Cartas de mamá. Julio Cortázar
Cartas de mamá. Julio Cortázar
CARTAS DE MAMÁ
Este es uno de mis cuentos preferidos y forma parte del libro de cuentos que más me gusta de Cortázar.
Unas cartas vienen a trastocar la ya desgastada vida de una pareja de emigrantes argentinos en París.
http://www.literatura.us/cortazar/cartas.html
Este es uno de mis cuentos preferidos y forma parte del libro de cuentos que más me gusta de Cortázar.
Unas cartas vienen a trastocar la ya desgastada vida de una pareja de emigrantes argentinos en París.
http://www.literatura.us/cortazar/cartas.html
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Qué bueno. Me lo leí de un tirón esta mañana (en ayunas, a lo mejor tiene algo que ver ).
, el primer cuento de la recopilación que acabo de empezar y ya estoy enganchada.
Realismo mezclado con mucho misterio: la supuesta demencia de la mamá de Luis, los silencios entre éste y Laura y la culpa que se cierne sobre ellos... hasta la irrupción de Nico, (¿)real o fruto de la sugestión influida por las cartas de mamá(?) [...] |
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Vaniada, no sé si estás al corriente de que tenemos un mc de cuentos de Cortázar. Leemos y comentamos uno cada semana empezando los viernes. Si te gustan los cuentos de Cortázar y quieres participar estaremos todos encantados a que te unas a nosotros.
Este concretamente todavía no está programado, pero cuando toque todos tus comentarios serán bien recibidos.
Un saludo.
P.D. Por cierto, me encanta que te haya gustado.
Este concretamente todavía no está programado, pero cuando toque todos tus comentarios serán bien recibidos.
Un saludo.
P.D. Por cierto, me encanta que te haya gustado.
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
En la 3ª página del hilo que estaban las pobres cartas.
Pero Mobley, ¿ya estás eligiendo para la próxima vuelta cuando todavía no hemos leído el que elegiste para ésta? Acaparador
Pero Mobley, ¿ya estás eligiendo para la próxima vuelta cuando todavía no hemos leído el que elegiste para ésta? Acaparador
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Es que tengo mis cuentos favoritos y el que me ha quitado Carmeneke hubiera sido mi siguiente elección. Y es que la cosa cada vez es más complicada porque ya han salido muchos de mis favoritos. Es lo que tiene haber llegado de los últimos. Pero bueno, hay mas axolotes en el mar.
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Qué difícil va a ser tenerte como enemiga.
Pero son es esas ocasiones en las que me crezco .
Pero son es esas ocasiones en las que me crezco .
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Prólogo a "Cartas de mamá"
Jorge Luis Borges
Hacia 1947 yo era secretario de redacción de una revista casi secreta que dirigía la señora Sarah de Ortiz Basualdo. Una tarde, nos visitó un muchacho muy alto con un previsible manuscrito. No recuerdo su cara; la ceguera es cómplice del olvido. Me dijo que traía un cuento fantástico y solicitó mi opinión. Le pedí que volviera a los diez días. Antes del plazo señalado, volvió. Le dije que tenía dos noticias. Una, que el manuscrito estaba en la imprenta; otra, que lo ilustraría mi hermana Norah, a quien le había gustado mucho. El cuento, ahora justamente famoso, era el que se titula "Casa Tomada". Años después, en París, Julio Cortázar me recordó ese antiguo episodio y me confió que era la primera vez que veía un texto suyo en letras de molde. Esa circunstancia me honra. Muy poco sé de las letras contemporáneas. Creo que podemos conocer el pasado, siquiera de un modo simbólico, y que podemos imaginar el futuro, según el temor o la fe; en el presente hay demasiadas cosas para que nos sea dado descifrarlas. El porvenir sabrá lo que hoy no sabemos y cursará las páginas que merecen ser releídas. Schopenhauer aconsejaba que, para no exponernos al azar, sólo leyéramos los libros que ya hubieran cumplido cien años. No siempre he sido fiel a ese cauteloso dictamen; he leído con singular agrado Las armas secretas de Julio Cortázar y sus cuentos, como aquel que publiqué en la década del cuarenta, me han parecido magníficos. "Cartas de mamá", el primero del volumen, me ha impresionado hondamente. Una historia fantástica, según Wells, debe admitir un solo hecho fantástico para que la imaginación del lector la acepte fácilmente. Esta prudencia corresponde al escéptico siglo diecinueve, no al tiempo que soñó las cosmogonías o el Libro de las Mil y Una Noches. En "Cartas de Mamá" lo trivial, lo necesariamente trivial, está en el título, en el proceder de los personajes y en la mención continua de marcas de cigarrillos o de estaciones del subterráneo. El prodigio requiere esos pormenores. Otro rasgo quiero indicar. Lo sobrenatural, en este admirable relato, no se declara, se insinúa, lo cual le da más fuerza, como en el "Izur" de Lugones. Queda la posibilidad de que todo sea una alucinación de la culpa. Alguien que parecía inofensivo vuelve atrozmente. Julio Cortázar ha sido condenado, o aprobado, por sus opiniones políticas. Fuera de la ética, entiendo que las opiniones de un hombre suelen ser superficiales y efímeras.
