Cuenta la historia de 4 "colegas" (Mark Renton, Sick Boy, Spud y Begbie) en Escocia....
Cada uno a su historia: SickBoy, el egocéntrico, y su debilidad por el sexo femenino y las drogas... eso sí, el jaco es para perdedores.
Renton (el mejor), enganchadísimo al jaco tratando de dejarlo. El único de los 4 que sabe disfrutar de un buen libro y le da al coco.
Spud, no se sabe si es tonto o demasiado bueno. Otro que va directamente al abismo.
Begbie (Franco), hooligan hasta los topes, personaje embrutecido donde los haya. Fantasmón y salvaje.
Y alrededor de estos... se desarrolla la trama.
Como siempre, la estructura que le da Welsh a la novela no es lineal y desde un punto de vista. Cada capítulo está escrito desde el punto de vista de uno de los cuatro personajes (con sus muletillas, forma de hablar, de pensar), con lo que al principio te haces un poco de lío. Hasta que les conoces..
Fragmentos.......
La macabra realidad de la muerte inminente puede ser exorcisada de boquilla si uno se esfuerza en invertir en la presente realidad de la vida. No creía en ello, pero ahora sí.
Por definición tienes que vivir hasta que mueres. Mejor hacer que esa vida sea una experiencia tan repleta y gozosa como sea posible, por si la muerte es una mierda, lo cual sospecho que es el caso.
El aprendíz de gerente que ha dado la bienvenida era un elemento muy espinilloso metido en un traje de corte elegante, con suficiente caspa en los hombros como para parecer un puñado de cocaína. Me entraban ganas de arrimar un billete enrollado al traje de aquel capullo. Su careto de tonto del culo y sus cráteres faciales arruinaban completamente la imagen que el sabihondo mierdecilla intentaba lograr. Ni siquiera en mis peores épocas de jaco he tenido yo semejante aspecto, pobre cabrito. Este capullo no es más que el chico para todo, es evidente.
El mandamás es el tipo gordo de aspecto desaliñado que está en medio; a su derecha hay una bollera con una gruesa capa de maquillaje y una sonrisa fría embutida en un traje de negocios femenino, que parece sacada de un catálogo de feas.
Se trata de una alineación de aúpa para un puto curro de portero.
Por el camino hacia la puerta con las americanas, SickBoy se vuelve, arqueando una ceja hacia Renton al estilo Roger Moore, mientras abandona el bar. Un destello de paranoia provocado por el speed sacude a Renton. Se pregunta si el éxito de SickBoy con las mujeres está basado en su habilidad de levantar una ceja. Renton sabe lo difícil que es. Había pasado muchas tardes practicando esta técnica frente al espejo, pero ambas cejas seguían levantándose simultáneamente.
La cantidad de bebida consumida y el paso del tiempo conspiraban para concentrar la mente. Cuando falta una hora para el cierre, alguien con quien no soñarías siquiera enrollarte reconvierte en aceptable. Cuando falta media hora, se define decididamente deseable.