La puta bombilla

[Estrella de mar]

Todo ocurrió por una puta bombilla.

Él era un amante de los caballos, un adorador de la Naturaleza y un apasionado de la fotografía. Vivía en una casa de campo, a las afueras del bullicio de los locos urbanitas. Tenía cinco caballos, tres de ellos eran machos y dos eran yeguas. Y un potrillo, llamado Lirio.
Al final del día, como la casa tenía bastantes metros de terreno, dejaba salir a los caballos para que trotaran a su voluntad. Nunca los dejaba a solas cuando los sacaba por la finca. Excepto aquella noche, que sería distinta.

Una fotografía de un árbol, aún sin revelar, no le dejaba en paz. Aquella fatídica noche de la puta bombilla, sacó sólo a dos caballos, al potrillo Lirio y a su madre, llamada Lluvia, para que relincharan al aire libre.
Mientras contemplaba a Lirio jugando con Lluvia, dándole empujones como queriendo provocarla a una cariñosa lucha, él sucumbió al impulso, se entregó a la tentación de hacer aparecer en papel fotográfico al sauce capturado con su nueva Nikon. E impaciente, se dirigió al cuarto oscuro, acondicionado para el revelado de fotografías. Será sólo un momento, pensó despreocupado. Y además, estaba el mecanismo que había ideado y fabricado él mismo; el cual, le permitía saber si alguien traspasaba la cerca de madera, estando él en el cuarto oscuro.
Ya que, la valla, tan sólo protegida por un avejentado cerrojo, no era difícil de abrir. Por lo tanto, implantó un dispositivo que conectaba la cerca con el cuarto de revelado, de manera que, cada vez que la valla era traspasada, se encendía una bombilla, instalada para ese propósito, en la pared de dicha habitación.

Alegremente, se dirigió al cuarto oscuro, en busca del sauce por revelar. En cuanto lo reveló, percibió tan mayúscula la belleza arbórea que había retratado, que se ensimismó por completo, embaucado ante la sublimidad del verde de sus hojas. Se abstrajo tan profundamente con tanto esplendor arborescente, que se olvidó de los caballos. Pasados veinte minutos, salió al exterior. A simple vista, no vio a Lirio ni a Lluvia. Dio una vuelta rodeando toda la casa, pero ni rastro de ninguno de ellos.
Sólo cuando se percató de que la valla que separaba la finca del exterior estaba abierta y de que el cerrojo estaba completamente partido, comenzó a preocuparse de veras.

Nunca sabría que Lirio, jugando con su paciente madre, de un sólo empujón casual rompió el pestillo, y salieron los dos, yegua y potrillo, trotando alegremente, alejándose de su amo, que tanto los quería.
Y él no pudo darse cuenta, pues la bombilla se había fundido.




La noche de la puta bombilla, mientras él buscaba a Lirio y a Lluvia, yo había terminado de cenar en casa de mi novia, y me disponía a coger mi coche, para irme a dormir a mi casa. Antes de irme, me despedí de mi chica.
-Te quiero, nena –recuerdo que le dije mientras me subía al coche-. Hasta mañana.
-Hasta mañana, cielo –respondió ella sonriéndome, apoyada en el marco de la puerta-. Llámame cuando llegues.

Llevaba conduciendo tranquilamente durante media hora, cuando, al llegar a la autopista secundaria, repentinamente, me topé con ellos. Fue imposible esquivarlos, no hubo tiempo ni reflejos humanos.
Los atropellé a los dos y caímos a una acequia situada a mi izquierda. Lluvia fue la que, con sus seiscientos kilos de peso, después de arrollarla, cayó sobre el techo de mi auto. Lirio y Lluvia murieron en el acto.
Yo quedé postrado para siempre, tetrapléjico.

Y, todo, por una puta bombilla.

Un año después del nefasto accidente, una madrugada de hogueras, les dejé a mis amigos mi indeleble recuerdo y un ennegrecido librito, en el que les confesaba que no había vivido. Porque esa noche me crecieron las alas de la muerte, y cual Peter Pan rescatado, por fin, pude volar lejos, muy lejos, libre de todas las limitaciones de mi cuerpo y mi mente.

Acababa de cumplir veintisiete años, decían que tenía sonrisa de canalla y azules ojos de ángel.

Después de todo, quizás al otro lado, pueda reencontrarme con Lirio y Lluvia.
Y quizás, sólo quizás, esta vez sea para que no muramos nunca.

