Navidad en la oficina
- Askat
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Navidad en la oficina
Hoy me aburría en el trabajo. No es nada raro, ni censurable y menos en la época de Navidades en que la faena se reduce al mínimo. El problema es que me aburría y vagueaba en el trabajo. Eso sí es un problema. Bueno, lo es si te pilla el jefe; pero como el mio estaba convenientemente de vacaciones… Pues podía dedicarme impunemente a las cosas que hago cuando me aburro en el trabajo.
Como dulce. Miro el correo. Voy al baño. Como salado y voy a la máquina de agua porque me entra sed. Me siento. Me levanto. Me vuelvo a sentar. Marujeo con mi compañera. Miro los foros, lo cual me entretiene un rato. Como lo que encuentro. Miro las últimas novedades literarias. Saco la lengua por un lado de los labios; inclino la cabeza; cojo papel y boli; e intento forzar a mi economía a que acepte la compra de los libros de los que me acabo de enamorar. Fracaso estrepitosamente. Me consuelo asaltando la máquina de comida. No queda nada que me guste; así que acabo comiendo un paquete de rosquilletas blandas, integrales, sin sal, sin colesterol, sin aceite… y sin sabor. Intento trabajar un rato. Desisto. Vuelvo a mirar el foro. Nadie contesta ¿¿¿Soy la única irresponsable que se aburre hoy??? Miro a mi alrededor buscando algo comestible. Mi compañera se aparta asustada. Me pongo a clasificar el correo... por colores y tamaño, haciendo una pila la mar de mona; la cual derrubo con el codo al oir pasos en el pasillo que se acercan decididos. Es la señora de la limpieza que busca desesperada su mocho. Con solidaridad y entusiasmo, la ayudo en su búsqueda legendaria sorteando mil y un peligros. Los salidos que viven en la jungla de bits y consideran la especie femenina como caza deportiva. Las pijas de la planta 3 que lanzan venonosos dardos que sorteo con habilidad y devuelvo a la ocasión. El territorio de los grandes dioses, dónde nos desplazamos con sigiloso cuidado intentando no despertar su furia con nuestra presencia impía. Tras mil y una peripecias (de veinte minutos de duración); regreso a mi puesto contenta con devoverle su valioso tesoro a su dueña y no haber salido envenenada por los efluvios que surgían del nausebundo templo dónde se hayaba extraviado, camuflado entre extrañas estatuas de porcelana pegadas a sus paredes.
Paralizada por la indecisión contemplo a mi alrededor las terrorificas posibilidades que se me ofrece. Facturas, inventario de material, actualización de archivos,… Con arrojo y valentía afronto mi destino y hago lo más urgente. Vacio la papelera del outlook. Resignada al hambre en el mundo mundial (o al menos en el mundo empresarial), reviso las profundidades insondables de mi bolso (al que estoy pensando seriamente poner ruedas y volante) y encuentro una bolsa de galletas de chocolates algo aplastadas y doy rápida cuenta de ellas. Lo cual me provoca un súbito y ansioso mono de chocolate. Como el ser patético, de voluntad débil y víctima de sus adicciones que confieso ser, atosigo a todo el que encuentro en busca de una miserable dosis que aplaque mi ansia. Sin resultado. Para hacer pasar los minutos más rápido me dedico a escribir lo primero que se me pasa por la cabeza mientras mentalmente hago la cuenta atrás de los 27 minutos que me quedan para irme. Veintisiete. Veintiseis. Veinticinco. Un sinónimo de aburrida…. Ninguno. Al menos en castellano, ¡málditas lenguas regionales!. Veinte. Diecinueve. Qué pesaito el de informática… Quince. Catorce. Trece. ¿Cómo que he superado la memoria permitida?. Diez. Nueve. Uff… ¡qué hambre tengo! Siete. Seis. Cinco. Cuatro. Tres. Umm… me está quedando chulo. Uno. Cero. Me levanto corriendo. Me pongo la chaqueta. Bufanda. Gorro. Guantes. El radiador está pegado a la pared así que mejor lo dejo. Cojo el bolso. Apagar el ordenador. Guardar archivo… Me tocan la espalda.