Buenos Aires, 1984
Jorge Luis Borges
Hacia 1947 yo era secretario de redacción de una revista casi secreta que dirigía la señora Sarah de Ortiz Basualdo. Una tarde, nos visitó un muchacho muy alto con un previsible manuscrito. No recuerdo su cara; la ceguera es cómplice del olvido. Me dijo que traía un cuento fantástico y solicitó mi opinión. Le pedí que volviera a los diez días. Antes del plazo señalado, volvió. Le dije que tenía dos noticias. Una, que el manuscrito estaba en la imprenta; otra, que lo ilustraría mi hermana Norah, a quien le había gustado mucho. El cuento, ahora justamente famoso, era el que se titula "Casa Tomada". Años después, en París, Julio Cortázar me recordó ese antiguo episodio y me confió que era la primera vez que veía un texto suyo en letras de molde. Esa circunstancia me honra. Muy poco sé de las letras contemporáneas. Creo que podemos conocer el pasado, siquiera de un modo simbólico, y que podemos imaginar el futuro, según el temor o la fe; en el presente hay demasiadas cosas para que nos sea dado descifrarlas. El porvenir sabrá lo que hoy no sabemos y cursará las páginas que merecen ser releídas. Schopenhauer aconsejaba que, para no exponernos al azar, sólo leyéramos los libros que ya hubieran cumplido cien años. No siempre he sido fiel a ese cauteloso dictamen; he leído con singular agrado Las armas secretas de Julio Cortázar y sus cuentos, como aquel que publiqué en la década del cuarenta, me han parecido magníficos. "Cartas de mamá", el primero del volumen, me ha impresionado hondamente. Una historia fantástica, según Wells, debe admitir un solo hecho fantástico para que la imaginación del lector la acepte fácilmente. Esta prudencia corresponde al escéptico siglo diecinueve, no al tiempo que soñó las cosmogonías o el Libro de las Mil y Una Noches. En "Cartas de Mamá" lo trivial, lo necesariamente trivial, está en el título, en el proceder de los personajes y en la mención continua de marcas de cigarrillos o de estaciones del subterráneo. El prodigio requiere esos pormenores. Otro rasgo quiero indicar. Lo sobrenatural, en este admirable relato, no se declara, se insinúa, lo cual le da más fuerza, como en el "Izur" de Lugones. Queda la posibilidad de que todo sea una alucinación de la culpa. Alguien que parecía inofensivo vuelve atrozmente. Julio Cortázar ha sido condenado, o aprobado, por sus opiniones políticas. Fuera de la ética, entiendo que las opiniones de un hombre suelen ser superficiales y efímeras.
Buenos Aires, 1984
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Un enorme relato sobre la culpa y el silencio.
Una culpa irracional, que no resiste una fría reflexión, pero que, sin embargo, ahí está desde el principio (“Se hubiera entendido mejor con Nico que con él, y los dos lo venían sabiendo desde el día de su casamiento”).
Y el silencio. Un silencio que, en lugar de ir diluyendo la culpa, la ha ido emponzoñando a lo largo de estos dos años. Silencio de Luis, de Laura y de mamá (“Laura seguía sin nombrarlo, y él se plegaba a su silencio por cobardía, sabiendo que en el fondo ese silencio lo agraviaba por lo que tenía de reproche, de arrepentimiento, de algo que empezaba a parecerse a la traición”). Un silencio roto por un nombre escrito sin sentido en una carta llena de noticias comunes y que, como una piedra arrojada al agua estancada y quieta de un estanque, enturbia la vida tranquila de Luis y Laura (“Habían tenido suerte, la vida era sorprendentemente fácil, el trabajo pasable, el departamento bonito, las películas excelentes. Entonces llegaba carta de mamá”).
