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Alicia no se daba prisa, porque caminaba contemplando absorta todo lo que le rodeaba. Era extraño que una niña de su edad no estuviera asustada por encontrarse en medio de un bosque frondoso, lleno de criaturas desconocidas y parlanchinas como algunas que ya se le habían presentado hasta ese momento. Al contrario, andaba decidida, recorriendo el sendero de baldosas amarillas, bajo la sombra de los viejos robles. Estos desplegaban sus rugosas ramas formando un tenebroso túnel de hojas que tamizaba la escasa luz proveniente de algún punto más arriba. Quizás era precisamente el hecho de recorrer un camino tan especial, evidentemente construido por alguien para algún fin, lo que la tranquilizaba.
De pronto, llegó a una encrucijada donde la selva se despejaba, dando paso a vastos campos de cultivo. El camino de baldosas amarillas se cruzaba con otro de baldosas rojas. Nadie le había dicho que debiera seguir uno u otro. Simplemente se había limitado a seguir lo que parecía el trazado de una calzada que alguien cabal, con algo de raciocinio, había tendido entre los árboles. Los caminos siempre conducían a algún sitio. O, al menos, era de esperar que así ocurriera.
En una de las esquinas que formaba el cruce, vigilando el maizal que se extendían a sus espaldas, se hallaba apostado un espantapájaros. A pesar de los harapos que vestía, Alicia dedujo por sus trenzas de paja que se trataba de una chica. La pobre estaba tuerta. Los pájaros no sólo se mofaban de ella arrasando con la plantación sin hacer caso a su siniestra apariencia sino que también picoteaban su rostro, lleno de pequeños agujeros por los que escapaban hilos de heno como si fueran los pelos de una barba, y le habían arrancado uno de los botones que tenía por ojos.
Alicia se apiadó de la pobre espantapájaros barbuda, pero volvió su atención al cruce, intentando resolver el dilema de qué camino elegir.
-¿Por dónde debería continuar? -se preguntó en voz alta.
-Pregúntaselo a Nessie -replicó una voz chillona.
-¿Cómo? -exclamó Alicia, sobresaltada, buscando alguna ardilla en las ramas de los últimos árboles, algún topo en la tierra o alguna avecilla posada en el suelo que pudiera estar hablándole. Pero no había nada. Nada más que la maltrecha espantapájaros.
-Digo que le preguntes a Nessie.
En efecto, se trataba de la espantapájaros. Era ella quien le hablaba. Alicia se había quedado mirándola fijamente hasta que vio cómo le dirigía la palabra.
-¿Y quién es Nessie?
-Nessie es el espantapájaros entre los dos caminos.
-O sea, tú.
-No, "tú" no. YO.
-Eso quería decir -repuso Alicia, algo impaciente-. Bueno, dime, ¿qué camino debería seguir, Nessie?
-Eso es algo que deberías plantearle más adelante al felino de Cheshire.
-Pero, si sigo más adelante... ¿Más adelante por dónde? ¿Y cómo sabré a quién debo preguntarle si no conozco su aspecto?
-Ah, eso es fácil, porque se trata de un león feroz... pero es muy amable, no debes tenerle miedo. Lo cortés no quita lo valiente, dicen. Se llama Rodolfo, para más señas. En cuanto a por donde... Creo que él te diría que eso depende de a donde quieras ir.
-No, creo que no. Más bien dependerá de junto a qué camino se encuentre.
-Tal vez. No me había parado a pensarlo.
Alicia se encogió de hombros y se aprestó a seguir caminando por el sendero que llevaba desde el principio, creyendo que poco más podría saber gracias a aquella afable espantapájaros sin cerebro. Se disponía a despedirse con un cordial "buenas tardes" cuando volvió a oír su estridente voz.
-¿Qué edad tienes?
-Once años -respondió Alicia con toda cordialidad.
-¡Once! Pues pareces más joven. Concretamente, pareces cinco minutos más joven.
-¿Pero qué diferencia hay? -dijo Alicia, perpleja ante la afirmación de la espantapájaros, hecha con completa resolución y firmeza, como si realmente fuera un hecho importante-. ¡Sólo son cinco minutos!
-Pues hay mucha diferencia. Hace cinco minutos no estábamos hablando, ¿verdad? Y con cinco minutos menos, tal vez el león Rodolfo te consideraría demasiado joven para tomarte en serio.
-La verdad es que no lo entiendo.
-Es gracioso. Yo tampoco.
Desesperada, Alicia tomó la decisión de seguir caminando antes de que volviera a entablar conversación con ella y la entretuviera más tiempo sin aclarar ninguna de sus dudas sino, quizás, haciéndolas crecer en número. Parecía que lo que Nessie intentaba era distraerse un rato, pues estaba tremendamente aburrida en aquella encrucijada tan poco transitada.
-Quizás te sirva de algo saber cómo se llama esta encrucijada -insistió la espantapájaros, torciendo un poco la cabeza hacia la niña, que empezaba a alejarse.
-¿Tú crees? ¿Cómo se llama?
-La Encrucijada del Infinito. Bonito nombre, ¿verdad? Siempre he dicho que deberían grabarlo en una plancha de madera y ponerla en algún sitio para que todo el mundo pudiera leerlo.
-¿La Encrucijada del Infinito? ¿Sabes por qué se llama así?
-Alguien me dijo una vez... Sí, creo recordar que alguien... ¿Fue Rodolfo? Quizás Rodolfo me dijo que éste es el punto donde los caminos se cortan trazando una especie de ocho...
