La última noche - James Salter

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Richar Elis
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La última noche - James Salter

Mensaje por Richar Elis »

ImagenLA ÚLTIMA NOCHE
James Salter
Editor: Salamandra
Fecha de lanzamiento: noviembre 2006
Colección: Narrativa
ISBN: 9788498380705
EAN: 978-8498380705
Número de Páginas: 160

Es lo primero que leo de James Salter (New York, 1925), pero no va a ser lo último, porque con este libro que (su de momento último libro) ha publicado Salamandra, Salter pasa a ser uno de mis autores preferidos. Y voy a intentar abrir las ganas de quienes no le conozcan.

En mi opinión, la lectura de estos diez relatos es capaz de dar al traste con la actual relación sentimental de sus lectores (o de repararla), porque Salter te pone delante de los ojos esas verdades que como gusanos horadan la médula, en personajes que ya no tienen una vida de verdad aunque la tuvieron, o pudieron haberla tenido, son vidas afectivamente arruinadas. Personajes que perdieron lo que tenían porque no sabían que era eso precisamente lo más importante de sus vidas, como el relato titulado ‘Bangkok’, en el que Carol, pasa por la librería de Hollis –casado ahora con Pam y con la que tiene una joven de seis años– para despedirse de él, pues se marcha con una amiga, una conversación tensa, de dos antiguos amantes: Hollis, a la defensiva, intenta expulsarla de su tienda y definitivamente de su vida, pero iremos percibiendo que todavía sigue atrapado en el tacto de la piel de Carol. El hombre le reprocha una antigua infidelidad. La mujer responde:

–…No sabía que la verdadera felicidad consiste en tener lo mismo todo el tiempo.
Se miró las manos. Él reparó de nuevo en sus pulgares largos, flexibles.
–¿No opinas lo mismo? –preguntó ella fríamente.
–No seas antipática. Además, ¿qué sabes tú de la verdadera felicidad?
–Oh, la tuve.
–¿En serio?
–Sí –dijo ella–. Contigo.
Él la miró. Ella no le devolvió la mirada, tampoco sonreía.
–Me marcho a Bangkok –dijo–. Bueno, primero a Hong Kong. ¿Has estado alguna vez en el hotel Península?

Unas pocas frases después:

–Me marcho a Bangkok con otra persona.
Él notó un sutil vuelco en el corazón, apenas perceptible.
–Estupendo –dijo.
–Molly. Te caería bien.
(…)
–…Molly tiene mucho estilo. Fue bailarina. ¿Qué era Pam, no me dijiste maestra o algo así? Si te gusta Pam, te gustaría Molly. No la conoces, pero te gustaría. –Hizo una pausa–. ¿Por qué no vienes con nosotras? –dijo.

Y poco después Carol le dice cuáles son los dos términos entre los que debería elegir Hollis:

–La vida y una especie de vida fingida. No pongas cara de no entender.

Pero no es este el final del relato, aún faltan dos páginas para acabarlo y, por lo que he visto en algún otro relato, Salter, en dos páginas, es capaz de darle la vuelta tres o cuatro veces.

El libro se abre con el relato ‘Cometa’, que arranca así: “Philip se casó con Adele un día de junio. Estaba nublado y hacía viento. Después salió el sol. Había pasado bastante tiempo desde la primera boda de Adele, que vestía de blanco: zapatos de salón blancos con tacón bajo, falda larga …”. Adele es divorciada y tiene un hijo, viven en una casa con jardín, un elemento que se repite en los relatos (‘Arlington’ es la única excepción), y “en el banquete Adele sonrió de felicidad, bebió más de la cuenta, rió y se rascó los bazos desnudos con largas uñas de corista. Su nuevo marido la admiraba, podría haber lamido la palma de sus manos como un ternero la sal”. Varias páginas después ha llegado el otoño, una noche de cena en casa de los Morrissey a quienes Salter nos presenta con unos pocos trazos, y a otros de los comensales:

