el árbol de mi cuerpo,
condúceme a ti, muerte.
Canción
No es lo que está roto, no,
el agua que el vaso tiene:
lo que está roto es el vaso
y, el agua, al suelo se vierte.
No es lo que está roto, no
la luz que sujeta al día:
lo que está roto es el tiempo
y en la sombra se desliza.
No es lo que está roto, no
la sangre que te levanta:
lo que está roto es tu cuerpo
y en el sueño te derramas.
No es lo que está roto, no,
la caja del pensamiento:
lo que está roto es la idea
que la lleva a lo soberbio.
No es lo que está roto Dios,
ni el campo que Él ha creado:
lo que está roto es el hombre
que no ve a Dios en su campo.
No es lo que está roto, no,
el agua que el vaso tiene:
lo que está roto es el vaso
y, el agua, al suelo se vierte.
No es lo que está roto, no
la luz que sujeta al día:
lo que está roto es el tiempo
y en la sombra se desliza.
No es lo que está roto, no
la sangre que te levanta:
lo que está roto es tu cuerpo
y en el sueño te derramas.
No es lo que está roto, no,
la caja del pensamiento:
lo que está roto es la idea
que la lleva a lo soberbio.
No es lo que está roto Dios,
ni el campo que Él ha creado:
lo que está roto es el hombre
que no ve a Dios en su campo.
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EMILIO PRADOS
Emilio Prados Such nació en Málaga (España), el 4 de marzo de 1899, hijo de un empresario de muebles. Influenciado por su abuelo, Miguel Such y Such, comenzó a aficionarse a la literatura desde su niñez.
Prados se traslada con su familia a Madrid con quince años, acudiendo a la Residencia de Estudiantes, en donde cultivó la amistad de su paisano andaluz Federico García Lorca, escritor que, al igual que Prados, se encuentra influenciado por Juan Ramón Jiménez.
Otros autores inspiradores de la poesía de Prados, quien también recogió influencias de sus compañeros de generación Lorca o Rafael Alberti, y de vanguardias europeas, como el surrealismo, no en vano también es amigo de Luis Buñuel y Salvador Dalí, son Luis de Góngora o Pedro Soto de Rojas.
http://www.alohacriticon.com/viajeliter ... t&sid=1313
A comienzos de los años 20 se traslada a Suiza, residiendo una larga temporada en el sanatorio de Davosplatz para intentar mitigar una seria enfermedad pulmonar. Poco después amplia su instrucción en las universidades alemanas de Friburgo y Berlín, en donde acudió a cursos de filosofía.
Tras este periplo germano Emilio retorna a Málaga y debuta como escritor poético con “Tiempo” (1925). El mismo año impulsa la editorial Imprenta Sur y un año después dirige “Litoral”, revista que fundó con el también escritor Manuel Altolaguirre, y publica “Canciones del farero” (1926).
Posteriormente aparecieron libros como “Vuelta” (1927), “Andando, andando por el mundo” (1932), “El llanto subterráneo” (1936), “Llanto en la sangre” (1937) o “Cancionero menor para los combatientes” (1938).
Con su recopilatorio de poética bélica “Destino fiel” consigue el Premio Nacional de Literatura.
Simpatizante republicano, de carácter altruista e introvertido, y miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, tras la victoria franquista en la Guerra Civil, Prados abandona España para exiliarse en México, en donde escribe “Memoria del olvido” (1940), “Mínima muerte” “Jardín Cerrado” (1946), “Dormido en la yerba” (1953), “Río natural” (1957), “Circuncisión del sueño” (1957), “La piedra escrita” (1961), “Signos del ser” (1962), y “Transparencias” (1962).
Miembro de la Generación del 27, Emilio Prados ligó el surrealismo con la lírica tradicional andaluza para evolucionar hacia posturas sociopolíticas y finalmente, tras su salida de España, existencialistas y metafísicas, significadas por posiciones de lamento y pérdida.