-¡Ostras! -gritó la niña, llevándose las manos a la cabeza. Lo había comprendido casi inmediatamente. Y observó que el camino amarillo se tornaba anaranjado gradualmente, casi imperceptiblemente. En algún momento sería rojo-. Eso quiere decir que realmente da igual el camino que tome, porque al cabo de un viaje, más o menos largo, volveré a este punto. ¿Qué sentido tiene un camino que no lleva a ningún sitio?
-Bueno, creo que todos los caminos llevan a Nunca Jamás. No lo sé. Pero me encantará volver a verte si vuelves por aquí -suspiró Nessie, agitando una de sus rígidas manos, ancladas al travesaño que le mantenía clavada en el suelo.
-Gracias, Nessie.
Y Alicia reanudó su marcha, esperando no tener que andar mucho antes de encontrarse con Rodolfo, quien parecía saber algo más de aquellos extraños parajes.
Alicia en el País de Oz
Buenísimo Jangel, el absurdo del país de las maravillas llevado al mago de Oz.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Gracias, Lucía. Más o menos lo improvisé, a partir de dos o tres frases que se me ocurrieron. Me parece que mi próximo trabajo contendrá algo de esto. Pero quise publicarlo aquí en respuesta a nuestro amigo Fénix, que andaba protestando por la melancolía que imperaba últimamente por aquí. A ver si esto le alegra un poco... 
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Je, je, lo tomaré como un cumplido. 
Alicia es un personaje muy singular, no parece una niña corriente. Pero, en realidad, no es ella quien nos produce esa sensación, sino los seres que dialogan con ella a lo largo de sus aventuras.
P.D.: Gracias.
Alicia es un personaje muy singular, no parece una niña corriente. Pero, en realidad, no es ella quien nos produce esa sensación, sino los seres que dialogan con ella a lo largo de sus aventuras.
P.D.: Gracias.
Última edición por JANGEL el 24 Oct 2006 21:46, editado 1 vez en total.
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Gracias a todos. Saber que os ha gustado me anima mucho a seguir trabajando en la idea que originó este relato y que espero que dé fruto a una novela.
Pendragon, una semana al mes se invita a los foreros a que elijan un avatar relacionado con alguna temática en concreto y se vota entre todos al que más ha gustado. Esta vez el motivo era Halloween.
Pendragon, una semana al mes se invita a los foreros a que elijan un avatar relacionado con alguna temática en concreto y se vota entre todos al que más ha gustado. Esta vez el motivo era Halloween.
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!Buenos dias, Muriel!
Me pregunto si has leído "Alicia en al pais de las maravillas" con la espectativa de encontrar una relación entre los matemáticos y la ilógica.
Y también me pregunto si tienes en miras escribir algo fantasioso porque los matemáticos anhelais, en el fondo, poder demostrar que dos y dos no fuesen cuatro...
Me pregunto si has leído "Alicia en al pais de las maravillas" con la espectativa de encontrar una relación entre los matemáticos y la ilógica.
Y también me pregunto si tienes en miras escribir algo fantasioso porque los matemáticos anhelais, en el fondo, poder demostrar que dos y dos no fuesen cuatro...
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fl_fernando
- No puedo vivir sin este foro
- Mensajes: 893
- Registrado: 10 Feb 2006 19:25
- Ubicación: Guayaquil-Ecuador
Como siempre, muy bueno! me ha encantado Jangel. Me gustan tus dialogos, tienen una mezcla de filosofía, matemáticas y en este caso un poco de Alicia
Aquel camino infinito... a donde quieres llegar? a la escalera de Penrose? Sólo que en vez de Von Neuman tenemos a Nessie
No, en serio. Estoy ansioso de ver a donde llevas el resto del relato
Saludos
Aquel camino infinito... a donde quieres llegar? a la escalera de Penrose?
Sólo que en vez de Von Neuman tenemos a Nessie
No, en serio. Estoy ansioso de ver a donde llevas el resto del relato
Saludos
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nosinmilibro escribió:Me pregunto si has leído "Alicia en al pais de las maravillas" con la espectativa de encontrar una relación entre los matemáticos y la ilógica.
Sin duda, si alguien puede ser ilógico es un matemático.
Pero me sorprendió encontrar tras cada frase disparatada en los diálogos entre Alicia y los demás personajes un significado (gracias a las notas aclaratorias de la edición que he leído, claro).nosinmilibro escribió:Y también me pregunto si tienes en miras escribir algo fantasioso porque los matemáticos anhelais, en el fondo, poder demostrar que dos y dos no fuesen cuatro...
A Ladrones de Atlántida, mi primera novela publicada, no le falta fantasía, a pesar de estar profundamente documentada para recrear el ambiente histórico. Pero es cierto que pretendo ir más allá y lanzarme al género fantástico de lleno, sin paracaídas. De esa aventura, este relato sería un anticipo.
Fernando, no era mi intención continuar el relato por el momento, aunque es la semilla de algo que estoy tramando. Sin duda, debe tener una continuación, pero es que acababa de leer Alicia en el País de las Maravillas y Tras el espejo y me apetecía rendir tributo al personaje y al autor, enlazando con otros mundos fantásticos como Oz y Nunca Jamás.
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JANGEL escribió:A Ladrones de Atlántida, mi primera novela publicada, no le falta fantasía, a pesar de estar profundamente documentada para recrear el ambiente histórico. Pero es cierto que pretendo ir más allá y lanzarme al género fantástico de lleno, sin paracaídas.
Ya lo sé, que anduve ayer fisgando en internet y ví las presentaciones del libro, entrevistas y demás.
Por éso te he llamado hoy por el apellido. Me da ya no sé qué tratarte de tú...
!Enhorabuena, Muriel!
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