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Creo que, como dices, depende del autor.
Yo si considero necesario documentarse sobre lo que escribes. Al menos para que los datos sean más o menos veraces, sin necesidad de ampliar información histórica sobre el tema en exceso.
Los autores que pasan un año documentándose lo hacen, sin duda, por amor al tema. Así que para ellos es divertido... también puede suponer una escusa para tardar 3 años en publicar una nueva novela si están en nómina .
Yo me documento según escribo, pero en versión light. Hace dos días leí mucho sobre tipos de armas y su forja. Otro par de días sobre arquitectura románica. Tb leyendas de juglares, ropajes, etc...
Depende no sólo del autor, sino de la temática. Me cuesta 'concebir' una novela histórica que esté mal documentada, porque es un género que, quieras que no, exige un mínimo de veracidad en su argumento (dejando a parte ciertas excepciones).
Por lo demás, espero que un libro me entretenga y en caso de que cuente algo que pasó, espero que esté documentado y lo cuente bien.
Cuando leí "Las brujas" de Roald Dahl de pequeña, me lo creí todo y me fijaba en los zapatos de las mujeres para saber si eran brujas
Así que si me leo una novela histórica que no esté documentada, me voy a creer los hechos históricos que relate aunque no sean ciertos porque siempre aprobé Historia por los pelos
Como habéis dicho, eso queda a elección del autor. Hay grandes novelas documentadísimas y otras escritas al "estilo Supermicio". Lo importante, en mi opinión, es discernir entre la novela y el ensayo. En la primera, la documentación ha de pasar completamente desapercibida: ha de servir para que la narración sea coherente y verosímil, nunca para demostrar lo culto que es el autor. Por eso, tiraría a la basura todas las novelas en las que el autor se esfuerza en demostrar cuánto ha investigado y lo erudito que es.
La mayoría de los capítulos de mi novela Cónclave dimanan, exclusivamente, de mi imaginación. Para redactar unos pocos, sin embargo, no me quedó más remedio que documentarme un poquito.
Uno de mis autores favoritos es Frederick Forsyth porque esplica como y de que forma se construye el arma del asesino o como la consigue. Está documentado de verdad, o al menos, si me engaña, lo hace muy bien. Me gusta pensar que cuando describe una plaza puedo ir a esa plaza y ponerme justo en el sitio del tirador porque ese lugar existe de veras.
Documentarse es un rollo. No entiendo a esos autores que dicen que les encanta la fase de documentación. A mí me aburre, y me ocupa mucho tiempo. Hay que leer libros, articulos, revistas, buscar información por internet, guardar todo eso, organizarlo, y lo que es peor, buscar lo significativo, y saber introducirlo luego. Pero es que es necesario incluso para novelas de fantasía. Otra cosa es que el autor sea realmente inteligente y logre, con un mínimo de conocimiento, "dar el pego" y hacer como qeu sabe mucho, que eso también es arte jajaja.
A veces unas pocas frases bien elegidas dan más sensación de dominio del tema o crean mejor ambientación que toda una parrafada explicando las costumbres de x época, que ya se ve que es "copia-pega". Lo más ingrato de la documentación es que muchas veces lees miles de documentos de los cuales solo puedes unar un cero coma cinco en la novela, o mejor dicho, igual usas más, pero el lector solo aprecia lo obvio, ese cero cinco, y no ve que la documentación está muchas veces implícita, en un comportamiento concreto, en una forma de pensar, en un detalle, que si no se explica (y no debe explicarse) solo los más leídos detectarán.
De todas formas, puede haber grandes novelas desde el putno de vista literario con poca base de documentación. Pero yo creo que algo de soporte lógico sí deben tener las novelas,y eso se lo da el no meter cosas en exceso inverosímiles.
Eso de dar datos falsos en una novela lo veo totalmente legítimo, puesto que una novela es una obra de ficción. Eso sí, que no diga el autor que es "todo real", como Dan Brown. Pero me parece que la novela por sus características tiene que dejar margen a la imaginación, como si te quieres inventar un país entero o una sociedad secreta. Si estos tienen coherencia interna y lógica para mí son tan válidos como los entes reales, aunque los datos sean falsos.
Yo rompo una lanza a favor de la documentación. Llevarla a cabo da un aspecto de verismo que dificilmente se conseguirá si te guías por tu imaginación o por lo que ves en la tele y el cine...