Murió en Ciudad de México (México), el 24 de abril de 1962. Tenía 63 años. De manera póstuma apareció “Últimos poemas” (1965).
Prados se traslada con su familia a Madrid con quince años, acudiendo a la Residencia de Estudiantes, en donde cultivó la amistad de su paisano andaluz Federico García Lorca, escritor que, al igual que Prados, se encuentra influenciado por Juan Ramón Jiménez.
Otros autores inspiradores de la poesía de Prados, quien también recogió influencias de sus compañeros de generación Lorca o Rafael Alberti, y de vanguardias europeas, como el surrealismo, no en vano también es amigo de Luis Buñuel y Salvador Dalí, son Luis de Góngora o Pedro Soto de Rojas.
http://www.alohacriticon.com/viajeliter ... t&sid=1313
A comienzos de los años 20 se traslada a Suiza, residiendo una larga temporada en el sanatorio de Davosplatz para intentar mitigar una seria enfermedad pulmonar. Poco después amplia su instrucción en las universidades alemanas de Friburgo y Berlín, en donde acudió a cursos de filosofía.
Tras este periplo germano Emilio retorna a Málaga y debuta como escritor poético con “Tiempo” (1925). El mismo año impulsa la editorial Imprenta Sur y un año después dirige “Litoral”, revista que fundó con el también escritor Manuel Altolaguirre, y publica “Canciones del farero” (1926).
Posteriormente aparecieron libros como “Vuelta” (1927), “Andando, andando por el mundo” (1932), “El llanto subterráneo” (1936), “Llanto en la sangre” (1937) o “Cancionero menor para los combatientes” (1938).
Con su recopilatorio de poética bélica “Destino fiel” consigue el Premio Nacional de Literatura.
Simpatizante republicano, de carácter altruista e introvertido, y miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, tras la victoria franquista en la Guerra Civil, Prados abandona España para exiliarse en México, en donde escribe “Memoria del olvido” (1940), “Mínima muerte” “Jardín Cerrado” (1946), “Dormido en la yerba” (1953), “Río natural” (1957), “Circuncisión del sueño” (1957), “La piedra escrita” (1961), “Signos del ser” (1962), y “Transparencias” (1962).
Miembro de la Generación del 27, Emilio Prados ligó el surrealismo con la lírica tradicional andaluza para evolucionar hacia posturas sociopolíticas y finalmente, tras su salida de España, existencialistas y metafísicas, significadas por posiciones de lamento y pérdida.
Murió en Ciudad de México (México), el 24 de abril de 1962. Tenía 63 años. De manera póstuma apareció “Últimos poemas” (1965).
RINCÓN DE LA SANGRE
Tan chico el almoraduj
y... ¡cómo huele!
Tan chico.
De noche, bajo el lucero,
tan chico el almoraduj
y, ¡cómo huele!
Y... cuando en la tarde llueve,
¡cómo huele!
Y cuando levanta el sol,
tan chico el almoraduj
¡cómo huele!
Y, ahora, que del sueño vivo
¡cómo huele,
tan chico, el almoraduj!
¡Cómo duele!...
tan chico el almoraduj
Re: Emilio Prados
Sueño
Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Alzáronse en el cielo
los nombres confundidos.
Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Nuestros cuerpos quedaron
frente a frente vacíos.
Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Entre nuestros dos cuerpos,
¡qué inolvidable abismo!.
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Re: Emilio Prados
Canción para los ojos
Lo que yo quiero saber
es dónde estoy...
Dónde estuve,
sé que nunca lo sabré.
Adónde voy ya lo sé...
Dónde estuve,
dónde voy,
dónde estoy
quiero saber,
pues abierto sobre el aire,
muerto, no sabré que, soy vivo,
lo que quise ser.
Hoy lo quisiera yo ver;
no mañana:
¡Hoy!
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Re: Emilio Prados
Cantar triste
Yo no quería,
no quería haber nacido.
Me senté junto a la fuente
mirando la tarde nueva...
El agua brotaba, lenta.
No quería haber nacido.
