El humo de Birkenau - Liana Millu

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Richar Elis
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El humo de Birkenau - Liana Millu

Mensaje por Richar Elis »

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En febrero del año pasado, Álvaro Colomer, presentaba esta obra en el suplemento ‘Culturas’(La Vanguardia): “Si la literatura es la capacidad de construir imágenes en la mente del otro mediante el uso de la palabra escrita, la italiana Liana Millu, fallecida el año pasado, alcanzó la más alta cota en este arte”, palabras que a mí me llevaron a visitar este libro, una visita de la que no me he arrepentido, y que les recomiendo.

Colomer nos hacía partícipes de su experiencia con este texto, que leyó “en el mismísimo campo de concentración de Auschwitz II-Birkenau”, lugar al que llegó “algo saturado de lecturas sobre el holocausto”, de testimonios de supervivientes con los que, dice, no había conseguido formarse “una imagen del campo como lugar físico y en muchos casos ni siquiera del ambiente que allí se debía respirar. Sin embargo, a medida que avanzaba en la lectura de Liana Millu, el campo de Birkenau fue llenándose de personajes, trasuntos de seres humanos que existieron en realidad”.

El libro lo componen seis relatos. En el prólogo escribe Primo Levi: “Cada relato se cierra con una nota atenuada, con un toque fúnebre, el de una vida que se apaga. Y resulta significativo cómo estas muertes individuales, personales, todas trágicas, pero distintas, pesan mucho más, influyen mucho más en nuestra sensibilidad que los millones de muertos anónimos reflejados por las estadísticas”. ¿Y quién mejor que Levi para sintetizar las historias?: “Lily, enviada a la muerte con un gesto indiferente de la mano de su kapo, pues sospecha que puede ser una rival en amores. Maria, que entra en el campo de concentración sin declarar su embarazo, al contrario, lo oculta fajándose el vientre, porque quiere que l niño nazca, y nace, en el infierno nocturno del barracón mugriento y atestado, sin luz, sin agua, sin un pañal limpio, en medio de la locura colectiva y de la renovada piedad de las presas más endurecidas (ésta es quizá la página más memorable del libro), pero el recuento es sagrado, ninguna ha de faltar, la parturienta y el niño se desangran y, concluido el recuento, mueren. Bruna se reencuentra con Pinin, su hijo adolescente, en un campo contiguo; se abrazan a través del alambre electrificado y se electrocutan. La rusa Zina se juega la vida para contribuir a la fuga de Iván, al que no conoce, pero en quien imagina un parecido con Grigori, su marido, asesinado por los nazis. Las os hermanas holandesas: una de ellas elige el camino del burdel, al que la otra se niega, renunciando estoicamente a sus beneficios. La esposa enamorada que se debate entre dos destinos posibles: mantenerse fiel al marido y morir de hambre o ceder y perder la honra pero conservarse para él. De cada uno de estos itinerarios humanos en un mundo inhumano surge un aura de tristeza lírica, incontaminada por la cólera o el lamento desgarrado, de dolorosa sabiduría mundana, que demuestra que la autora no sufrió en vano”.

Los relatos son tan conmovedores en medio de la inhumanidad a que están sometidas y a la que se adaptan, que creo les resultará difícil no romper a llorar en alguno. Lean cómo describe a Lily, la protagonista del primer relato –y permitan que a continuación me extienda en el intento de recrearles mi sensación de este primer relato-:

“Cuando estuve cerca me impresionaron su aspecto cuidado y las cosas bonitas que llevaba puestas. Su vestido no estaba roto, ¡todo lo contrario! Lily lucía incluso un delantalito azul, a tono con el pañuelo que le cubría los hermosos rizos negros que comenzaban a estirarse enmarcándole con gracia la carita pálida. Y la escudilla no l colgaba al costado, como la mía, atada a una especie de cordel hecho con los hilos arrancados al jergón, sino que la llevaba guardada en una de esas bolsas confeccionadas con las orillas de las mantas y que, a veces, en manos de pequeñas artesanas apasionadas, terminaban por convertirse en un signo de elegancia del proletariado del campo de concentración.
–¡Qué guapa estás! ¡Qué elegante! –le dije con entusiasmo.
Lily sonrió complacida, arreglándose el pelo con gesto instintivo.
–A veces, la kapo me manda coser –me explicó–. Así consigo ‘organizar’ algo de hilo para arreglarme la ropa.”

