Saga Crónicas vampíricas - Anne Rice
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- Alfredo Rueda
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Saga Crónicas vampíricas - Anne Rice
Las crónicas vampíricas son una serie de novelas fantásticas escritas por Anne Rice que hablan sobre la historia del personaje de ficción Lestat de Lioncourt, acompañado de una serie de enigmaticos personajes vampiricos. Son reconocidas como las mejores novelas dedicadas al mito vámpirico y encargadas de resucitar el mito en los EE.UU.
Es muy difícil no hacer mención a esta saga literaria cuando hablamos del mundo de los vampiros, el gótico y el terror.
Entrevista con el vampiro (Interview with the Vampire) (1976)
Lestat el vampiro (The Vampire Lestat) (1985)
La reina de los condenados (Queen of the Damned) (1988)
El ladrón de cuerpos (The Tale of the Body Thief) (1992)
Memnoch, el Diablo (Memnoch The Devil) (1995)
El vampiro Armand (The Vampire Armand) (1998)
Merrick (2000)
Sangre y oro (Blood and Gold) (2001)
El Santuario (Blackwood Farm) (2002)
Cántico de sangre (Blood Canticle)(2003)
Es muy difícil no hacer mención a esta saga literaria cuando hablamos del mundo de los vampiros, el gótico y el terror.
Entrevista con el vampiro (Interview with the Vampire) (1976)
Lestat el vampiro (The Vampire Lestat) (1985)
La reina de los condenados (Queen of the Damned) (1988)
El ladrón de cuerpos (The Tale of the Body Thief) (1992)
Memnoch, el Diablo (Memnoch The Devil) (1995)
El vampiro Armand (The Vampire Armand) (1998)
Merrick (2000)
Sangre y oro (Blood and Gold) (2001)
El Santuario (Blackwood Farm) (2002)
Cántico de sangre (Blood Canticle)(2003)
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Hay varios más, contando distintas historias de diferentes vampiros. Otra en la que aparecen Lestat y Louis es El ladrón de cuerpos, una historia curiosísima en la que aparece una persona que vuelve mortal a Lestat al intercambiar sus cuerpos.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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Las únicas que merecen la pena son las tres primeras, en el resto empieza a desvariar la Rice.
Leí estas novelas cuando tenía 16 ó 17 años, varios años antes de que se hiciera la película...ese...horror con rostro de Tom Cruise haciendo de Lestat...No lo hacía mal, pero es que Lestat no tiene esa cara de pijo. En fin, al grano, que me gustaron mucho, especialmente la segunda parte, Lestat el vampiro, para mí estupenda y muy completa, llena de aventura, de personajes inolvidables, odiosos y adorables.
"...y mañana, y mañana y mañana..."
Leí estas novelas cuando tenía 16 ó 17 años, varios años antes de que se hiciera la película...ese...horror con rostro de Tom Cruise haciendo de Lestat...No lo hacía mal, pero es que Lestat no tiene esa cara de pijo. En fin, al grano, que me gustaron mucho, especialmente la segunda parte, Lestat el vampiro, para mí estupenda y muy completa, llena de aventura, de personajes inolvidables, odiosos y adorables.
"...y mañana, y mañana y mañana..."
Te puedes quedar sin conversación, pero nunca te quedarás sin canciones Lemmy
Creo que Haidé te ha contestado ya. Pero por los que he leído, tiene razón en que son los primeros los que merecen la pena y luego es más de lo mismo.
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- Alfredo Rueda
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Yo tengo "El Santuario", que es el que va después de Merrick, sin leer, me han dicho que es penoso. Acaba de salir el último libro, "Cántico de Sangre", y me han entrado ganas de leerlo, sé que no están a la altura, reitero lo dicho de que los tres primeros son los buenos, el resto es tirar del hilo, pero Cántico de Sangre es el último libro de Crónicas, ya no escribirá más sobre Lestat y ya me gustaría leerlo aunque solo fuera por terminarlo. Soy masoca, lo sé. Por lo visto en el último mezcla ya del todo las Brujas de Mayfair y las Crónicas.
Te puedes quedar sin conversación, pero nunca te quedarás sin canciones Lemmy
Un libro que me ha sorprendido, el terror es un género que no he tocado tanto, pero me ha fascinado igualmente. Nunca había leído nada sobre el tema de los vampiros, me ha parecido muy interesante, me he quedado con ganas de más.
La historia al ser narrada en primera persona, en forma de diario, es apasionante desde las primeras páginas. El tono intimista de la narración, de manera que el personaje expresa todos sus sentimientos y emociones, hace muy atractiva la lectura. Llegas a vivir la historia con los personajes e identificarte con alguno a veces.
Muchos personajes son inolvidables, me gustaron mucho Lestat, Louis, Claudia y Armand. Mi favorito es Luois, me encanta su lucha interna entre sus dos naturalezas, su fondo noble, sus sentimientos por Claudia. Se niega a aceptar una naturaleza cruel.
A lo largo del libro hay escenas impactantes, que se quedan grabadas, a veces muy tristes. Los personajes establecen vínculos muy intensos, de gran carga emocional.
