Interrupción involuntaria del embarazo - Anna Gavalda

[Sue_Storm]

INTERRUPCIÓN INVOLUNTARIA DEL EMBARAZO
Anna Gavalda

Incluido en su recopilación Quisiera que alguien me esperara en algún lugar, este es el primer relato de la autora francesa a la que dedicaremos el mes de junio, y que comentaremos en miniclub a partir del viernes día 1, aquí, en este hilo

[gipsy]

Cogí el libro de la biblio el viernes... y ya me fundí todos los cuentos... y ha sido una grata sorpresa
Me espero al viernes para comentarlo!!

[Sue_Storm]

Yo me he hecho con el librito en francés, así aprovecho para practicar un poco. Y para conocer a esta autora, a la que hasta ahora no había leído.

De este primer relato no se me ocurre mucho que comentar, salvo que la historia es terriblemente triste. Así que me gustaría saber qué os ha parecido a los demás.

[jilguero]

Tampoco yo he leído nada de esta escritora. Me pongo con la tarea semanal, a ver si es un grato descubrimiento.

[jilguero]

Me ha gustado la manera directa y natural en que está contado. Me gusta su originalidad (no había leído ningún relato sobre un embarazo mirado desde esta perspectiva) y, sobre todo, me ha encantado la entereza y generosidad de la protagonista, que en vez de pensar en si misma piensa en el resto de la gente que asistirá a la boda. No es que sea una obra maestra, pero me parece un buen comienzo con una autora desconocida. En cuanto a al comentario de Sue de que es triste, pues sí, lo es (viví un caso parecido muy cerca y para la futura madre aquello fue un dramón, pues en su caso era el primero, si bien se arregló en cuanto logró ser madre), especialmente cuando empieza a imaginarse esos momentos desagradables, ese parto infructuoso, en el que sufrirá para nada.

[Arden]

Lamentablemente esta primera quincena no podré leerlo, hasta el 15 no voy a ser persona por el trabajo, incluso en fines de semana, en fin, a no quejarse tal y como están las cosas

[gipsy]

Cuando empecé el cuento primero me cautivó la naturalidad, pero al avanzar me molestó la frialdad aparente de narración mecánica de sucesos. Al terminarlo, pensé "bestial" por la paradoja final...
Si es un cuento triste, pero sobre todo por el narrar mecánicamente la vida:

test positivo- avance embarazo- pruebas médicas- etc

, todo mecánico,

sin dejar lugar a emociones de sentimientos que tanto afloran ante un embarazo, sea el primero o el segundo, pues como dice jilguero es un dramón el perderlo como una experiencia única el embarazo

..
Pero filosofando sobre el cuento, es magistral, así es la vida una continuación de sucesos diarios mecánicos: te levantas- trabajo- comer- la casa- dormir, etc, por poner un ejemplo, así día tras día, como mecánicamente es también mes a mes un embarazo: ahora esto, luego lo otro... Peroo hay un par de momentos de la narración dónde si hay cambio

cuando no quiere saber el sexo del bebé y el momento de la triste noticia

, dónde se desencadena todo de otro modo, con más sentimiento con otro ritmo, y así es la vida y así late el corazón mecánicamente, rítmicamente y sólo en momentos extraordinarios se descompasa y acelera, siente a otro ritmo del diario acostumbrado, que es como sucede en el cuento en un par de momentos...
Es triste, pero es tan real como la vida misma, que lo encuentro sublime...
Y no hablemos de la paradoja final, es bestial

"trae suerte tocar el vientre de una embarazada" por la esperanza, positivismo de la fuerza de la vida, pero ese vientre en esos momentos carga justo el lado opuesto: tristeza, depcepción ante el misterio de la naturaleza para que un embarazo prospere o no a diferencia de otros, es una esperanza rota

así es la vida, no?...
Sobre el que la protagonista no piense en ella sino en los demás

cuando la boda

, para mi es parte de lo mecánico del vivir de la protagonista que tanto me desagrada, sin emoción, fría, calculado todo, lo que toca toca, apartando las emociones ante todo, por otro lado es también nostálgico, si piensas que no hay mucho más que hacer que llorar o seguir como si nada...

[Little Miss]

Toc, toc ¿se puede? No me he apuntado en ningún sitio, pero he visto que este mes toca "Quisiera que alguien...". Y como lo he leído (un par de veces) y lo tengo a mano... pues eso, que aquí estoy.

Me gustó este cuento, a pesar de ser tan triste.

¡Qué pena, el momento en la maternidad, después del parto fallido! Y sin embargo, no deja un sabor amargo al terminar.

La situación es horrorosa para la madre, pero lo lleva con mucha entereza y es capaz de no dejarse arrastrar por la pena. A pesar lo mal que lo está pasando, de los "malos ratos que vamos a pasar", no quiere que los demás sufran por ella, prefiere que siga la fiesta.