Lily, con su dulzura, es el apoyo anímico y vital de la narradora: “…sus hermosos ojos luminosos demostraban cómo un pensamiento y una sonrisa pueden, incluso en un Vernichtungslager, un campo de exterminio, transformar el número 5480 en una muchacha palpitante y, por momentos, feliz”, y “Así, siempre bromeando y apoyándonos la una en la otra en aquellas arenas fangosas y movedizas que la luz del crematorio más cercano iluminaba con la reverberación de sus altas llamas, entramos en el barracón 15”. Poco a poco nos va empapando la natural vitalidad de Lily, diecisiete años recién cumplidos, su ánimo e ilusión, “para Navidad estaremos todos en casa; emplea un tono que no deja resquicio para dudar que la casa tal vez ya no exista”. Pero tanto encanto no puede pasar desapercibido, y un día, el mismo día en que al despertar la narradora ha sentido un placer absurdo y maligno al subrayar la perspectiva de su miseria, “¡Tú siempre esperas! ¿No lo ves?” y con un gesto iracundo le señala hacia los crematorios, “Todos ardían, rompiendo la noche neblinosa con sus altísimas llamas”, es el día que el amante de la kapo, otro kapo, había bebido mucho, se fija en ella, asaltándola en presencia del resto del comando, y “en el preciso instante en que logró besarla”, Mia, así se llama la kapo, apareció en el umbral de la caseta. “Ninguna de nosotras vio cómo le pegaba, porque Mia tenía una expresión tal, que nos doblamos sobre los azadones y empezamos a llenar los carretones aprisa, siempre más aprisa. La arena volaba de un azadón al siguiente, se acumulaba, desaparecía mientras algo siniestro ocurría a poca distancia de nosotras. Después cesaron también los gemidos y Mia vino hacia nosotras con el rostro enrojecido de la homicida”. Lily queda tirada boca abajo, seguramente sin conocimiento, “Mejor así, pensé, porque sólo el desmayo, con su piadosa muerte momentánea, conseguía detener la sucesión de golpes despiadados”. ¿Está muerta? No está muerta. Millu domina los tiempos del relato, y cuando los dos kapos se despiden “¡Hasta mañana!”, y en la mirada de Mia “se entendió que la tormenta había pasado y ya estaba olvidado”, el lector también piensa que ha pasado la tormenta. La canción de Lily Marlene que, durante la marcha de regreso al campo, viene a la mente de la narradora y las reflexiones que desencadena, mantienen el tono triste que se nos encoge el corazón, de pronto, justo en la puerta de entrada al campo, la columna se detiene, se empieza a escuchar la exclamación “¡Selección!”, las huesudas mujeres se arreglan el pañuelo y restriegan enérgicamente los pálidos rostros para darles un poco de color: “se ayudaban unas a otras para conseguir el aspecto más limpio, más fuerte posible. Las espaldas doloridas se enderezaban, erguidas por la fuerza de voluntad; los ojos se encendían, las mejillas pellizcadas con violencia se sonrojaban”. Y Lily, justo hoy, con esa cara, “empecé a arreglarle a Lily el pañuelo y el pelo, pero ella me apartó la mano con gesto cansado”, “Déjame, Lianka –murmuró–; total, es inútil”.
Y el relato acaba:

“… Menguele nos miró y vi bien su cara descolorida e impasible, los ojitos miopes y la figura erguida, rígida en el uniforme impecable. Sostenía el lápiz en el aire in apuntar nada cuando Mia dio un paso hacia él.
–Ésta, Herr Doctor –dijo señalando a Lily–, siempre kaputt. No puede trabajar.
–Fuera –dijo simplemente el doctor indicándole que saliera de la fila.
Y Lily salió de la fila. Tendió el brazo: la eslovaca leyó el número y lo apuntó en su libreta.”

