Entrevista a Diego Trelles Paz (Bioy)

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lucia
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Entrevista a Diego Trelles Paz (Bioy)

Mensaje por lucia »

Entrevista a Diego Trelles Paz, autor de “Bioy”

12 de septiembre de 2012

Bioy (Destino) es una novela recientemente publicada en España que se adentra en la convulsa historia de las últimas décadas del Perú, en las heridas que todavía no se han cerrado. Crímenes, persecuciones y ajustes de cuentas se sitúan en el centro de un relato intenso y, a veces, terrorífico que muestra la cara más amarga de la memoria de un país. Desde ¡¡Ábrete Libro!! hemos tenido la oportunidad de conversar con su autor, Diego Trelles Paz, en una entrevista concedida desde Perú.
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¿En qué momento le surge la idea de escribir un libro que recupera la memoria olvidada como Bioy?
El inicio fue una imagen: una violación conjunta de una presunta terrorista por parte de un grupo de militares en la época más cruenta del país, el mismo año en que se celebraba en México un Mundial de fútbol. El horror de la tortura y el júbilo del fútbol: esa era la imagen que yo tenía en mente porque para mí definía lo que había sido nuestra vida (mi infancia, mi adolescencia, mi juventud) cuando vivimos en el fuego cruzado del conflicto armado en el Perú.

De una imagen hizo una novela…
En realidad no empecé BIOY pensando que sería una novela que abarcase toda una época ni pensando que sería lo más cercano que he hecho a la novela total (tal y como era entendida por los escritores del boom). Pero luego la historia, los personajes, las mismas peripecias fueron perfilando su forma narrativa. Personalmente creo que el bien más preciado de todo país es su memoria política, algo contra lo que lucha el mercado y el sistema capitalista y el mismo sistema de gobierno que combate el horror con horror. BIOY es un intento, mi intento, por luchar contra los peligros amnesia. Hace poco tuvimos elecciones en el Perú y casi regresa la misma maquinaria de la dictadura Fujimorista. De la misma forma, ahora mismo hay un grupo de fachada de Sendero Luminoso (MOVADEF) que está captando jóvenes y propiciando una amnistía para Abimael Guzmán. Eso es inaceptable. Ninguna amnistía, ningún borrón y cuenta nueva podrá darle al Perú su reconciliación. La memoria política sirve para no repetir los errores de antes. BIOY es mi granito de arena para que eso no vuelva a ocurrir.

Se refiere a una imagen de una violación, esa es una de las escenas terriblemente dramáticas que aparecen en la novela, pero hay muchas más. ¿Cómo trabajó para poder contarlos con tanta precisión y detalle hasta hacer llegar a escalofriar al lector?
La literatura es un trabajo de orfebre. Sabía que para escribir una novela sobre la violencia, las mismas palabras tendrían que 'raspar' y yo mismo tenía que violentar el lenguaje. Cuando uno lee a César Vallejo se da cuenta de que los versos de Vallejo ponen en jaque al mismo lenguaje pero no dejan de tener cierta música. Soy un narrador que lee poesía y, aunque no la escribo, creo que la poesía le ha dado cierta plasticidad y precisión a mi prosa. Por otro lado, yo no tuve ni la más mínima condescendencia a la hora de narrar. BIOY es gráfica e incómoda porque es una novela catártica.

Por otro lado, también está el cine, mi formación cinematográfica. Mi literatura suele ser un cruce de disciplinas artísticas. Me gusta que todas mis pasiones (cine, música, cine, poesía) se nutran a la hora de escribir.

¿Ha conocido a algunas de las víctimas que han sufrido el conflicto?
He conocido a víctimas y a victimarios. El conflicto mató a casi 70 mil personas. Sin embargo, no debemos olvidar que el Estado recién reacciona frontalmente cuando ocurre la bomba en Tarata, en el corazón de Miraflores. Los miles de muertos de la sierra peruana eran ciudadanos invisibles para el Estado y para mucha gente en Lima. BIOY habla un poco de eso: de la normalización de la violencia y de la degradación que produjo en nosotros. No en vano, el personaje de Bioy es un militar que se convierte en delincuente en el presente.

Leyendo los ataques o las terribles torturas y violaciones que usted relata a uno le cuesta entender cómo es posible que las víctima no estallen o nadie de entre los terroristas se revele como al principio parece que va a suceder con el cabo Cáceres, ¿cómo explica el proceso de deshumanización del terrorismo que puede llevar a que se consientan tales atrocidades?
Las atrocidades fueron mutuas. El proceso de deshumanización fue de víctimas y victimarios: normalizar la violencia es aceptar casi resignadamente que te puedes morir en cualquier momento. Lo que hizo Sendero en la sierra peruana era brutal. En esas zonas liberadas, no había Dios y muchísimos jóvenes militares murieron de la manera más espantosa. También mataban comuneros, alcaldes, gente inocente, muchas veces solo quechuahablante, que estaba en medio de militares y terroristas y sufría las consecuencias de los excesos de ambos. En Lima los asesinatos selectivos y los coches bomba y el derribo de las torres que nos dejaba en apagones cotidianamente eran pan diario. Hay un libro de cuentos de Daniel Alarcón que es estupendo y se llama "Guerra a la luz de las velas". Bueno, nuestra vida fue eso. No diría tampoco que hubo consentimiento. Esta fue una guerra muy compleja y muy sangrienta y hubo rebeliones y delaciones de ambos lados. Sendero se convirtió en un arma ideológica muy atractiva para muchos jóvenes. No distinguía estratos sociales. Abimael Guzmán fue capturado en la casa de dos profesionales (una bailarina y un ingeniero) de la clase media alta.

