Ashling escribió:Jeje, tranqui, que por aqui estaré.
Seguro que
El lector te ha imbuido de tal manera que te ha resultado imposible leer otra cosa, y lo entiendo.
La culpa es de Gabo, que leyó más rápido que un cohete, y yo apenas pude seguir el (su) ritmo.
Ashling escribió: Y eso que queríamos saber de que qué va a pasar con
Juana, la han liberado, pobrecita. Pero desde que ha salido de la cárcel hasta poder abrazar a su esposo, ha tenido un par de sustos, la pobre.
Felipe es todo un caballero, me gusta mucho, buen marido, inteligente, guapo, vamos todo lo contrario de su hermano el rey. |
Ashling, estoy fascinada con este libro; es como un remanso de paz, con tanta diversión, y además la recreación de la época es muy buena (y sencilla a la vez).
Felipe es
encantador y valeroso, mira cómo pone orden ante los pleitos de grupos contrarios, y critica a su hermano por apoyar la moción de quienes pretenden retroceder a "las costumbres de san Luis", que sólo ocasionarán desorden y atraso. |
Me gustó mucho la parte que trata del gobierno de un rey y de la responsabilidad que no termina nunca, ¡qué desgastante! Hasta ahora logro comprender -un poco-, el hecho de que que muchos monarcas - tan flojos-
hubiesen delegado el poder en sus ministros.
Ashling escribió:En el
cap. 4Clemencia no es feliz, su marido la cuida mucho, pero a ella le falta algo. Y por fin se ha cuadrado ante Carlos de Valois harta de las preguntas impertinentes que le hace sobre cuando se va a quedar embarazada.
Y Juana se ha quedado embarazada.
Eudelina y Clemencia se han hecho amigas y ya le ha contado todo sobre su marido, el verdadero Luis X. |
Me alegró ver que no
permitiese que Carlos de Valois la presionase. La tarea de las reinas era muy difícil, con tantas damas de compañía vigilantes, sin interesarse sinceramente por ellas. Lo bueno es que Clemencia lo tiene muy claro y ha sabido ver la autenticidad de Eudelina, quien le demuestra una confianza extrema al ponerla al tanto, como has dicho, de los desmanes de su marido.
De primera intención, y pensando en que Clemencia no conocía más que la cara amable de Luis, me parece que exagera en su actitud melancólica o inconforme... |
Sigo.