Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
El olor a pastel de queso se extendía por toda la cabaña, invadiendo agradablemente todas las estancias. Marta abandonaba el mundo de la cordura cuando se anudaba su delantal del último concierto de U2 en Barcelona. Entre los cacharros culinarios, ella movía su trasero al ritmo de Moment of surrender, imaginando extasiada a un Bono entregado, cantándole al oído íntimamente de una forma muy sensual. Este era el único momento en el que yo podía preparar mi fuga sin que ella me fulminara con la mirada, así que agarré mi mochila (en la que escondo mis pensamientos más ocultos y mis dulces más prohibidos) y me dispuse para mi paseo.
Tengo la suerte de vivir en una zona boscosa en la que duerme un rio de aguas frías y transparentes. La bajada es tortuosa y francamente complicada, mucho más para un anciano como yo, inútil de las piernas. La prótesis de la pierna derecha me estaba funcionando bastante bien, en cambio la de la izquierda sólo funcionaba echándole lubricante para bicicletas antes de acostarme. Antes de iniciar el descenso me senté a echarme un pitillo, placer harto difícil de consumar al lado de Marta, que iniciaba un acoso adornado con todo tipo de argumentos y documentado sabiamente con un sinfín de enfermedades, algunas tropicales y creo que otras espaciales o de la estratosfera, imagino yo. A mí no me gusta U2 y no le quemo el delantal. Entre estos pensamientos divagaba mi mente senil cuando a la vera de la orilla divisé un bulto oscuro. Garrote en mano me fui acercando poco a poco, despacio, cada vez con más curiosidad, pues el bulto receptor de mi atención respiraba de una forma extraña. Pensé reflexivamente donde había yo oído sonidos semejantes, y sólo me vinieron a la mente los ronquidos poco sensuales de mi Marta, rugidos atroces que acallaban el canto de los pobres grillos, que acababan desistiendo de su labor ante tal despliegue de matices selváticos.
Me acerqué del todo y cuál fue mi sorpresa cuando el bulto dormido resultó ser un burrito de pequeñas dimensiones que dormía apaciblemente a la vera del rio. Le di unos ligeros toques con mi bastón en su panza blanca y me quedé mirándolo con el ceño fruncido a la espera de alguna reacción por su parte.
-¿No tienes nada mejor que hacer que venir a tocarme las narices, viejo del demonio? –todo esto pronunciado con un ligero acento francés que me sorprendió un poco.
-Pensé que estabas muerto, o quizás mareado, con estos calores no me extrañaría nada, amigo. --Me senté sobre un pedrusco, con evidente esfuerzo para mis piernas de latón.
-Pues ya ves que no estoy muerto, solamente me dedico a dormir una siestecita reparadora. No todo en la vida va a ser trabajar y trabajar.-refunfuñó el burrito.
-¿Y a que te dedicas?- le pregunté ajustando un cigarrillo a mis labios marchitos y ansiosos de nicotina.
- Acompaño a los espectadores a la función.- respondió ufano y orgulloso.
-¿Puede un viejo como yo ir a esa función?- mi sonrisa postiza resultó radiante bañada por el sol, imaginando una función de teatro seguramente llena de jamonas de pechos turgentes.
-Depende de cómo tengas de fuerte el aparato de latir. Acompáñame, ¿sabes bucear? – pregunta estúpida dado el lamentable estado de mi cuerpo anciano.
- Y si no sé poco importa.- me reí a carcajadas.
Buceamos entre hojas y flores exóticas, los rayos exteriores del sol se reflejaban dentro del rio, cubriendo el lecho de estrellas doradas, como cientos de pepitas de oro sin recoger. Me llevó hacia el fondo helado y cuando pensé que iba a morir ahogado una luz cegadora atrajo con fuerza mi cuerpo. Los acordes violentos de un piano se ajustaban perfectamente con el sonido dulce de un violín. Sorbí un trago de agua helada y la cabeza de mi amigo el burro me empujó suavemente hacia ella.
ELLA.
Ella y sus cabellos rubios bailando al son de las aguas transparentes, ella y sus manos blancas danzando alrededor de su cuerpo, ella y sus labios entreabiertos, pasadizo este de placeres inimaginables. A los acordes del violín tomó mis manos marchitas, y las colocó en su cintura desnuda. Sus pechos coronados de conchas levantaron todo el deseo muerto que anidaba mi cuerpo de anciano. Y me susurró al oído:
-Este es un mundo de placer donde la saliva no se agota.
Danzamos al sonido de la música, mis cabellos ralos flotaban en el agua y mi carne arrugada se acoplaba perfectamente a la suya tierna. Me adentré sin miedo en el profundo abismo de sus ojos negros y ya no supe más de mí. Ni falta que hacía.
A lo lejos, quizás en la orilla del rio una canción de U2 sonaba alegre, envuelta en pastel de queso recién hecho.