El ojo por ojo es el método que utiliza Marcos, uno de los principales personajes de la novela, ¿qué ha fallado para que tenga que ser la víctima la que tenga que perseguir a los verdugos de sus familiares (y convertirse él, a su vez, en verdugo?
Es una pregunta compleja. No veo a Marcos como una víctima ni a Bioy como un victimario. Me cuidé de delinear a los personajes como seres con contradicciones y carencias. No me interesaba mucho presentarlos como planos ni que el lector se identificara o justificara sus actos. Por eso el cine es importante en la novela: el hecho de que hay una cámara registrando qué aparece y desaparece, esta onda medio testimonial de mostrar desde atrás. Los enigmas de la novela son muchos. Cuando el lector la lea, podría darse cuenta de que los actos de Marcos no solo responden a un asunto de venganza. Ahora bien: yo soy de los que piensan que las novelas, una vez terminadas por el autor, le pertenecen al lector. Es su papel opcional 'escribirlas' como
lo entiende Barthes.

Las cuatro partes del libro se encuentran bastante diferenciadas, aunque pertenecen a un mismo relato son distintos los momentos, las perspectivas, las formas de narrar e incluso los personajes parecen distintos según cuando aparecen. ¿Por qué esa diversidad narrativa?
Porque BIOY estaba planteada como una obra hecha de tres novelas (con distintos géneros, distintas voces, distinta estructura y forma) que tuviera en común la columna vertebral del enigma policial. El mío era un proyecto ambicioso y por eso me demandó cinco años el construirla. Al mismo tiempo, sabía que para abarcar una época tan larga (1986-2008) y convulsa, no podía hacerla lineal: tenía que saltar en el tiempo, presentar varios escenarios, ser polifónica y experimental. Me cuesta reducirla a una novela sobre la violencia política. En BIOY hay mucho más: está la violencia cotidiana del presente en la segunda parte con la novelita de gángsters adaptada a Lima, está el mundo de la tecnología a través del blog feroz de la tercera parte, está el mundo de
los narcos mexicanos y de la droga y de la corrupción política en la cuarta parte. En el fondo, lo único que realmente vertebra la obra es la violencia.

Respecto al proceso de escribir el libro, supongo que el trabajo de documentación que hay detrás de un libro cómo este debe ser arduo, ¿dedicó mucho tiempo?
Sí, mucho tiempo. Además de eso, yo no vivía en Perú y, por eso, tenía que aprovechar cada vez que volvía a Lima para hacer trabajo de campo. Por otro lado, el Informe de la CVR está en línea y yo pude leerlo estando en Austin y New York. Hay otras novelas y libros de no-ficción que han retratado muy bien esta época. Uno de los que más me gustan es 'Muerte en el Pentagonito' del periodista Ricardo Uceda.

¿Cómo es el trabajo de los personajes, usted utiliza a protagonistas con múltiples caras y en muy diferentes momentos?
La idea de la disociación de la personalidad es clave para entender al personaje de Marcos. De ahí surge todo este mundo de los heterónimos (que, sin embargo, yo ya había trabajado en 'El círculo de los escritores asesinos'). Siempre he tenido la impresión de que son los mismos personajes que, luego de un primer impulso, te van dictando su devenir, su esencia. Hay personajes, como María de Jesús por ejemplo, esta anciana alcohólica y devota que uno no sabe si miente, que me demandaron mucho esfuerzo. Ella habla en primera persona. Creo que logré su 'voz' pero ciertamente me costó. Por otro lado están los personajes mexicanos (eso también lo he trabajado en cuentos como 'Intermezzo' o en mi anterior novela 'El círculo...'): me fascina la jerga mexicana, admiro a Juan Rulfo y me encanta México y, por eso, siempre hay un mexicano metido en mis ficciones.

Recientemente su libro ha llegado a las librerías España, ¿tiene buenas expectativas hacia el público "ibérico"?
Uno nunca sabe, pero España siempre me ha tratado muy bien y, siento esta mi novela más ambiciosa, tengo las mejores expectativas. BIOY es compleja pero se lee rápido: tiene humor, acción, suspenso, cosas muy raras, enigmas. Creo que hay gente que me sigue desde 'El círculo...' porque allá fue bien recibido. Han pasado algunos años y, sin embargo, me encanta estar de vuelta de esta forma.

La crítica se ha lanzado con grandes alabanzas y muy buenas comparaciones, ¿cómo las encaja?
De la mejor manera: con mucha alegría y con mucha humildad, pero también con mucha valentía para mis próximos proyectos. Tengo ya un libro de cuentos terminado que escribí de manera paralela a BIOY. Tengo un libro de investigación sobre la novela policial atípica en América Latina que analiza las obras de Borges, Denevi, Puig, Ibarguengoitia, Leñero, Piglia y Bolaño que me gustaría publicar pronto. Tengo una novela que empecé antes de saber que obtendría un premio. En suma: siempre, desde 'Hudson el redentor', intenté que mi proyecto narrativo tuviera una unidad y fuera serio. Lo seguiré haciendo.


Entrevista por Víctor Pons
Fotografía por Ivan Llaque
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sergio,
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Re: Entrevista a Diego Trelles Paz (Bioy)

Mensaje por sergio, »

Ah pues sí, sí que la había leído :oops: :oops:
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lucia
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Re: Entrevista a Diego Trelles Paz (Bioy)

Mensaje por lucia »

¡Serás despistado! :lol: :lol:
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