Bueno, va, por si a alguien le interesa...
Rectifico lo que he dicho antes: Placer bajo control no es uno de los peores libros eróticos que he leído, sino directamente el peor. Hay relatos de aficionados que, además de resultar mucho más eróticos (para lo cual tampoco hace falta mucho), están mejor escritos.
La falta de vocabulario de la autora es preocupante. Todo se adjetiva como “sensual” y da igual lo que sea, las expresiones son siempre las mismas: la gente se quiere “en cuerpo y alma”, se abre de piernas “en cuerpo y alma” y se entrega a su trabajo “en cuerpo y alma”. Todo aquello que huele mal huele a “tumba abierta” y suma y sigue. Los eufemismos pasan de los que son tan exagerados que causan risa (como la anaconda furiosa) a los lirismos que hasta una virgen mojigata de la época victoriana encontraría cursis (los pétalos de su flor, el líquido de la pasión...) y hay perlas de cualquier tipo por todas partes.
La chica no es tonta, pero tampoco es lista por mucho que se empeñe la Fox en recordarle al lector de vez en cuando lo inteligente que es. ¿Que tiene una inteligencia por encima de la media? ¡Anda yaaaa!
Y para que veamos que el chico es sensible y no solo piensa en el sexo también nos repiten constantemente que él es capaz de amar (como si algún lector lo hubiera dudado) y que no es “otro Cutler de frío corazón”, frasecita que se repite hasta la saciedad.
Eso a grandes rasgos. Como enumerar la lista de cosas que están mal (siempre según mi opinión) me llevaría mucho tiempo y ocuparía largos y aburridos posts voy a decir lo que está bien, que voy a tardar mucho menos: nada.