Que tiempo habrá después de lidiar con la compasión de los demás y de aguantar momentos incómodos cuando la gente que no sabe nada le pregunte por el bebé.

El estilo es muy Gavalda: párrafos muy cortos, con mucha puntuación, lenguaje coloquial y narrador que se dirige al lector "de tú a tú". Sin florituras ni lenguaje rebuscado. Es un poco como si una amiga te estuviera contando lo que le pasó a su vecina, dando toda la información pero en plan aséptico, sin ahondar en la situación.

[Gorezsu]

Este relato con el que comenzamos a leer a esta autora me permite ver en primer lugar el estilo narrativo de ésta. Sencillo, fácil, no me seduce mucho, pero te permite leer con fluidez, sin problemas, de manera que no le pongo objeciones si lo que me cuentan me interesa. Y supongo que aquí está el problema con este relato, que no me interesa lo que me cuenta. No soy capaz de ponerme en el lugar de la protagonista, de sentir empatía por ella, aunque puedo comprender sus ilusiones y sus preocupaciones, por supuesto. Tal vez el problema esté en realidad en la forma en que nos muestra cómo vive su embarazo, tan banal, tan superficial, que seguramente es como lo viven muchas mujeres. Pero en tal caso a mí no me interesa leerlo. Esos detalles que citáis, como el final, o la relativa resignación con que se toma la muerte del feto, me resultan insuficientes para darle valor al relato. Así, concluyo con que no me ha convencido este primer cuento de Anna Gavalda. Esperaré a que los otros logren interesarme más.

[jilguero]

Pero yo he interpretado la frialdad aparente como un escudo.
El cuento arranca diciendo: "Qué tontas son las mujeres que quieren tener un hijo. Qué tontas.
En cuanto saben que están embarazadas abren de par en par las compuertas: amor, amor, y más amor."
La historia no nos la cuenta la protagonista sino una voz que yo he supuesto puede ser una mujer que, ya en la madurez, nos narra algo vivido quizás por ella misma siendo más joven. De ahí esa frialdad, puesto que habla desde la distancia que da el tiempo. En cuanto a que lo viva de manera tan banal, como comenta Gorezsu, creo que es a propósito, para que sepamos que esa voz que narra ha sufrido mucho por causa de la maternidad e intenta banalizarlo todo porque ella está desencantada. Igual me equivoco, pero la frialdad es de quien narra no de quien vive.

[primopons]

En esta ocasión me siento muy identificado con la opinión de Gorezsu. Ese estilo narrativo tan directo, tan sencillo, tan sin florituras... conlleva -a mi juicio- cierta renuncia a seducir al lector mediante el "continente". Como bien dice Little Miss, el estilo de Gavalda (al menos en este cuento, que es lo primero que le leo) te permite imaginar que, en lugar de estar leyendo un relato literario, estás "oyendo" como alguien te narra un pasaje de su vida más o menos anecdótico. Y el problema es que entonces toda la "responsabilidad" de que el cuento guste o no recae en el mayor o menor interés que suscite en el lector la historia que se narra. Y en particular a mí esta historia me ha resultado aburrida, fría, mecanicista... Estoy de acuerdo con Gipsy en que la vida es un poco así, pero precisamente por eso no solemos contarle a la gente todo lo que hemos hecho a lo largo del día, sino que seleccionamos aquello que entendemos que puede tener algún interés ser escuchado por su importancia, por su originalidad, por su dramatismo, por ser gracioso...

Es verdad que...

la muerte del feto y la anécdota final de la invitada que toca la tripa para que le dé suerte

... son precisamente los detalles que dan algo de sal al relato. Sin ellos, el texto no pasaría de ser el soporífero diario de una mujer embarazada. Pero me ocurre como a Gorezsu: estos detalles no son suficientes para reconciliarme con la historia.

Otro asunto: creo que este relato aborda también, de forma colateral, la mayor o menor fortuna de los galenos a la hora de comunicarse con los pacientes. Corren tiempos de mucha exigencia en este sentido. No sería mala idea crear una titulación doble de Medicina-Psicología. Es cierto que el doctor es algo brusco en la forma de comunicar la mala noticia, pero sin embargo me parece exagerado por parte de ella que le moleste ese "vamos" solidario o empático de la frase "Vamos a pasar momentos poco agradables".

Por último, la teoría jilgueril de una narradora madura desencantada porque "ha sufrido mucho por causa de la maternidad" no termina de convencerme. Yo observo en efecto en esas frases del arranque del relato una ironía defensiva en la narradora, un estar de vuelta, pero lo interpreto como una crítica a esa ingenuidad con que la mujer embarazada por primera o segunda vez se deja desbordar por la ilusión desde el minuto cero, ignorando que faltan nueve meses para poder cantar victoria. Pero no detecto en la narradora ese matiz de sufrimiento y desencanto que señala Jilguero.