Es quizá el menos terrible de los seis relatos, el dolor va subiendo desde el corazón y se agarra a la garganta, subiendo relato a relato. El humo de Birkenau fue publicado originalmente en 1947 y traducido ahora por primera vez al castellano. No lo dejen desvanecerse.
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madison
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Mensaje por madison »

Birkenau no es un lugar dentro del mismo campo de concentración de Auschwitz en el que los mayores enseñaban literatura a los pequeños, un lugar con muy pocos libros, así que a veces los adultos leian de memoria a los niños?
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Richar Elis
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Mensaje por Richar Elis »

madison escribió:Birkenau no es un lugar dentro del mismo campo de concentración de Auschwitz en el que los mayores enseñaban literatura a los pequeños, un lugar con muy pocos libros, así que a veces los adultos leian de memoria a los niños?


El complejo de campos de concentración de Auschwitz fue el más grande que creó el régimen nazi. Incluía tres campos principales; en todos ellos los prisioneros eran utilizados para realizar trabajos forzados. Uno de los campos también funcionó durante mucho tiempo como campo de exterminio. Los campos estaban ubicados aproximadamente 59 kilómetros al oeste de Cracovia, cerca de la frontera germano-polaca de antes de la guerra, en la Alta Silesia, un área anexada por la Alemania Nazi en 1939 después de invadir y conquistar Polonia. Las autoridades de la SS crearon tres grandes campos principales cerca de la ciudad polaca de Oswiecim: Auschwitz I en mayo de 1940, Auschwitz II (también denominado Auschwitz-Birkenau) a comienzos de 1942 y Auschwitz III (también llamado Auschwitz-Monowitz) en octubre de 1942.

El complejo de campos de concentración de Auschwitz estaba subordinado a la Inspección de Campos de Concentración. Hasta marzo de 1942, la Inspección de Campos de Concentración era una agencia de la Oficina Central de la SS, y desde 1941, de la Oficina Central de Operaciones de la SS. Desde marzo de 1942 hasta la liberación de Auschwitz, la Inspección estuvo subordinada a la Oficina Central de Economía y Administración de la SS.

En noviembre de 1943, la SS decretó que Auschwitz-Birkenau y Auschwitz-Monowitz se convirtieran en campos de concentración independientes. El comandante de Auschwitz I continuó siendo el jefe de guarnición de todas las unidades de la SS asignadas a Auschwitz y se le consideraba el superior de los tres comandantes. Las oficinas de la SS donde se guardaban los archivos de los prisioneros y se dirigían las actividades que estos realizaban continuaron funcionando en Auschwitz I, desde donde se dirigía toda la operación. En noviembre de 1944, Auschwitz II se reunificó con Auschwitz I. Auschwitz III recibió el nuevo nombre de campo de concentración Monowitz.

Auschwitz I, el campo principal, fue el primer campo creado cerca de Oswiecim. La construcción comenzó en mayo de 1940 en una barraca de artillería abandonada del ejército polaco, ubicada en las afueras de la ciudad. Las autoridades de la SS utilizaron todo el tiempo a los prisioneros como mano de obra forzada para ampliar el perímetro del campo. Durante el primer año de existencia de este campo, la SS y la policía limpiaron una zona de aproximadamente 40 kilómetros cuadrados para crear una “zona de desarrollo” reservada para uso exclusivo del campo. Los primeros prisioneros de Auschwitz fueron alemanes traídos desde el campo de concentración Sachsenhausen de Alemania (que habían sido encarcelados por ser delincuentes reincidentes) y presos políticos polacos de Lodz traídos del campo de concentración de Dachau y desde Tarnow en el distrito de Cracovia del Gobierno General (la zona de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba anexada a la Alemania Nazi, unida administrativamente a la Prusia oriental alemana o incorporada al territorio soviético ocupado por Alemania).