[Eleanis]

Querida Estrella que esplende
Tu historia es de una belleza aterradora. A medida que se lee y se llega a instancias cruciales, uno ruega, por favor, que no pase esto o aquello, y las líneas se suceden y uno se da de narices con lo peor que temía. Espero que no esté basada en un hecho.
Por otra parte, es entretenida y atrapante. Me ha gustado mucho.
Abrazos de luz

[Estrella de mar]

Querido Eleanis, te agradezco enormemente tus palabras.
Por desgracia, lindo compañero, sí está basada en un hecho real.
Excepto lo de la bombilla, que sí está ficcionado, porque nunca supimos por qué se escaparon los caballos, todo lo demás le pasó tal cual lo cuento, hace ya cinco años, a un añorado amigo.
Abrazos resplandecientes.

[Megan]

Una historia muy triste y peor aún si está basada en un hecho real.
Salvando eso, la has contado de una forma espléndida Estrella, vas llevando al lector a imaginarse alto terrible de una forma excelente, te felicito

[Estrella de mar]

Gracias, bella Megan.

[Eleanis]

Querido Eleanis, te agradezco enormemente tus palabras.
Por desgracia, lindo compañero, sí está basada en un hecho real.
Excepto lo de la bombilla, que sí está ficcionado, porque nunca supimos por qué se escaparon los caballos, todo lo demás le pasó tal cual lo cuento, hace ya cinco años, a un añorado amigo.
Abrazos resplandecientes.

Querida compañera del sendero
Seguramente tu amigo, Lirio y Lluvia ahora recorren felices las praderas celestiales.
A Shimodita alada le robaron hace unos años a su yegua Toba. Fue terrible porque después supimos que los caballos que robaron en la zona tuvieron por objeto la faena para comercializar la carne. Shimodita escribió una poesía con el nombre de su amada yegua.
Siguen los abrazos

[karen mendoza prada]

es muy triste, que pena que haya sucedido

[Estrella de mar]

Yo también pienso que cabalgan juntos por las praderas celestiales, querido amigo.
¡Qué triste lo que me cuentas de Shimodita!
¡Cuánta inconsciencia, amigo Eleanis!
Pero estoy segura que la linda Toba estará trotando por los multicolores prados del otro lado.
Y estará también en el recuerdo álmico de nuestra alada Shimodita.

es muy triste, que pena que haya sucedido

Sí que es triste, dulce karen.
Gracias por comentar, compañerita.

[Gavalia]

Una historia con base real.Tan bella como bien contada.Enhorabuena por llenarme de tristeza

[Berlín]

Y una vez más la realidad supera la ficción. Buena historia, fuerte y conmovedora. Lo peor es que es real.

doloroso.

Estrella...

[Estrella de mar]

Una historia con base real.Tan bella como bien contada.Enhorabuena por llenarme de tristeza

Gracias infinitas, Gavalia.
Pero, sacúdete la tristeza, compañero, él ya vuela sin grilletes.

Y una vez más la realidad supera la ficción. Buena historia, fuerte y conmovedora. Lo peor es que es real.doloroso.

Estrella...

Totalmente de acuerdo, Berlinilla.
Te agradezco mucho, perla oceánica.

[lucia]

Hay un par de cambios en que no sé si el que habla es el dueño de Lluvia y Lirio y cuando el tetrapléjico. Salvo que sea la misma persona pasando de un momento a un tiempo después, pero entonces no habría un mientras él buscaba...

Por cierto, yo conozco otro caso de señora que acabó muy grave en el hospital tras chocar con un caballo.

[Estrella de mar]

Hay un par de cambios en que no sé si el que habla es el dueño de Lluvia y Lirio y cuando el tetrapléjico. Salvo que sea la misma persona pasando de un momento a un tiempo después, pero entonces no habría un mientras él buscaba...

Por cierto, yo conozco otro caso de señora que acabó muy grave en el hospital tras chocar con un caballo.

Todo el texto habla el tetrapléjico, como narrador omnisciente, por eso lo de "mientras él buscaba".
Espero que la señora se recuperara del todo.
Abrazotes, jefa.

[lucia]

Creo que sí, que se recuperó.

[shirabonita]

Joder, Estrella me han entrado ganas de llorar, no al leerlo pero sí al saber que se basa en un hecho real.
Fue un accidente horrible , si me hubiera pasado a mí , cuando conducía, no sé si me lo hubiera podido perdonar. Soy una gran amante de los animales, pero es que después del delfín, mi animal favorito es el caballo.
Tu texto, por lo demás, está bien escrito y se lee con ligereza. Felicidades!!