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En esta conmovedora historia, la enfermera Gantry, hermana Gantry, siente una especial obsesión por un joven sargento que le ha sido asignado a su pabellón X, donde se trata a los enfermos e inadaptados que la guerra ha dejado en estado confuso. La mayoría de los que pueblan este pabellón, son tropos, que han quedado fuera de combate por el mal de la selva tropical, de allí la idea de tropos. Este sargento aparentemente está normal y va creando una fantasía en la monja que lo cuida. Ella ve despertarse un amor prohibido, pero no puede evitarlo.
¿Monja? en mi libro en ningún lado pone que sea monja...Parece que está soltera por decisión propia, por circunstancias de la vida.
Eva, vete comentando que yo cuando has empezado a leerlo, yo estaba muy avanzanda.
¿Qué te va pareciendo el maravilloso nuevo recluta?
Parece ser que en esta época a todas las enfermeras las llamaban hermanas, pero no es monja .
Minerva ya he llegado a la segunda parte
nuestra enfermera parece que estaba encaprichada del capitán, incluso veía un futuro con él más allá de la guerra, pero al llegar Michael se va a replantear algunas cosas...
Va a desencadenar muchas cosas. El que me da pena es el que es ciego......Y aún sigo pensando porque el perfecto está en ese pabellón.
Si, tanto el capitán como la hermana están dispuestos a tener una relación cuando se acabe todo y ellos salgan de ahí. Pero se le ocurre entrar a uno nuevo que altera todo el lugar y hará temblar todas las decisiones tomadas anteriormente. Habrá que esperar a ver qué pasa
Es demasiado perfecto para mi gusto: guapo, amable, paciente, cuidadoso.........¿No tiene ningún defecto el chico? que me dan ganas de adoptarlo para mi. Si sigue así, acabarán contratándolo: cuida de los enfermos, hace el te, ofrece su hombro a la hermana, y sólo con quitarse la camisa, deja descolocada a la hermana Pobre capitán, que está viendo como su sueño se va a escapar, aunque hace todo lo posible por impedirlo.
Cuenta, cuenta, por donde vas. No vaya a ser que estés llegando a dónde lo dejé yo y tenga que correr para pillarte
En mis tiempos mozos trabajé en una residencia de ancianos en Inglaterra, y otro año en lo mismo en -Alemania y en los dos países a las enfermeras les decían Hermana. Sister y Schwester. Ninguna era monja
Te puedes quedar sin conversación, pero nunca te quedarás sin canciones Lemmy
No estoy de acuerdo con que no se podía presagiar. Creo que va con el carácter del muerto, el hacer daño. Creo que cada uno a su manera está enamorado de la hermana, pero alguno se lo calla, el capitán ve como su sueño se esfuma por la llegada del nuevo, y éste sólo quiere hacer daño y sabe que el nuevo paciente se echará la culpa de su suicidio. No encuentra otra forma de alterarlo, porque el nuevo no se enfada, no se inmuta con sus maldades ni siquiera a sus provocaciones, lo único que lo puede alterar es la culpa. ¿Qué mejor modo que suicidarse para qué el nuevo tenga remordimientos por su muerte?