Al igual que la mayoría de los campos de concentración alemanes, Auschwitz I fue construido para cumplir tres objetivos: 1) encarcelar por un periodo indefinido a los enemigos (reales o presuntos) del régimen nazi y de las autoridades de la ocupación alemana en Polonia; 2) suministrar mano de obra forzada para las empresas de construcción de la SS (y luego para la producción de armamentos y otros elementos bélicos); y 3) tener un lugar donde eliminar físicamente a pequeños grupos escogidos de la población, cuya muerte las autoridades de la SS y de la policía consideraban esencial para la seguridad de la Alemania Nazi. Como la mayoría de los otros campos de concentración, Auschwitz I contaba con cámara de gas y crematorio. En un comienzo, los ingenieros de la SS construyeron una cámara de gas improvisada en el sótano del edificio de la prisión, el Edificio 11. Luego se construyó una cámara de gas permanente, más grande, como parte del crematorio original, en un edificio independiente fuera del recinto donde se encontraban los prisioneros.

En el hospital de la Barraca (Edificio) 10 de Auschwitz I, los médicos de la SS llevaron a cabo experimentos médicos. Realizaron investigaciones seudocientíficas en niños, mellizos y enanos y practicaron esterilizaciones forzosas, castraciones y experimentos de hipotermia en adultos. El más conocido de estos médicos fue el Capitán de la SS Dr. Josef Mengele.

Entre el crematorio y la barraca donde se realizaban los experimentos médicos se levantaba la “Pared Negra”, donde los guardias de la SS ejecutaron a miles de prisioneros.

AUSCHWITZ II

La construcción de Auschwitz II, o Auschwitz-Birkenau, empezó en los alrededores de Brzezinka en octubre de 1941. De los tres campos creados cerca de Oswiecim, el campo de Auschwitz-Birkenau tuvo la mayor población de prisioneros. Estaba dividido en más de una docena de secciones separadas por cercas de alambre de púas electrificados y al igual que Auschwitz I, era patrullado por guardias de la SS, incluidos guardias con perros después de 1942. El campo incluía secciones para mujeres, hombres, un campo familiar para romaníes (gitanos) deportados de Alemania, Austria y del protectorado de Bohemia y Moravia, y un campo familiar para las familias judías deportadas del gueto de Theresienstadt.

Auschwitz-Birkenau también contaba con instalaciones para funcionar como centro de exterminio. Desempeñó un papel central en el plan alemán para exterminar a los judíos europeos. Durante el verano y el otoño de 1941, en el sistema de campos de concentración alemanes se utilizó el gas Zyklon B como un instrumento de muerte. En septiembre, en Auschwitz I, la SS probó por primera vez este gas como instrumento de matanzas. El “éxito” de estos experimentos llevó a la adopción del Zyklon B en todas las cámaras de gas del complejo de Auschwitz. En un comienzo, la SS transformó dos granjas cerca de Birkenau para utilizarlas como cámaras de gas. La cámara de gas “provisional” número I comenzó a operar en enero de 1942 y luego fue desmantelada. La cámara de gas provisional II operó desde junio de 1942 hasta el otoño de 1944. La SS determinó que estas instalaciones eran inadecuadas para la escala de exterminio que tenían prevista para Auschwitz-Birkenau. Cuatro crematorios grandes fueron construidos entre marzo y junio de 1943. Cada uno tenía tres componentes: un área para desnudarse, una gran cámara de gas y hornos crematorios. La SS continuó con las operaciones de gaseo en Auschwitz-Birkenau hasta noviembre de 1944.