Me fui bajo la alameda
a ocultarme en su tristeza.
El viento lloraba en ella.
No quería haber nacido.
Me recliné en una piedra,
por ver la primera estrella...
¡Bella lágrima de estío!
No quería haber nacido.
Me dormí bajo la luna.
¡Qué fina luz de cuchillo!
Me levanté de mi pena...
(Ya estaba en el sueño hundido).
Yo no quería,
no quería haber nacido.
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Re: Emilio Prados
Cerré mi puerta al mundo...
Cerré mi puerta al mundo;
se me perdió la carne por el sueño...
Me quedé, interno, mágico, invisible,
desnudo como un ciego.
Lleno hasta el mismo borde de los ojos,
me iluminé por dentro.
Trémulo, transparente,
me quedé sobre el viento,
igual que un vaso limpio
de agua pura,
como un ángel de vidrio
en un espejo.
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Re: Emilio Prados
Dormido en la yerba
Todos vienen a darme consejo.
Yo estoy dormido junto a un pozo.
Todos se acercan y me dicen:
-La vida se te va,
y tú te tiendes en la yerba,
bajo la luz más tenue del crepúsculo,
atento solamente
a mirar cómo nace
el temblor del lucero
o el pequeño rumor
del agua, entre los árboles.
Y tú te tiendes sobre la yerba:
cuando ya tus cabellos
comienzan a sentir
más cerca y fríos que nunca,
la caricia y el beso
de la mano constante
y sueño de la luna.
Y tú te tiendes sobre la yerba:
cuando apenas si puedes
sentir en tu costado
el húmedo calor
del grano que germina
y el amargo crujir
de la rosa muerta.
Y tú te tiendes sobre la yerba:
cuando apenas si el viento
contiene su rigor,
al mirar en ruina
los muros de tu espalda,
y, el sol, ni se detiene
a levantar tu sangre del silencio.-
Todos se acercan y me dicen:
-Tú duermes en la tierra
y tu corazón sangra
y sangra, gota a gota
ya sin dolor, encima de tu sueño,
como en lo más oscuro del jardín, en la noche,
ya sin olor, se muere la violeta.-
Todos vienen a darme consejo.
Yo estoy dormido junto a un pozo.
Sólo, si algún amigo mío
se acerca, y, sin pregunta
me da un abrazo entre las sombras:
lo llevo hasta asomarnos
al borde, juntos, del abismo,
y, en sus profundas aguas,
ver llorar a la luna y su reflejo,
que más tarde ha de hundirse
como piedra de oro,
bajo el otoño frío de la muerte
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Re: Emilio Prados
Rumor de espejos
El cuerpo en que yo vivía
nunca supo de mi cuerpo.
Nada preguntó por él
y de mí salió sin verlo.
Llegó a una fuente. En sus aguas
vio la flor azul del cielo:
-Di, ¿cómo te llamas, flor?...
-Nombre soy de tu silencio.
Nada entendió. Subió al monte
de la soledad. El viento,
se desnudaba en la cumbre
de Dios, todo su misterio.
-Di, viento: ¿cuál es tu nombre?...
-Nombre soy de tu silencio.
Y dos águilas volaron,
resbalando, hasta mi sueño.
Siguió mi cuerpo tras ellas,
olvidándose en su vuelo,
de sí mismo, y nuevamente
entró en mí, sin yo saberlo.
¿Y está en mí?... (Busco su nombre;
pero al buscarlo, me pierdo
dentro del mundo que trajo
mi cuerpo hasta mi silencio.)
«¿Lleno de ti mismo estás
y buscas nombre a tu cuerpo?»,
siento que un rumor me canta,
quebrando, en mí, dos reflejos...
Llamo en él y en él estoy.
Salgo de mí y en él entro...
¡Aún no conozco mi nombre
pero sé que lo navego!
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Re: Emilio Prados
Tránsitos
¡Qué bien te siento bajar!
¡Qué despacio vas entrando,
caliente, viva, en mi cuerpo,
desde ti misma manando
igual que una fuente, ardiendo!