Pese a todo el final del cuento tiene una lectura esperanzadora. En la escena del tren ambos intentan limpiar su culpa, volver al pasado, rehacer el presente y crear un nuevo futuro ("Si se pudiera romper y tirar el pasado como el borrador de una carta o de un libro. Pero ahí queda siempre, manchando la copia en limpio, y yo creo que eso es el verdadero futuro”). Por fin se rompe el silencio entre los dos
“—¿A vos no te parece que está mucho más flaco? —dijo.
Laura hizo un gesto. Un brillo paralelo le bajaba por las mejillas.
—Un poco —dijo—. Uno va cambiando...”
¿Será suficiente? (no es una pregunta, pero cómo decirlo de otro modo).
Una culpa irracional, que no resiste una fría reflexión, pero que, sin embargo, ahí está desde el principio (“Se hubiera entendido mejor con Nico que con él, y los dos lo venían sabiendo desde el día de su casamiento”).
Y el silencio. Un silencio que, en lugar de ir diluyendo la culpa, la ha ido emponzoñando a lo largo de estos dos años. Silencio de Luis, de Laura y de mamá (“Laura seguía sin nombrarlo, y él se plegaba a su silencio por cobardía, sabiendo que en el fondo ese silencio lo agraviaba por lo que tenía de reproche, de arrepentimiento, de algo que empezaba a parecerse a la traición”). Un silencio roto por un nombre escrito sin sentido en una carta llena de noticias comunes y que, como una piedra arrojada al agua estancada y quieta de un estanque, enturbia la vida tranquila de Luis y Laura (“Habían tenido suerte, la vida era sorprendentemente fácil, el trabajo pasable, el departamento bonito, las películas excelentes. Entonces llegaba carta de mamá”).
Pese a todo el final del cuento tiene una lectura esperanzadora. En la escena del tren ambos intentan limpiar su culpa, volver al pasado, rehacer el presente y crear un nuevo futuro ("Si se pudiera romper y tirar el pasado como el borrador de una carta o de un libro. Pero ahí queda siempre, manchando la copia en limpio, y yo creo que eso es el verdadero futuro”). Por fin se rompe el silencio entre los dos
“—¿A vos no te parece que está mucho más flaco? —dijo.
Laura hizo un gesto. Un brillo paralelo le bajaba por las mejillas.
—Un poco —dijo—. Uno va cambiando...”
¿Será suficiente? (no es una pregunta, pero cómo decirlo de otro modo).
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
A mí también me ha parecido un gran relato, este tipo de relatos de lo aparentemente cotidiano, de las situaciones habituales y rutinarias con ese punto de algo extraordinario creo que son los que más me gustan.
Y aquí sobre una vida aparentemente feliz, una pareja normal y corriente con una existencia agradable en París, sobrevuela la culpa por un pasado en Argentina del que no quieren recordar nada, del que ni siquiera hablan y además creo que está muy presente el desamor, el arrepentimiento de haber elegido a la pareja equivocada, al hermano equivocado.
Yo no le había visto un punto de esperanza, como dice Mobley, aunque es cierto lo que dice de que por primera vez hablan de Nico y quizás eso sea el principio de una normalización de la situación, pero a mí se me queda más bien un sentimiento de desesperanza, de esas personas que viven una vida que no les gusta, con alguien a su lado que no les gusta, con muchas cosas sin decir y sin hacer, pero que nunca harán nada para cambiarla.
Y aquí sobre una vida aparentemente feliz, una pareja normal y corriente con una existencia agradable en París, sobrevuela la culpa por un pasado en Argentina del que no quieren recordar nada, del que ni siquiera hablan y además creo que está muy presente el desamor, el arrepentimiento de haber elegido a la pareja equivocada, al hermano equivocado.