-¿Qué? Sí, sí. Tengo casi termino el archivo contable que me pediste. Ahora mismo lo estaba guardando. ¡Ves!
Pulso "NO" para cambiar de pestaña. Espera… ¿"No"…? ¿¿¿Cómo que no???
-No.No.No. ¡Mierda!
Apagar el ordenador e irme.
En resumen… llegué a mi casa. Nerviosa. Aburrida. Con mono. Con delirios. Y sin terminar esta historia.
Neuras que le dan a una jejejeje
Como dulce. Miro el correo. Voy al baño. Como salado y voy a la máquina de agua porque me entra sed. Me siento. Me levanto. Me vuelvo a sentar. Marujeo con mi compañera. Miro los foros, lo cual me entretiene un rato. Como lo que encuentro. Miro las últimas novedades literarias. Saco la lengua por un lado de los labios; inclino la cabeza; cojo papel y boli; e intento forzar a mi economía a que acepte la compra de los libros de los que me acabo de enamorar. Fracaso estrepitosamente. Me consuelo asaltando la máquina de comida. No queda nada que me guste; así que acabo comiendo un paquete de rosquilletas blandas, integrales, sin sal, sin colesterol, sin aceite… y sin sabor. Intento trabajar un rato. Desisto. Vuelvo a mirar el foro. Nadie contesta ¿¿¿Soy la única irresponsable que se aburre hoy??? Miro a mi alrededor buscando algo comestible. Mi compañera se aparta asustada. Me pongo a clasificar el correo... por colores y tamaño, haciendo una pila la mar de mona; la cual derrubo con el codo al oir pasos en el pasillo que se acercan decididos. Es la señora de la limpieza que busca desesperada su mocho. Con solidaridad y entusiasmo, la ayudo en su búsqueda legendaria sorteando mil y un peligros. Los salidos que viven en la jungla de bits y consideran la especie femenina como caza deportiva. Las pijas de la planta 3 que lanzan venonosos dardos que sorteo con habilidad y devuelvo a la ocasión. El territorio de los grandes dioses, dónde nos desplazamos con sigiloso cuidado intentando no despertar su furia con nuestra presencia impía. Tras mil y una peripecias (de veinte minutos de duración); regreso a mi puesto contenta con devoverle su valioso tesoro a su dueña y no haber salido envenenada por los efluvios que surgían del nausebundo templo dónde se hayaba extraviado, camuflado entre extrañas estatuas de porcelana pegadas a sus paredes.
Paralizada por la indecisión contemplo a mi alrededor las terrorificas posibilidades que se me ofrece. Facturas, inventario de material, actualización de archivos,… Con arrojo y valentía afronto mi destino y hago lo más urgente. Vacio la papelera del outlook. Resignada al hambre en el mundo mundial (o al menos en el mundo empresarial), reviso las profundidades insondables de mi bolso (al que estoy pensando seriamente poner ruedas y volante) y encuentro una bolsa de galletas de chocolates algo aplastadas y doy rápida cuenta de ellas. Lo cual me provoca un súbito y ansioso mono de chocolate. Como el ser patético, de voluntad débil y víctima de sus adicciones que confieso ser, atosigo a todo el que encuentro en busca de una miserable dosis que aplaque mi ansia. Sin resultado. Para hacer pasar los minutos más rápido me dedico a escribir lo primero que se me pasa por la cabeza mientras mentalmente hago la cuenta atrás de los 27 minutos que me quedan para irme. Veintisiete. Veintiseis. Veinticinco. Un sinónimo de aburrida…. Ninguno. Al menos en castellano, ¡málditas lenguas regionales!. Veinte. Diecinueve. Qué pesaito el de informática… Quince. Catorce. Trece. ¿Cómo que he superado la memoria permitida?. Diez. Nueve. Uff… ¡qué hambre tengo! Siete. Seis. Cinco. Cuatro. Tres. Umm… me está quedando chulo. Uno. Cero. Me levanto corriendo. Me pongo la chaqueta. Bufanda. Gorro. Guantes. El radiador está pegado a la pared así que mejor lo dejo. Cojo el bolso. Apagar el ordenador. Guardar archivo… Me tocan la espalda.