[jilguero]

En esta ocasión me siento muy identificado con la opinión de Gorezsu. Ese estilo narrativo tan directo, tan sencillo, tan sin florituras... conlleva -a mi juicio- cierta renuncia a seducir al lector mediante el "continente". Como bien dice Little Miss, el estilo de Gavalda (al menos en este cuento, que es lo primero que le leo) te permite imaginar que, en lugar de estar leyendo un relato literario, estás "oyendo" como alguien te narra un pasaje de su vida más o menos anecdótico. Y el problema es que entonces toda la "responsabilidad" de que el cuento guste o no recae en el mayor o menor interés que suscite en el lector la historia que se narra. Y en particular a mí esta historia me ha resultado aburrida, fría, mecanicista... Estoy de acuerdo con Gipsy en que la vida es un poco así, pero precisamente por eso no solemos contarle a la gente todo lo que hemos hecho a lo largo del día, sino que seleccionamos aquello que entendemos que puede tener algún interés ser escuchado por su importancia, por su originalidad, por su dramatismo, por ser gracioso...

Es verdad que...

la muerte del feto y la anécdota final de la invitada que toca la tripa para que le dé suerte

... son precisamente los detalles que dan algo de sal al relato. Sin ellos, el texto no pasaría de ser el soporífero diario de una mujer embarazada. Pero me ocurre como a Gorezsu: estos detalles no son suficientes para reconciliarme con la historia.

Otro asunto: creo que este relato aborda también, de forma colateral, la mayor o menor fortuna de los galenos a la hora de comunicarse con los pacientes. Corren tiempos de mucha exigencia en este sentido. No sería mala idea crear una titulación doble de Medicina-Psicología. Es cierto que el doctor es algo brusco en la forma de comunicar la mala noticia, pero sin embargo me parece exagerado por parte de ella que le moleste ese "vamos" solidario o empático de la frase "Vamos a pasar momentos poco agradables".

Por último, la teoría jilgueril de una narradora madura desencantada porque "ha sufrido mucho por causa de la maternidad" no termina de convencerme. Yo observo en efecto en esas frases del arranque del relato una ironía defensiva en la narradora, un estar de vuelta, pero lo interpreto como una crítica a esa ingenuidad con que la mujer embarazada por primera o segunda vez se deja desbordar por la ilusión desde el minuto cero, ignorando que faltan nueve meses para poder cantar victoria. Pero no detecto en la narradora ese matiz de sufrimiento y desencanto que señala Jilguero.

Pero si es un tema de que aún faltan 9 meses para cantar victoria, ¿por qué, después de decirnos que son tontas las mujeres, nos dice que abren la compuerta del amor y que ya nunca las cierran? Pero bueno, quizás leyendo otros cuentos de la escritora sea más fácil analizar sus intenciones.

[Little Miss]

Siempre he pensado que este relato lo narra una mujer, porque es capaz de empatizar mucho con las emociones de la madre. Comprende la sensación de incertidumbre cuando aun no sabe si está embarazada, su reacción al conocer la noticia, la ilusión que para ella representa este bebé, su emoción durante la primera ecografía, etc. Conoce bien el "proceso" de la gestación y sabe lo que supone, para lo bueno y para lo malo. Por eso lo cuenta con muchísima distancia e ironía (qué tontas las madres), banalizando los detalles para no dejarse llevar por un sentimiento que ella entiende bien.

[jilguero]

Siempre he pensado que este relato lo narra una mujer, porque es capaz de empatizar mucho con las emociones de la madre. Comprende la sensación de incertidumbre cuando aun no sabe si está embarazada, su reacción al conocer la noticia, la ilusión que para ella representa este bebé, su emoción durante la primera ecografía, etc. Conoce bien el "proceso" de la gestación y sabe lo que supone, para lo bueno y para lo malo. Por eso lo cuenta con muchísima distancia e ironía (qué tontas las madres), banalizando los detalles para no dejarse llevar por un sentimiento que ella entiende bien.

Así lo interpreto yo, Little Miss, banalizando como mecanismo de defensa.
Por cierto, bienvenida y espero que te quedes ya con nostros el resto del año.

[Little Miss]

Por cierto, bienvenida y espero que te quedes ya con nostros el resto del año.

Gracias Jilguero Se hará lo que se pueda, pero no prometo nada, que últimamente apenas tengo tiempo para leer. A este me he apuntado porque, como comentaba, ya he leído el libro y me acuerdo bastante bien. Veremos si los próximos también puedo