Yo no le había visto un punto de esperanza, como dice Mobley, aunque es cierto lo que dice de que por primera vez hablan de Nico y quizás eso sea el principio de una normalización de la situación, pero a mí se me queda más bien un sentimiento de desesperanza, de esas personas que viven una vida que no les gusta, con alguien a su lado que no les gusta, con muchas cosas sin decir y sin hacer, pero que nunca harán nada para cambiarla.
Leído: Frankenstein
Leyendo: No digas nada
Leyendo: No digas nada
Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Posiblemente tengas razón. Es por poner una nota optimista. Me da pena esta pareja.emedoble escribió:Yo no le había visto un punto de esperanza, como dice Mobley, aunque es cierto lo que dice de que por primera vez hablan de Nico y quizás eso sea el principio de una normalización de la situación, pero a mí se me queda más bien un sentimiento de desesperanza, de esas personas que viven una vida que no les gusta, con alguien a su lado que no les gusta, con muchas cosas sin decir y sin hacer, pero que nunca harán nada para cambiarla.
Lo cierto es que tanto ellos como la mamá no se resuelven a afrontar directamente la muerte de Nico y los tres deciden a poner un fantasma en sus vidas. No sé si solucionarán lo suyo de este modo pero no me negarás que el ménage à trois puede resultar de lo más interesante.
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Sí, tienes toda la razón en lo del ménage a trois, porque realmente son una pareja con un tercero entre ellos, una presencia tan real y tan incómoda como si estuviese vivo y a su lado, o tal vez más.Mobley escribió:Posiblemente tengas razón. Es por poner una nota optimista. Me da pena esta pareja.emedoble escribió:Yo no le había visto un punto de esperanza, como dice Mobley, aunque es cierto lo que dice de que por primera vez hablan de Nico y quizás eso sea el principio de una normalización de la situación, pero a mí se me queda más bien un sentimiento de desesperanza, de esas personas que viven una vida que no les gusta, con alguien a su lado que no les gusta, con muchas cosas sin decir y sin hacer, pero que nunca harán nada para cambiarla.
Lo cierto es que tanto ellos como la mamá no se resuelven a afrontar directamente la muerte de Nico y los tres deciden a poner un fantasma en sus vidas. No sé si solucionarán lo suyo de este modo pero no me negarás que el ménage à trois puede resultar de lo más interesante.
Leído: Frankenstein
Leyendo: No digas nada
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- Carmen Neke
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Mobley, después de leer lo que escribió Borges sobre este relato una se siente así de chiquitilla y no se atreve a decir lo más mínimo sobre este admirable relato: todo está dicho en la frase que acabo de citar. La sombra del otro que va envenenando la relación desde el principio, la culpa nunca expresada ni admitida que quisieron dejar atrás al huir a París pero que las cartas de mamá va introduciendo de manera insidiosa ¿a modo de venganza?Borges escribió: Queda la posibilidad de que todo sea una alucinación de la culpa.
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- Ginazul
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Re: Cartas de mamá. Julio Cortázar
Me ha gustado mucho este cuento y voy a repetir un poquito algo de la ya dicho. Lentamente Cortázar nos va acercando al fantasma de Nico, de un modo sigiloso, como si su recuerdo fuera sólo algo del pasado ya olvidado. Pero no, Nico está presente en las vidas de Luís y de Laura, ocupando todo el espacio de sus silencios. Su nueva vida en París es más ficticia que la de Corrientes. Viven protegidos dentro de una burbuja falsa de aparente
bienestar, que se rompe tan fácilmente como soplar sobre ella.
La culpa, la traición, el arrepentimiento están presentes en todo momento. Ellos se ven perseguidos por sus propios fantasmas que “las cartas de mamá” destapan y les obligan, en parte, a poner las cartas sobre la mesa. El silencio, lo innombrable…están presentes en todo momento en esta pareja de simuladores.
El final me ha perecido bellísimo y perfecto. Sólo Cortázar podía abrocharlo de esta manera.
Ivanovich
bienestar, que se rompe tan fácilmente como soplar sobre ella.
La culpa, la traición, el arrepentimiento están presentes en todo momento. Ellos se ven perseguidos por sus propios fantasmas que “las cartas de mamá” destapan y les obligan, en parte, a poner las cartas sobre la mesa. El silencio, lo innombrable…están presentes en todo momento en esta pareja de simuladores.
El final me ha perecido bellísimo y perfecto. Sólo Cortázar podía abrocharlo de esta manera.
Ivanovich
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