-¿Qué? Sí, sí. Tengo casi termino el archivo contable que me pediste. Ahora mismo lo estaba guardando. ¡Ves!
Pulso "NO" para cambiar de pestaña. Espera… ¿"No"…? ¿¿¿Cómo que no???
-No.No.No. ¡Mierda!
Apagar el ordenador e irme.
En resumen… llegué a mi casa. Nerviosa. Aburrida. Con mono. Con delirios. Y sin terminar esta historia.
Neuras que le dan a una jejejeje
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¿Autobiográfico? Porque con la búsqueda del mocho, visitando distintas plantas y los personajillos que las habitan, me he partido
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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- Rebeca_Rodriguez
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Askat, abúrrete más, anda, que esas neuras que te dan te salen de miedo, qué bueno!!
Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias. Eduardo Galeano
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- Askat
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JANGEL escribió:Vaya aventura navideña. Je, je. Qué bien me lo he pasado con esa excursión por la Tierra Media. Parecía sacada de El Señor de los Anillos.
Jejeje. El aburrimiento que es muy malo. Y la verdad es que algo así tenía en mente cuando lo escribí (aunque la verdad es que a veces no sé de dónde salen las cosas ). Esto es con lo que más batallo cuando me pongo a escribir, mi sentido del humor ; el cual tiende a contaminar cualquier temática
Os agradezco a todos las críticas favorables , pero no me importaría alguna de las otras. Para poder crecer como escritora hay que saber dónde están tus puntos flojos. Esto no está trabajado, ni dejado reposar; pero menos da una piedra y así habrá más cosas para criticar
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- Fenix
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- Ubicación: En mi casa, dónde si no
Askat escribió:Os agradezco a todos las críticas favorables , pero no me importaría alguna de las otras. Para poder crecer como escritora hay que saber dónde están tus puntos flojos. Esto no está trabajado, ni dejado reposar; pero menos da una piedra y así habrá más cosas para criticar
Bueno, pues tienes razón: hay que trabajarlo hasta conseguir la plena satisfacción personal, luego, dejarlo reposar y finalmente enviarlo.
Ya sé que quita espontaneidad, pero no es la espontaneidad lo que se busca en un relato, sino ser imaginativo, brillante, etc, etc.
Lo importante de todo ello es que tú misma sabías lo que había que hacer, pero sin embargo has buscado el aplauso de un público forero siempre en día de Reyes, generoso y dado al halago -lo cual es bueno porque anima una barbaridad y eso es lo que necesitamos todos.
Ahora de verdad, me ha gustado. Te falta la II parte, cuando tomas el metro para volver a casa y terminas comiéndote el almuerzo de unos pobres dominicanos...
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- Askat
- Foroadicto
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Fenix escribió:Askat escribió:Os agradezco a todos las críticas favorables , pero no me importaría alguna de las otras. Para poder crecer como escritora hay que saber dónde están tus puntos flojos. Esto no está trabajado, ni dejado reposar; pero menos da una piedra y así habrá más cosas para criticar
Bueno, pues tienes razón: hay que trabajarlo hasta conseguir la plena satisfacción personal, luego, dejarlo reposar y finalmente enviarlo.
Ya sé que quita espontaneidad, pero no es la espontaneidad lo que se busca en un relato, sino ser imaginativo, brillante, etc, etc.
Lo importante de todo ello es que tú misma sabías lo que había que hacer, pero sin embargo has buscado el aplauso de un público forero siempre en día de Reyes, generoso y dado al halago -lo cual es bueno porque anima una barbaridad y eso es lo que necesitamos todos.
Ay, ay... Que regañina me acaba de caer... (y merecida me temo ). Ejem...
Fenix escribió:Ahora de verdad, me ha gustado. Te falta la II parte, cuando tomas el metro para volver a casa y terminas comiéndote el almuerzo de unos pobres dominicanos...
Pues... no.... pobrecitos dominicanos. Prefiero sutilizarle el almuerzo a un ejecutivo prepotente que me empujó al entrar al metro; mientras que está distraído discutiendo por el movil porque le quieren retrasar la sesión de SPA (tengo fuertes convicciones sociales sobre el reparto de almuerzos jejejej ).
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