AUSCHWITZ III

Auschwitz III, también conocido como Buna o Monowitz, fue creado en octubre de 1942 para albergar a prisioneros asignados a realizar trabajos en la fábrica de caucho sintético de Buna, ubicada en las afueras del pueblo polaco de Monowice. En la primavera de 1941, el conglomerado alemán I. G. Farben instaló una fábrica en la que sus ejecutivos pretendían explotar la mano de obra de los campos de concentración para fabricar caucho sintético y combustibles. I. G. Farben invirtió en Auschwitz III más de 700 millones de Reichsmarks (alrededor de 1,4 millones de dólares, a valores de 1942). Desde mayo de 1941 hasta octubre de 1942, la SS había transportado a prisioneros desde Auschwitz I al “Destacamento Buna”, al principio a pie y luego por tren. A partir de la construcción de Auschwitz III en el otoño de 1942, este campo fue usado como lugar de residencia para los prisioneros utilizados en Buna.

Auschwitz III también contaba con un denominado Campo de Educación para el Trabajo para prisioneros no judíos acusados de violar la disciplina del trabajo impuesta por Alemania.

SUBCAMPOS DE AUSCHWITZ

Entre 1942 y 1944, las autoridades de la SS en Auschwitz crearon 39 subcampos. Algunos de ellos fueron creados dentro de la zona designada oficialmente como “zona de desarrollo”, que incluía a Budy, Rajsko, Tschechowitz, Harmense y Babitz. Otros como Blechhammer, Gleiwitz, Althammer, Fuerstengrube, Laurahuette y Eintrachthuette se emplazaron en la Alta Silesia al norte y al oeste del río Vístula. Algunos subcampos se emplazaron en Moravia, como los de Freudental y Bruenn (Brno). En general, los subcampos que producían o procesaban productos agrícolas estaban administrativamente subordinados a Auschwitz-Birkenau; mientras que los subcampos cuyos prisioneros eran utilizados para la producción industrial y de armamentos o en industrias de extracción (por ejemplo: minas de carbón, canteras) estaban administrativamente subordinados a Auschwitz-Monowitz. Después de noviembre de 1943, esta división de responsabilidades administrativas adquirió carácter formal.

Los prisioneros de Auschwitz eran utilizados para trabajar en grandes granjas, entre ellas la estación de agricultura experimental en Rajsko. También eran forzados a trabajar en minas de carbón, canteras de piedra, factorías de pescado y especialmente en industrias de armamentos como la Fábrica de Armamentos Alemanes (creada en 1941) que era propiedad de la SS. Periódicamente los prisioneros eran sometidos a una selección. Si la SS consideraba que estaban demasiado débiles o enfermos para continuar trabajando, eran transportados a Auschwitz-Birkenau y asesinados.

En Auschwitz I, los prisioneros seleccionados para realizar trabajos forzados eran registrados y tatuados con números de identificación en el brazo izquierdo. Luego se los asignaba a trabajos forzados en el campo principal o en otras partes del complejo, incluidos los subcampos.

[tomado de LA ENCICLOPEDIA DEL HOLOCAUSTO]
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madison
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Mensaje por madison »

vaya idea desequilibrada tuvieron los nazis con lo de la limpieza etnica.

Oye Richar este libro que comentas e cuentos es dificil de encontrar?
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Richar Elis
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Mensaje por Richar Elis »

madison escribió:vaya idea desequilibrada tuvieron los nazis con lo de la limpieza etnica.

Oye Richar este libro que comentas e cuentos es dificil de encontrar?



