Serenidad
Serenidad
Se asemejaba no a una mujer, sino a todas. Los detalles en sus muros de piedra eran grietas a algo diferente. Lo duro de su historia y la sutileza de aquello que toma tiempo aprender persistían en su interior. Era una suma de historias y los fantasmas de estas se intuían en los pequeños estragos que cubrían el lugar como expresiones cubren un rostro. Pronto la gente transitaría en su interior, transformándola en un objeto inanimado, pero en un silencio especial, que solo la forma más adecuada de soledad puede traer, uno la veía como lo que era, una criatura con su propia calidad de vida, infectando a aquellos que buscaban refugio en su interior con aquello que necesitaban pero evadían.
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Re: Serenidad
Es como si describieses un templo ¿no?
Por cierto, lo de calidad me sobra.
Por cierto, lo de calidad me sobra.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
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Re: Serenidad
lucia escribió:Es como si describieses un templo ¿no?
Por cierto, lo de calidad me sobra.
es exactamente lo que estoy haciendo |
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- Foroadicto
- Mensajes: 3973
- Registrado: 25 Ago 2010 20:59
Re: La masacre
PREFACIO DEL AUTOR
He osado por primera vez en este foro, lanzarme a la azarosa aventura de escribir un relato de terror.
Lector. Si osas, lee y teme….
La masacre
Viajaban agrupados, alegres y felices. En sus pupilas podían percibir el color hermoso y atrayente de la aventura; en los labios sonrisas frescas y espontáneas. La satisfacción de emprender un nuevo viaje siempre cosquillea en los corazones.
Uno de ellos se acerca a una joven. La rodea y con cara de embelesado se demora contemplándola con aquel tipo de pupilas grandes y saltonas que sólo muestran los enamorados.
Ella risueña y coqueta responde solamente con el aleteo fugaz de sus pestañas.
Un pequeño sale corriendo dirigiéndose al regazo de su madre. Quiere sentir una vez más el olor conocido. La madre acaricia su flequillo sintiéndose maravillada por tener así, algo tan suyo. Ambos se deleitan en la brisa fresca de la mañana
El viento como testigo y aliado no es indiferente a las evoluciones mientras piensa: ¿Acaso algo más hermoso para compartir que la esperanza?
Al final del grupo uno queda rezagado. Dirige sus pupilas hacia el norte. Es sólo una fracción de segundo, un tiempo demasiado escaso para que pueda concebir, entender. Pero suficiente para disparar una pregunta:
- ¿Qué demonios es …! – No puede terminar la reflexión
El violento impacto arrasa con todo y todos. Luego se manifiesta el horror: la sangre, los miembros desgajados, las vísceras…
La madre aun clama por la vida de un hijo que ya no es tal sino sólo una mancha roja. El enamorado estira en un esfuerzo descomunal las extremidades anhelando tocar aunque sea levemente y por última vez el rostro de su amada. Pero de ella ya no tiene nada: ni un hálito de vida. En las cuencas sólo el vacío de unas pupilas que tras estallar sólo dejaron manchas den un líquido negruzco y hediondo…
Pero la vida sigue su ritmo, a gran velocidad.
- ¡Papa, Papa! ¿Has visto eso? ¡Qué montón de…! – grita el niño sentado en la silla de seguridad desde atrás. El padre mientras conduce responde:
- Mosquitos hijo, sólo eran un grupo de mosquitos que se han quedado pegados al parabrisas
The End
He osado por primera vez en este foro, lanzarme a la azarosa aventura de escribir un relato de terror.
Lector. Si osas, lee y teme….
La masacre
Viajaban agrupados, alegres y felices. En sus pupilas podían percibir el color hermoso y atrayente de la aventura; en los labios sonrisas frescas y espontáneas. La satisfacción de emprender un nuevo viaje siempre cosquillea en los corazones.
Uno de ellos se acerca a una joven. La rodea y con cara de embelesado se demora contemplándola con aquel tipo de pupilas grandes y saltonas que sólo muestran los enamorados.
Ella risueña y coqueta responde solamente con el aleteo fugaz de sus pestañas.
Un pequeño sale corriendo dirigiéndose al regazo de su madre. Quiere sentir una vez más el olor conocido. La madre acaricia su flequillo sintiéndose maravillada por tener así, algo tan suyo. Ambos se deleitan en la brisa fresca de la mañana
El viento como testigo y aliado no es indiferente a las evoluciones mientras piensa: ¿Acaso algo más hermoso para compartir que la esperanza?
Al final del grupo uno queda rezagado. Dirige sus pupilas hacia el norte. Es sólo una fracción de segundo, un tiempo demasiado escaso para que pueda concebir, entender. Pero suficiente para disparar una pregunta:
- ¿Qué demonios es …! – No puede terminar la reflexión
El violento impacto arrasa con todo y todos. Luego se manifiesta el horror: la sangre, los miembros desgajados, las vísceras…
La madre aun clama por la vida de un hijo que ya no es tal sino sólo una mancha roja. El enamorado estira en un esfuerzo descomunal las extremidades anhelando tocar aunque sea levemente y por última vez el rostro de su amada. Pero de ella ya no tiene nada: ni un hálito de vida. En las cuencas sólo el vacío de unas pupilas que tras estallar sólo dejaron manchas den un líquido negruzco y hediondo…
Pero la vida sigue su ritmo, a gran velocidad.
- ¡Papa, Papa! ¿Has visto eso? ¡Qué montón de…! – grita el niño sentado en la silla de seguridad desde atrás. El padre mientras conduce responde:
- Mosquitos hijo, sólo eran un grupo de mosquitos que se han quedado pegados al parabrisas
The End
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