EL ARCA DEL NOÉ
El océano se batía en un singular duelo con la embarcación que surcaba su lomo a duras penas. La lluvia y el viento alentaban la vasta masa de agua: la Naturaleza contra el Hombre.
Un grito rompió la hegemonía de los truenos:
- ¡¡¡Cago’n to lo que se menea!!!
- ¿Qué le pasa ahora? – le preguntó el león a la leona.
- Seguro que ya los ha pillado.
- ¡Pst! ¿De quién habláis? – terció la hipopótama.
- De Noé y de los cachondos.
El marido de la hipopótama, atento a la conversación, se extrañó:
- ¿Qué cachondos?
- Sí, hombre, sí. Los del vestido de lunares que se pensaban que íbamos a un crucero de placer.
El hipopótamo hizo un poco de memoria:
- ¡Ah, vale! Pues sí… Seguro que los ha pillado porque hace diez minutos que Noé ha pasado por aquí con el recuento. Ya sabéis lo pesadito que se pone: “hipopótamo, hipopótama; león, leona; mono, mona…”
- No, si ya les dije que no podían ir juntos, que cuando los viera…
- ¡Bah! No le deis más vueltas. Cosas de mariquitas. Se veía venir.
El Arca del Noé
- JoseMSGamboa
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Re: El Arca del Noé
Vale, Gamboa, ante las respuestas sin palabras que todo lo dicen, ¿qué decir? pues eso, que a veces viene bien sonreír.
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