"La afirmación más audaz del Final de partida de Beckett, según la cual ya no queda mucho que temer, es la reacción ante la praxis que dio la primera muestra de sí en los campos de concentración y en cuyo concepto, antaño venerable, acecha ya una teleología [Doctrina de las causas finales] dirigida a la aniquilación de lo diferente. La negatividad absoluta es previsible y ya no sorpende a nadie. El miedo estaba unido al principio individual de la autoconservación, que se elimina a sí mismo por su propia lógica. Cuando en el campo de concentración los sádicos anunciaban a sus víctimas: "mañana te serpentearás como humo de esa chimenea al cielo", eran exponentes de la indiferencia por la vida individual a que tiende la historia. En efecto, el individuo es ya en su libertad formal tan disponible y sustituible como lo fue luego bajo las patadas de sus liquidadores. Pero desde el momento en que el indiviuo vive en un mundo cuya ley es el provecho inividual universal y, por tanto, no posee más que este yo convertido en indiferente, la realización de la tendencia desde antiguo familiar es a la vez lo más espantoso. Nada puede sacarle de ese espanto, como tampoco lo pudo de la alambrada electrificada que rodeaba el campo de concentración. La perpetuación del sufrimiento tiene tanto derecho a expresarse como el torturado a gritar; de ahí que quizá haya sido falso decir que despues de Aushwitz ya no se puede escribir poemas. Lo que en cambio no es falso es la cuestión menos cultural de si se puede seguir viviendo después de Auschwitz, de si le estará totalmente permitido al que escapó casualemente teniendo de suyo que haber sido asesinado. Su supervivencia requeririía ya la frialdad, el principio fundamental de la subjetividad burguesa sin el que Auschwitz no habría sido posible. ¡Qué culpa tan radical la del que se salvó! Su pago son los sueños que padece, como el de quien ya no vive, sino que fue pasado por la cámara de gas en 1944, cuya xistencia posterior entera es mera imaginación, emanación del deseo delirante de un asesinado hace veinte años"
T. W. Adorno


Madi, no creo que el libro de Liana Millu, publicado en 2005 por Acantilado, esté agotado en absoluto.
Un abrazo.
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Richar Elis
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Mensaje por Richar Elis »

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El segundo cuento, más terrible que el anterior, se titula La clandestina, narra los sufrimientos de una prisionera que decide ocultar su embarazo y sacarlo adelante, con la pretensión de que la vida que lleva dentro no termino convertida en humo.
Así piensa la narradora, cuando el embarazo de María es tan sólo una sospecha, un rumor que círcula entre las presas más próximas:

"¿Acaso quería traer al mundo a toda costa a su pequeño? Cuanto más lo pensaba, más me parecía que Maria actuaba como una perfecta egoista. AL obedecer la voz imperiosa de la naturaleza, quería dar una vida, pero ¿en un campo de exterminio eran válidas las leyes de la vida? No había querido someterse al dolor de verse privada de su maternidad, pero ¿qué objeto tenía permitir que naciera una criatura condenada de antemano a las llamas?"

Y un poco más adelante:

"Hablaban cada vez con mayor brusquedad, satisfechas de contar con un pretexto para interrupir un momento la tarea. Al ver que sus ojos cansados brillaban con malicia y que sus bocas pálidas proferían palabras vulgares, yo acababa siempre avergonzándome de nuestra miseria y reprochándome mi crueldad hacia aquella criatura más débil y, al mismo tiempo, más fuerte que yo. Entonces me entraban ganas de llorar al pensar que yo también había empezado a embrutecerme. No tardaría en convertirme en una verdadera hija del campo de exterminio y en mi boca también se habría plasmado la línea cruel y fina que caracterizaba con la misma mueca de desdeñosa amargura todos los labios de las veteranas del Lager. Los reproches me enternecían y acababa acercándome a Maria e intentaba mostrarme más amable..."

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madison
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Mensaje por madison »

Pues no Richar, no está agotado ya lo tengo.
Hablamos vale? :wink:
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Chubbchubb
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Re: El humo de Birkenau - Liana Millu

Mensaje por Chubbchubb »

Lo lei hace un par o tres de años y me encantó. Atroz todo lo que cuenta, pero desgraciadamente tiene más de verdad que de ficción. Te metes completamente en los personajes, en las historias, y sufres como el que más ante cada desenlace.
Este verano estuve en un concierto de Ute Lemper, una cantante alemana, y la primera canción que cantó fue Lili Marlene, e inevitablemente, y a pesar del tiempo que había pasado de la lectura de este libro, no pude evitar acordarme del relato en el que la protagonista tararea esta canción mientras las demás la escuchan...
Realmente conmovedor, una buena lectura.
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