Muchísimas gracias por estar más atentos que yo en este foro y subir la ficha de mi quinta novela. Este despiste demuestra lo que vengo años diciendo por aquí: soy un desastre con patas.
Ayer me pasé el día entero haciendo chistes tontos por Twitter y Facebook sobre esta novela (para las que no me sigáis todavía en las redes, estoy fácilmente encontrable con mi propio nombre y soy muy graciosa
), coincidiendo con la noticia de las cuentas suizas de Luis Bárcenas comentaba que
Ginebra para dos era una novela de dos personas que viajaban a Ginebra y NO precisamente para abrir una cuenta bancaria o que era una novela dirigida a quiénes no teníamos cuentas millonarías en Suiza y, por ello, necesitábamos reirnos.
Dejando aparte los chistes sobre la actualidad, sí que os puedo comentar que esta novela es excepcional por dos razones:
1) Es más breve que las anteriores pues la propia historia necesitaba que fuera más rápida, directa, sin todos esos preámbulos en los que me suelo enzarzar
y siguiendo el patrón clásico de las comedias de Hollywood de los años 40 (mi objetivo a imitar, aunque, ay, dios, no penséis que me comparo con Frank Capra o Billy Wilder, simplemente digo que La fiera de mi niña, HIstorias de Philadephia, Sabrina, La costilla de Adán y todas esas maravillosas películas han sido mi inspiración y ejemplo a seguir).
2) Está más centrada en la historia de amor. De hecho, la historia de amor es el tema principal de toda la novela. Aún así, sigue sin ser una novela romántica, pues no sigue los esquemas al uso, pero para mí ha sido sorprendente compararla con las anteriores y ver que esta vez sí que la relación se convertía en la protagonista de la trama y no el proceso de madurar, la vida laboral, etc.
Por otra parte, he intentado que
Ginebra para dos tenga claves "
marca de la casa Rus". Es decir:
1.- Situaciones tronchantes.
2.- Encuentros románticos en cuartos de baño. Ejem
3.- Personajes secundarios hilarantes.
4.- Idas de olla.
5.- Surrealismo spanish way.
Y, por último, hablar un poco de Silvia, la protagonista de la historia y la primera mujer más o menos madura que sale en mis libros. Hasta ahora mis protas han sido jovencitas como Sabrina, Laura o Álex, chicas que acaban de llegar al mundo y todavía son jóvenes, inexpertas e inocentes. Silvia Vega, la voz de
Ginebra para dos, es una mujer de 30 años con la cabeza bien amueblada y que sabe lo que quiere. Aunque os adelanto que en la novela va a terminar descubriendo que no tenía ni pajolera idea... Pero eso te puede pasar también con 40 o 50 años, ¿no?
Un beso y aquí estaré.
Rebeca Rus