Contigo por ti has llegado
escondida bajo el viento,
-desnuda en él-, y en mis párpados
terminas, doble tu vuelo.
¡Qué caliente estás! Tu brazo
temblando arde ya en mi pecho.
Entera te has derramado
por mis ojos. Ya estás dentro
de mi carne, bajo el árbol
de mis pulsos, en su sombra
bajo el sueño:
¡Entera dentro del sueño!
¡Qué certera en mi descanso
dominas al fin tu reino!
...Pero yo me salvo, salto,
libre fuera de mí, escapo
por mi sangre, me liberto,
y a ti filtrándome mágico,
vuelvo a dejarte en el viento
otra vez sola, buscando
nueva prisión a tu cuerpo.
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Re: Emilio Prados
Yo estudié en el Instituto Emilio Prados, lo que me hizo interesarme por él como poeta. Y en esa época de estudiante tuve siempre, escrito a mano en un papelito colgado en un corcho, esta poesía de él que me encanta.
El corazón mágico
Abrí la caja de los peces
y se cuajó el cielo
de luceros verdes...
¡Dadme mi doble aparejo,
con su compás de caña
y con su doble anzuelo!...
(Abrí la caja de los peces,
y se cuajó el cielo
de luceros verdes.)
¡Dejadme dormir!...
¡Silencio!...
¡Dejadme dormir abierto!
El corazón mágico
Abrí la caja de los peces
y se cuajó el cielo
de luceros verdes...
¡Dadme mi doble aparejo,
con su compás de caña
y con su doble anzuelo!...
(Abrí la caja de los peces,
y se cuajó el cielo
de luceros verdes.)
¡Dejadme dormir!...
¡Silencio!...
¡Dejadme dormir abierto!
Leído: Frankenstein
Leyendo: No digas nada
Leyendo: No digas nada
Re: Emilio Prados
Me asomé, lejos, a un abismo...
(Sobre el espejo que perdí he nacido.)
Clavé mis manos en mis ojos...
(Manando estoy en mí desde mi rostro.)
Tiré mi cuerpo, hueco, al aire...
(Abren su voz los ojos de mi sangre.)
Rodé en el llanto de una herida...
(Nazco en la misma luz que me ilumina.)
Se coaguló mi llanto en sombra...
Carne es la luz y el nácar de mi boca.)
Dentro de mí se hundió mi lengua...
(Siembro en mi cielo el cuerpo de una estrella.)
Se pudrió el tiempo en que habitaba...
(Brota en mi espejo un cielo de dos caras.)
Huyó mi cuerpo por mi cuerpo...
(Bebo en el agua limpia de mi espejo.)
¡A mi existencia uno mi vida!
(Espejo sin cristal es mi alegría.)
(Sobre el espejo que perdí he nacido.)
Clavé mis manos en mis ojos...
(Manando estoy en mí desde mi rostro.)
Tiré mi cuerpo, hueco, al aire...
(Abren su voz los ojos de mi sangre.)
Rodé en el llanto de una herida...
(Nazco en la misma luz que me ilumina.)
Se coaguló mi llanto en sombra...
Carne es la luz y el nácar de mi boca.)
Dentro de mí se hundió mi lengua...
(Siembro en mi cielo el cuerpo de una estrella.)
Se pudrió el tiempo en que habitaba...
(Brota en mi espejo un cielo de dos caras.)
Huyó mi cuerpo por mi cuerpo...
(Bebo en el agua limpia de mi espejo.)
¡A mi existencia uno mi vida!
(Espejo sin cristal es mi alegría.)
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- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57450
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Emilio Prados
Tenía vago conocimiento de este poeta, pero los poemas, que habeis puesto, me han dejado fascinado, así que, como he encontrado algunas ediciones en el catálogo de la biblioteca, me ponga a leer su poesía...
Gracias por el hilo...
Gracias por el hilo...
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Futuro: La deseada de Maryse Condé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Futuro: La deseada de Maryse Condé.