¡Terminado!
Mi puntuación: Bien.
Segunda entrega de El Club de los Incomprendidos.
De nuevo me encontré con un libro muy ágil de leer, entretenido, con unos personajes a los que ya conocía más alguna cara nueva y... sí, me ha gustado. Pero de nuevo siento que estas historias ya no me llenan. Supongo que será cosa de la edad, que me hago mayor y ahora necesito un poquito más. Pero tampoco me siento capaz de ponerle mil peros a esta historia porque me ha resultado muy entretenida. También ayuda el hecho de que me duró dos días, si hubiese tenido que estar un mes con el libro quizá pudiese ser más crítica. Pero si me duró tan poco también es porque me tenía enganchada.
La trama repite el guión del libro anterior: tres-cuatro días en la vida de un grupo de adolescentes. En esta ocasión la acción sucede cuatro meses después de lo narrado en ¡Buenos días, princesa!
El ritmo es muy alto, vamos saltando de personaje en personaje y siempre está sucediendo algo. Se hace muy ameno gracias a la cantidad de diálogos y conversaciones entre los protagonistas.
Lo que no me ha gustado es la introducción de algún personaje como Marcos. Mientras leía sentía que tenía entre manos una versión 2.0 de César y no entiendo para qué incluir un personaje así cuando ya había otro para la misma función:
desestabilizar a Valeria. |
Además que tratándose de libros que abarcan eso, tres-cuatro días, no me resulta creíble la confianza que llegan a tener con alguno de los protagonistas principales en tan breve margen de tiempo. No me resulta verosímil. No es así el caso de Alba, por ejemplo. Ya que, aunque sea una nueva cara en el mundo de los incomprendidos sí que aparecen flashbacks de cómo se conocieron y fue evolucionando esa amistad. Que conozcas a alguien un jueves
y en dos días ya exista confianza entre tu madre y esa persona... no me lo creo y me saca de la lectura. |
Porque me hace plantearme si Valeria es tonta. Y no me lo parece. De ahí que no me cuadre.
En resumidas cuentas, que como siempre me lío, a mí me parece un libro muy adictivo y que disfrutarán mucho los adeptos a la romántica juvenil. Ahora bien, si alguien espera un poquito más que el día a día de un grupo de adolescentes, decirle que no lo encontrará. Pero supongo que eso ya lo sabéis. Eso sí, sin ser historias tremendamente profundas se les coge mucho aprecio a los protagonistas. En mi caso especialmente a Ester y Bruno.
No son los libros de mi vida, pero los estoy disfrutando y me entretienen. Y se lo agradezco.