Del capítulo 4.
Después de huir de casa de los Dursley y llegar al Caldero Chorreante, la noche antes de salir para Hogwarts, el espejo de la habitación le habla a Harry qué cosa más rara, ¿no? |
También me ha llamado mucho la atención que
cuando Harry se cabrea de verdad por lo de la Tía Marge no necesita varita alguna, no ya sólo para inflarla, sino también para abrir la alacena donde le tienen todo escondido bajo candado, incluida la varita, y sacar las cosas. |
Me encanta Snape, ¿lo había dicho ya? Creo que este libro se lee mucho más ligero que el segundo. Ya me diréis los que lo leéis por primera vez si no es así