Estoy disfrutando mucho esta lectura. Me gustan más unos relatos que otros, pero todos tienen "algo".
Fea es una historia de soledad con toques bastante sórdidos, muy bien contada, aunque no es mi favorita de las que llevo leídas. Aparte del meollo del argumento y lo patético de los personajes, me ha llamado la atención comprobar, una vez más,
el asco que les da a los americanos del pescado crudo. Son párrafos enteros dedicados a contarnos lo terrible que es para la pobre protagonista limpiar pescado. Vaya tontería, si el pescado fresco no huele a nada, y el tacto tampoco es desagradable. En fin. Lo que dice Antonio Banderas: que los americanos sólo lo soportan si se les pone picado y rebozado y en forma de estrellita o de corazón. |
Amante me ha encantado. Ese diapasón obsesivo, repitiéndose a lo largo de todo el relato, cada vez más histérico. Para mí tiene banda sonora y es esta:
http://www.youtube.com/watch?v=gcc8PINM ... re=related
Sudores de verano también me ha gustado mucho. Vaya chasco
se lleva la protagonista al final, eso me hizo sonreír: qué diferente había sido aquel verano para uno y otra. |
El retrato de aquellos años hippiosos y enloquecidos, con bastante mugre y niños mocosos por todos lados.
Preguntas me ha parecido más flojo. El tema me parece demasiado visto, y no termino de verle originalidad. Aunque sigue teniendo el toque Oates.
Con
Físico, en cambio, me he vuelto a entusiasmar. Me encanta la forma en que refleja la indefensión que todos sentimos cuando no nos encontramos bien y nuestra mejoría depende de un tratamiento; tratamiento que, en este caso, tiene que ser aplicado por una persona razonablemente atractiva del sexo opuesto... Si en psicoanálisis se habla de la "transferencia" entre terapeuta y paciente, esto es lo mismo elevado al cubo
Muy bueno el desarrollo, y me gusta el final.
El denominador común por ahora me parece que son los personajes pretendidamente corrientes y molientes (con alguna excepción, porque los de
Sudores de verano son una pandilla de estrafalarios aquí y en Lima) colocados en situaciones límite, o enfrentados de repente a sí mismos. Y eso me gusta...
Con
Amor por las armas me lo he pasado estupendamente. Es como un álbum de fotografías, una sucesión de estampas siniestras, pero con un poder de atracción tremendo. Me parece una verdadera prueba de maestría literaria, el conseguir que los lectores lleguemos a percibir y a comprender la fascinación por las armas de fuego, cuando ni nuestra experiencia ni nuestra cultura nos predispone para ello. Yo no lo pienso releer demasiado, no vaya a darme por comprarme un revólver por internet