Otro mérito es que la trama va de menos a más, hasta desembocar en un final muy impactante. Nunca decaía, no paraban de suceder cosas.
Me fascinó también como recreaba los escenarios de Nueva Orleáns y París, y ese ambiente gótico, sobrecogedor, inquietante…
Muy recomendable.
Puntuación: 8,5
Espero leer pronto Lestat el vampiro y La reina de los condenados.
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" "¿Estoy condenado? ¿Provengo del infierno? ¿Mi naturaleza es satánica?" Me lo preguntaba una y otra vez. Y si lo era, ¿por qué entonces me rebelaba contra ella, y me disgustaba cuando Lestat mataba? Y todo el tiempo, cuando el deseo de morir me hacía ignorar la sed, ésta se volvía más fuerte; mis venas eran verdaderas redes de dolor en mi carne; me temblaban las sienes y, al final, no lo pude soportar más. Hecho trizas por el deseo de no participar —de morirme de hambre, de deshacerme en pensamientos—, por un lado, y las ganas de matar, por otro, me encontré en una calle vacía y desolada y oí el llanto de una niña."
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"»En el paisaje de mis pensamientos, yo había visto al demonio y ahora yo pensaba en el demonio. Desvié la mirada. Ella no me escuchaba tal como tú ahora me escuchas. Ella no escuchaba. Miré las estrellas. Lestat estaba listo, yo lo sabía. Era como si hiciera años que estaba listo con el carruaje. Tuve la súbita sensación de que mi hermano estaba allí y hacía años que estaba y que me hablaba en voz baja, pero excitada. Y lo que me decía era desesperadamente importante, pero se alejaba de mí con la misma rapidez con que lo decía, como el ruido de las ratas en los tablones de una casa inmensa. Hubo un sonido crujiente y un estallido de luz.
»—¡No sé si vengo o no del infierno! ¡No sé quién soy! —le grité a Babette, y mi voz ensordeció mis propios oídos—. ¡Voy a vivir hasta el fin de los tiempos y ni siquiera sé quién soy!"
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"»En el paisaje de mis pensamientos, yo había visto al demonio y ahora yo pensaba en el demonio. Desvié la mirada. Ella no me escuchaba tal como tú ahora me escuchas. Ella no escuchaba. Miré las estrellas. Lestat estaba listo, yo lo sabía. Era como si hiciera años que estaba listo con el carruaje. Tuve la súbita sensación de que mi hermano estaba allí y hacía años que estaba y que me hablaba en voz baja, pero excitada. Y lo que me decía era desesperadamente importante, pero se alejaba de mí con la misma rapidez con que lo decía, como el ruido de las ratas en los tablones de una casa inmensa. Hubo un sonido crujiente y un estallido de luz.
»—¡No sé si vengo o no del infierno! ¡No sé quién soy! —le grité a Babette, y mi voz ensordeció mis propios oídos—. ¡Voy a vivir hasta el fin de los tiempos y ni siquiera sé quién soy!"
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"»Así era Nueva Orleans: un lugar magnífico y mágico para vivir. Un lugar en el cual un vampiro, ricamente vestido y caminando con gracia por los charcos de luz de una lámpara de aceite, no atraía más la atención en las noches que cientos de otras exóticas criaturas; si es que atraía alguna, si es que alguien susurraba detrás de un portal: "Oh, ese hombre... ¡qué pálido, cómo relumbra..., cómo se mueve! ¡No es natural!". Una ciudad en la que el vampiro podía desaparecer antes de que alguien pudiera terminar de decir esas palabras, buscando los callejones en los que podía ver como un gato, en los bares a oscuras donde los marineros dormían con sus cabezas apoyadas en las mesas, en hoteles con habitaciones de altísimos techos donde una figura solitaria podía sentarse, con sus pies sobre un almohadón bordado, con sus piernas cubiertas con medias, su cabeza inclinada bajo la luz mortecina de una única vela, sin jamás ver la gran sombra que se movía por las flores de yeso del techo, sin ver lo largos dedos blancos que se acercaban a apagar la frágil llama."
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". Cuando me hablaba y me decía en qué me podía llegar a transformar, cómo había sido su propia vida y lo que sería, mi pasado se hizo añicos. Vi mi vida como separada de mí; la vanidad, la arrogancia, el escapismo constante de una pequeña incomodidad a otra, el culto hipócrita a Dios y la Virgen y la caterva de santos que llenaban mis libros de oración, nada de eso tenía la más mínima importancia, pues sólo era una existencia estrecha, materialista y egoísta. Y vi mis dioses verdaderos..., los dioses de la mayoría de los hombres: la comida, la bebida y la seguridad en el conformismo. Cenizas."