Quiero decir, cuando yo leía novelas de Salgari los sitios de los que hablaba no me sonaban de nada. Pero resulta que eran lugares reales, y si bien la versión que nos daba de los personajes fuera "sesgada", había una cierta información que implicaba el conocimiento que el escritor poseía al respecto (a ver si no de dónde iba yo a saber en qué consistía combatir "a la vizcaína").
Lo que me repatea son quienes escriben la obra de tal forma que parece que cualquier dato dado por los personajes es una verdad científicamente probada, cuando realmente están mezclando churras con merinas, o sencillamente han encontrado por ahí una teoría peregrina que les viene al pelo para el argumento... Aunque de eso también le echo la culpa a los lectores que pretenden tapar sus agujeros culturales con obras que no son precisamente manuales pedagógicos...
Depende mucho de lo que estés narrando: si una situación concreta amerita ahondar en una investigación, para captar precisiones y no caer en errores, yo lo hago, pero lo hago rápido, no tardo un año en documentarme. Me gusta estar informado sobre lo que escribo. Y al lado está la erudición, lo que uno sabe, creo que todo lo que ayude a enriquecer la narración es bienvenido.
... evidentemente, la necesidad de documentarse varía según los contenidos del texto...
Si escribes un relato relacionado con la carrera espacial, lo más recomendable (desde mi punto de vista) es hacerse con la información básica sobre hechos históricos, personajes y lugares relacionados. Dependiendo de por dónde discurra la narración, tendrás que ir profundizando en unas u otras cosas según te haga falta.
Pero igual que me refiero a ésto cuando se trata de escribir sobre momentos del pasado, pienso en ello al hablar de campos profesionales o científicos que me son ajenos. Y son muchos. No digo que sea necesario hacer una carrera para incluir en el argumento datos de física, pero no creo que esté de más hacer un discurso coherente al hablar sobre ello.
Vamos, que soy de los que busco y comparo datos cuando se trata de escribir algo con base científica / histórica. Para la fantasía y el soap-opera, me basta con las explicaciones del diccionario enciclopédico.
Por cierto... pido el comodín del público para el origen de "amerita", Casaubon.
Pero es que yo creo que estamos confundiendo los términos. Una cosa es la documentacióin básica que haga coherente el libro (incluso uno de fantasía: por ejemplo, si pones un guerrero que va a caballo y recorre x distancia, tienes qeu saber cuales son las distancias que se pueden recorrer a caballo, o a pie, etc, y no poner que hizo miles de kilómetros en un día, bueno, es un ejemplo) y otra la qeu es de adorno, o de erudición, que solo responde a temas de marketing (está de moda, etc), y que se supone que va a dar mucha cultura al lector y todo eso. Yo para aprender de un tema leo un ensayo, no una novela, porque en una novela debe de ser preponderante la ficción, es su esencia.
Bueno... supongo que, al menos en mi caso, todo lo que expongo deriva de mi afición por la ciencia ficción y la ficción especulativa. Vamos, una tendencia natural a disfrutar al leer sobre cosas que parecen plausibles.
Pero eso sí, al menos me reconoceréis que a todos les (nos) exigimos que en medio de la "peli de romanos" no aparezca un senador con peluca empolvada y saboneta....
Además... ¿qué mejor excusa que decirle al editor "necesito documentarme" para conseguir para un pasaje a algún lugar paradisíaco?
Creo que depende del género literario del libro en cuestión, lo que lo hará permisible de no documentarse. No puedo imaginarme una novela histórica sin un respaldo documentario, pues sería inaceptable que el autor, por ejemplo, hiciera que los egipcios construyeran las pirámides con grúas u otro adminículo moderno. En el caso del género de terror, ciencia ficción o aventuras, creo que le daría la oportunidad al autor de hacer caso omiso de todo papelillo histórico oficial y que diera rienda suelta a su imaginación, total, de eso se trata, de aterrorizarnos, aventurarnos o viajar por el espacio, tres experiencias que casi siempre (como quisiera borrar el "casi", sobre todo para el de aterrorizarnos) son extraordinarias.
Al leer este post he recordado el prologo de "Los renglones torcidos de Dios" y la decisión de Torcuato Luca de Tena de intenarse en un psiquiátrico antes de escribir la novela
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