Tengo la suerte de vivir en una zona boscosa en la que duerme un rio de aguas frías y transparentes. La bajada es tortuosa y francamente complicada, mucho más para un anciano como yo, inútil de las piernas. La prótesis de la pierna derecha me estaba funcionando bastante bien, en cambio la de la izquierda sólo funcionaba echándole lubricante para bicicletas antes de acostarme. Antes de iniciar el descenso me senté a echarme un pitillo, placer harto difícil de consumar al lado de Marta, que iniciaba un acoso adornado con todo tipo de argumentos y documentado sabiamente con un sinfín de enfermedades, algunas tropicales y creo que otras espaciales o de la estratosfera, imagino yo. A mí no me gusta U2 y no le quemo el delantal. Entre estos pensamientos divagaba mi mente senil cuando a la vera de la orilla divisé un bulto oscuro. Garrote en mano me fui acercando poco a poco, despacio, cada vez con más curiosidad, pues el bulto receptor de mi atención respiraba de una forma extraña. Pensé reflexivamente donde había yo oído sonidos semejantes, y sólo me vinieron a la mente los ronquidos poco sensuales de mi Marta, rugidos atroces que acallaban el canto de los pobres grillos, que acababan desistiendo de su labor ante tal despliegue de matices selváticos.
Me acerqué del todo y cuál fue mi sorpresa cuando el bulto dormido resultó ser un burrito de pequeñas dimensiones que dormía apaciblemente a la vera del rio. Le di unos ligeros toques con mi bastón en su panza blanca y me quedé mirándolo con el ceño fruncido a la espera de alguna reacción por su parte.
-¿No tienes nada mejor que hacer que venir a tocarme las narices, viejo del demonio? –todo esto pronunciado con un ligero acento francés que me sorprendió un poco.
-Pensé que estabas muerto, o quizás mareado, con estos calores no me extrañaría nada, amigo. --Me senté sobre un pedrusco, con evidente esfuerzo para mis piernas de latón.
-Pues ya ves que no estoy muerto, solamente me dedico a dormir una siestecita reparadora. No todo en la vida va a ser trabajar y trabajar.-refunfuñó el burrito.
-¿Y a que te dedicas?- le pregunté ajustando un cigarrillo a mis labios marchitos y ansiosos de nicotina.
- Acompaño a los espectadores a la función.- respondió ufano y orgulloso.
-¿Puede un viejo como yo ir a esa función?- mi sonrisa postiza resultó radiante bañada por el sol, imaginando una función de teatro seguramente llena de jamonas de pechos turgentes.
-Depende de cómo tengas de fuerte el aparato de latir. Acompáñame, ¿sabes bucear? – pregunta estúpida dado el lamentable estado de mi cuerpo anciano.
- Y si no sé poco importa.- me reí a carcajadas.
Buceamos entre hojas y flores exóticas, los rayos exteriores del sol se reflejaban dentro del rio, cubriendo el lecho de estrellas doradas, como cientos de pepitas de oro sin recoger. Me llevó hacia el fondo helado y cuando pensé que iba a morir ahogado una luz cegadora atrajo con fuerza mi cuerpo. Los acordes violentos de un piano se ajustaban perfectamente con el sonido dulce de un violín. Sorbí un trago de agua helada y la cabeza de mi amigo el burro me empujó suavemente hacia ella.
ELLA.
Ella y sus cabellos rubios bailando al son de las aguas transparentes, ella y sus manos blancas danzando alrededor de su cuerpo, ella y sus labios entreabiertos, pasadizo este de placeres inimaginables. A los acordes del violín tomó mis manos marchitas, y las colocó en su cintura desnuda. Sus pechos coronados de conchas levantaron todo el deseo muerto que anidaba mi cuerpo de anciano. Y me susurró al oído:
-Este es un mundo de placer donde la saliva no se agota.
Danzamos al sonido de la música, mis cabellos ralos flotaban en el agua y mi carne arrugada se acoplaba perfectamente a la suya tierna. Me adentré sin miedo en el profundo abismo de sus ojos negros y ya no supe más de mí. Ni falta que hacía.
A lo lejos, quizás en la orilla del rio una canción de U2 sonaba alegre, envuelta en pastel de queso recién hecho.
Última edición por Berlín el 22 May 2010 20:26, editado 2 veces en total.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Pero que bonito Berlín!!!!, Me ha encantado. Lleno cómo tú me has dicho, de frases que resaltar.
Pero cómo se te ocurren estas cosas???
No te encasillas, todo es siempre nuevo y distinto. Una maravilla!!!
Pero cómo se te ocurren estas cosas???
No te encasillas, todo es siempre nuevo y distinto. Una maravilla!!!
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Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Pues no sé, supongo que observando la vida, fijándome en mil detalles. Respirándola.
Gracias Mylady. Espero que no os aburra demasiado.
Gracias Mylady. Espero que no os aburra demasiado.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Aburrir??? si ya estaba deseando que colgaras algo!!! No tardes tanto!!!
