Ya me he leído la
tercera historia.
A mí me ha impactado menos que la segunda, aunque en este caso también me ha llamado la antención eso de que no se puede describir los que siente, porque nadie lo ha padecido, y no hay palabras para describirlo ni para comprenderlo.
Lía escribió:Me pongo un poco pesadilla con el tema "sufrimiento" pero es que creo que cuando una enfermedad mental no tiene curación, ni tratamiento de mejora alguno, debe ser prioritario el bien estar del paciente, que sufra lo menos posible.
Dentro del bienestar del paciente se incluye su entorno. Y su dignidad como persona.
Aunque una enfermedad no tenga cura, existen muchas formas formas de abordar una enfermedad, lo mismo que la vida. Yo creo que, en lineas generales, no es bueno tener a nadie entre algodones o aislado de la realidad, porque a la larga se volverá contra él. Salvo casos extremos, naturalmente.
gandaio escribió:Creo que se le ha de informar cuando se considera que el paciente es lo suficientemente "fuerte" psicológicamente para poder hacer frente a la enfermedad y luchar contra ella. Pues el saber qué te pasa, que le sucede a tu cuerpo o a tu mente y cuáles son los síntomas que puedes notar, puede ayudar a tirar adelante y a llevar la enfermedad lo mejor posible. En estos casos, "el saber es poder".
Pero, considero que hay pacientes (pienso, por ejemplo, en alguien con tendencia a tener depresiones) en los que, por los síntomas de la enfermedad, en ningún momento llegan a ser conscientes de que están enfermos (como, sucede, por ejemplo, con el Doctor P.), quizá la mejor solución es que vivan en la ignorancia y quizá así sean más felices.
Eso sí, en todos los casos, sí que considero que a quien se debe informar de la enfermedad, es a las personas de su entorno, pues ellas les pueden ayudar (lo sepan o no) a llevarla lo mejor posible.
Bienvenido al miniclub, Gandaio.
Es que entonces nos encontramos con el problema de decir quien es apto para conocer y quien no. Solo en casos muy extremos se debe privar de la libertad de conocer al enfermo, creo yo.
En el caso del Doctor P. creo que es una persona perfectamente consciente y racional como para poder explicarle y asimilar el problema. Yo no estoy de acuerdo con no haberle explicado su enfermedad.
Si no se la explican, lo mejor que le puede pasar es que su entorno lo comprenda y le trate con compasión o como un genio loco, que parece que es al final lo que ocurrió. Sin embargo, probablemente su entorno no fue muy feliz, sino que lo veían como una carga, y eso probablemente repercutiría en el enfermo, que ser vería aislado como persona.
En cambio si le hubiesen explicado el problema como al segundo paciente, y siendo una persona racional como era, yo creo que hubiese comprendido que no compartía los mismos códigos que el resto del mundo y habría podido adaptese para reinterprearlos y encajar mejor en el mundo. Aunque su enfermedad no fuese a tener una mejora efectiva, yo creo que su calidad de vida (y la de su entorno) sí mejoraria.