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". Cuando me hablaba y me decía en qué me podía llegar a transformar, cómo había sido su propia vida y lo que sería, mi pasado se hizo añicos. Vi mi vida como separada de mí; la vanidad, la arrogancia, el escapismo constante de una pequeña incomodidad a otra, el culto hipócrita a Dios y la Virgen y la caterva de santos que llenaban mis libros de oración, nada de eso tenía la más mínima importancia, pues sólo era una existencia estrecha, materialista y egoísta. Y vi mis dioses verdaderos..., los dioses de la mayoría de los hombres: la comida, la bebida y la seguridad en el conformismo. Cenizas."
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". Cuando me hablaba y me decía en qué me podía llegar a transformar, cómo había sido su propia vida y lo que sería, mi pasado se hizo añicos. Vi mi vida como separada de mí; la vanidad, la arrogancia, el escapismo constante de una pequeña incomodidad a otra, el culto hipócrita a Dios y la Virgen y la caterva de santos que llenaban mis libros de oración, nada de eso tenía la más mínima importancia, pues sólo era una existencia estrecha, materialista y egoísta. Y vi mis dioses verdaderos..., los dioses de la mayoría de los hombres: la comida, la bebida y la seguridad en el conformismo. Cenizas."
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"»—¿Lo que sois? —preguntó—. ¡Y seríais alguna otra cosa de lo que sois! —juntó las rodillas y se inclinó hacia delante, entrecerrando los ojos—. ¿Sabes cuánto tiempo hace? ¿Te puedes imaginar a ti misma? ¿Debo buscar a una mendiga vieja para mostrarte cuál sería tu aspecto mortal si yo te hubiera dejado sola?
»—¡Podrías estar muerta si fueras mortal! —insistió Lestat, encolerizado por su silencio; estiró las piernas y puso las botas en el suelo—. ¿Me oyes? ¿Por qué me preguntas esto ahora? ¿Por qué armas semejante alboroto? Siempre has sabido que eras una vampira."
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"»—¿Lo que sois? —preguntó—. ¡Y seríais alguna otra cosa de lo que sois! —juntó las rodillas y se inclinó hacia delante, entrecerrando los ojos—. ¿Sabes cuánto tiempo hace? ¿Te puedes imaginar a ti misma? ¿Debo buscar a una mendiga vieja para mostrarte cuál sería tu aspecto mortal si yo te hubiera dejado sola?
»—¡Podrías estar muerta si fueras mortal! —insistió Lestat, encolerizado por su silencio; estiró las piernas y puso las botas en el suelo—. ¿Me oyes? ¿Por qué me preguntas esto ahora? ¿Por qué armas semejante alboroto? Siempre has sabido que eras una vampira."
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"»La gran aventura de nuestras vidas —prosiguió, tras una pausa—. ¿Qué significa morir cuando puedes vivir hasta el fin del mundo? ¿Y qué es "el fin del mundo" salvo una frase?; porque ¿quién sabe siquiera lo que es el mundo? Yo ya he vivido dos siglos, he visto las ilusiones de uno hechas trizas por otro, he sido eternamente joven y eternamente viejo, carente de ilusiones, viviendo de momento a momento de una manera que me hizo imaginar un reloj de plata repiqueteando en el vacío; con la superficie pintada, las manecillas delicadamente talladas sin que nadie las mirara, iluminado por una luz que no era luz, como la luz con la que Dios creó al mundo antes
de que creara la luz. Latiendo, latiendo, latiendo, con la precisión del reloj, en una habitación tan vasta como el universo."
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"Mis palabras no lo pueden expresar ahora porque lo que París implica para mí es muy diferente de entonces, de aquellos días, de aquella época; pero aun ahora, cuando lo recuerdo, siento algo parecido a la felicidad. Y ahora tengo más razones que nunca para decir que la felicidad no es lo que jamás llegaré a conocer ni lo que mereceré conocer. No obstante, el nombre de París me hace sentirla.
»A menudo la belleza mortal me duele y la grandeza mortal me puede llenar con esa añoranza que sentí con tanta desesperación en el Mediterráneo. Pero París me acercó a su corazón, y me olvidé por completo de mí mismo. Me olvidé de esa cosa condenada y sobrenatural que andaba con una piel mortal y unas vestimentas mortales. París me abrumó y me iluminó y me recompensó con más riquezas que cualquier promesa."
de que creara la luz. Latiendo, latiendo, latiendo, con la precisión del reloj, en una habitación tan vasta como el universo."
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"Mis palabras no lo pueden expresar ahora porque lo que París implica para mí es muy diferente de entonces, de aquellos días, de aquella época; pero aun ahora, cuando lo recuerdo, siento algo parecido a la felicidad. Y ahora tengo más razones que nunca para decir que la felicidad no es lo que jamás llegaré a conocer ni lo que mereceré conocer. No obstante, el nombre de París me hace sentirla.
»A menudo la belleza mortal me duele y la grandeza mortal me puede llenar con esa añoranza que sentí con tanta desesperación en el Mediterráneo. Pero París me acercó a su corazón, y me olvidé por completo de mí mismo. Me olvidé de esa cosa condenada y sobrenatural que andaba con una piel mortal y unas vestimentas mortales. París me abrumó y me iluminó y me recompensó con más riquezas que cualquier promesa."
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