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Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Molt bé, Berlín.
Creo que ya te lo he dicho algunas veces, pero bueno
Tus textos siempre son algo nuevo, supongo que por eso me fue imposible acercarme siquiera a adivinar tu relato en el concurso.
Eres empática y tienes el don - o has desarrollado la habilidad - de captar y sobretodo, de transmitir las atmósferas que envuelven el mundo de tus relatos.
Ahora las pegas, para dar un poco la lata: me sobran un poco tantas referencias a lo viejo que es el hombre y luego un fallito tonto de concordancia verbal:
Creo que ya te lo he dicho algunas veces, pero bueno
Tus textos siempre son algo nuevo, supongo que por eso me fue imposible acercarme siquiera a adivinar tu relato en el concurso.
Eres empática y tienes el don - o has desarrollado la habilidad - de captar y sobretodo, de transmitir las atmósferas que envuelven el mundo de tus relatos.
Ahora las pegas, para dar un poco la lata: me sobran un poco tantas referencias a lo viejo que es el hombre y luego un fallito tonto de concordancia verbal:
Un abrazo, berlín."sólo me vino a la mente los ronquidos poco sensuales de mi Marta"
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Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Ok Conphoos, arreglado menudo lapsus, gracias. Me alegro de que te haya gustado.Conphoos escribió:Molt bé, Berlín.
Creo que ya te lo he dicho algunas veces, pero bueno
Tus textos siempre son algo nuevo, supongo que por eso me fue imposible acercarme siquiera a adivinar tu relato en el concurso.
Eres empática y tienes el don - o has desarrollado la habilidad - de captar y sobretodo, de transmitir las atmósferas que envuelven el mundo de tus relatos.
Ahora las pegas, para dar un poco la lata: me sobran un poco tantas referencias a lo viejo que es el hombre y luego un fallito tonto de concordancia verbal:Un abrazo, berlín."sólo me vino a la mente los ronquidos poco sensuales de mi Marta"
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Yo lo veo muy pero que muy surrealista, eh. Es que no termino de "captarlo", Berlín
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Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
No hay mucho que explicar Kat, lo más destacable en este relato es un deseo muy grande por parte del prota de escapar de una existencia que le ahoga, donde no es feliz. El río es su escape, y una vez dentro ya podéis imaginar vosotros mismos el desenlace, que yo lo dejo al libre albedrío del lector, podéis pensar que es un suicidio y la hermosa mujer es la parca; que es un universo paralelo; que simplemente el protagonista, José, se ha dormido en su sofá preferido intentando escapar de la pesadez de Marta y todo el resto es un sueño...Katia escribió:Yo lo veo muy pero que muy surrealista, eh. Es que no termino de "captarlo", Berlín
En fin, gracias por intentarlo cielo. Si te he despejado alguna duda, pues yo me alegro.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
- Fenix
- No tengo vida social
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Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
No sabía yo que el ángel exterminador tenía forma de burrito sandunguero de panza blanca. Tampoco que los sajones tenían razón cuando, a 'marcharse al otro barrio' le llaman "pass away", cruzar al otro lado. Menos aún, que San Pedro es una señorita de pechos tungente que baila acompasando mis mustías carnes con las suyas jóvenes y tersas. Así sí, yo también quiero morirme aunque me pierda en el paso un pastel de queso y el "stranger in a stranger land" del "October" de U2.
Aunque, bueno, pensándolo bien: pase usted primero que a mí me da la risa.
Aunque, bueno, pensándolo bien: pase usted primero que a mí me da la risa.
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Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
jaja un burrito sandunguero ¡y con muy mal genio! igual con unas birras y un poco de sol de Cadiz se ablandaría un pocoFenix escribió:No sabía yo que el ángel exterminador tenía forma de burrito sandunguero de panza blanca. Tampoco que los sajones tenían razón cuando, a 'marcharse al otro barrio' le llaman "pass away", cruzar al otro lado. Menos aún, que San Pedro es una señorita de pechos tungente que baila acompasando mis mustías carnes con las suyas jóvenes y tersas. Así sí, yo también quiero morirme aunque me pierda en el paso un pastel de queso y el "stranger in a stranger land" del "October" de U2.
Aunque, bueno, pensándolo bien: pase usted primero que a mí me da la risa.
Veo que te gusta U2
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Saludos. A mi justo la parte surrealista a sido la que más me ha gustado. Yo he visto a Platero ya cansado de estar solo venir a buscar a su dueño. Tópico por mi parte pero es que es mencionar un burro y ya tiene nombre.
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Re: Pastel de queso y U2 (relato pelín surrealista)
Todos pensamos en Platero cuando hablamos de un burrito de hecho cuando lo escribí pensé en él.SHardin escribió:Saludos. A mi justo la parte surrealista a sido la que más me ha gustado. Yo he visto a Platero ya cansado de estar solo venir a buscar a su dueño. Tópico por mi parte pero es que es mencionar un burro y ya tiene nombre.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...