Otro de los comensales era un hombre de Chicago que había hecho fortuna con los ordenadores, un papanatas, como se vio enseguida, que propuso un brindis durante la cena.
–Por el fin de la privacidad y la vida digna –dijo.
Estaba con una mujer apagada que recientemente había descubierto que su marido se entendía con una negra de Cleveland, aventura que por lo visto había durado siete años. Incluso podía ser que tuvieran un hijo.
–Entenderéis por qué para mí venir aquí es como un soplo de aire fresco –dijo ella.
Las mujeres se mostraron solidarias. Sabían lo que tenía que hacer: reconsiderar completamente los últimos siete años.
–Es verdad –convino su acompañante.
–¿Qué es lo que hay que reconsiderar? –quiso saber Phil.
Le respondieron con impaciencia. El engaño, dijeron, la mentira: ella había sido engañada todo aquel tiempo. Mientras tanto, Adele se estaba sirviendo más vino. Con la servilleta tapó el mantel donde había derramado ya una copa.
–Pero fueron tiempos felices, ¿no es cierto? –preguntó inocentemente Phil–. Eso pasó a las historia. No es posible cambiarlo. No se puede convertir en infelicidad.

E inmediatamente Adele entra en escena, y refiriéndose a Phil:

–Él abandonó a su mujer –les dijo Adele.
Silencio.
La media sonrisa de Phil había desaparecido, pero su semblante aún era agradable.

Todavía lo es, pero no lo será en absoluto en las cuatro páginas restantes.

En dos de los cuentos se toma caviar con cucharillas de plata. Hay, en dos relatos, una mujer con cáncer Terminal, una en el que da título a la colección, y otra no os diré en cuál porque el asunto se revela en las últimas líneas. Dos personajes destacados son poetas. Uno es Brennan (‘Contigo, Mi Señor’), a quien Ardis, la protagonista, conoce en casa de Deems y su novia Irene, una cena en la que “Todo había ido muy bien salvo una cosa: Brennan”, que irrumpe rompiendo la armonía de la noche: “un hombre borracho con americana y un sucio pantalón blanco salpicado de sangre”, y que reparando en Ardis la intimida. Poco después ambos están en la cocina: “A la luz de la cocina se lo veía simplemente desaliñado, como el periodista que ha pasado toda la noche trabajando. Lo inquietante era su falta de lógica, su mirada feroz. Una ventana de su nariz era más pequeña que la otra. Estaba acostumbrado a ser ingobernable. Ardis confió en que no volviera a fijarse en ella. Su frente, la de Brennan, tenía dos puntos brillantes, como cuernos nacientes. ¿Los hombres sentían atracción por una mujer cuando sabían que le daban miedo?” ¿No hace pensar esta frase en los perros? Pues Ardis, que está en la cena con su marido, comienza a sentir una atracción morbosa por Brennan, acude primero a la biblioteca municipal en busca de alguno de sus libros, y después penetra en su casa que permanece abierta, como abandonada, y con quien entabla una curiosa relación es con el perro de Brennan, un relato maravilloso como los demás.

El otro poeta aparece en ‘El don’, se llama Des, y el narrador nos cuenta: “Yo lo leí, o al menos una tercera parte, totalmente pasmado en una librería del Village. Recuerdo aquella tarde nubosa y tranquila, y recuerdo también casi abandonarme a mí mismo, la persona que yo era, cómo enfocaba normalmente las cosas, mi percepción de –no hay otra palabra para ello– la hondura de la vida, y sobre todo recuerdo la emoción de los sucesivos versos. (…) Por eso parecía tan puro: había dado todo cuanto tenía. Todo el mundo miente sobre sí mismo, pero él no había mentido. Había hecho de su vida un noble lamento, siempre recorrido por esa cosa que tuviste, que tendrás siempre, que ya no puedes tener”. Des vive ahora en la casa del narrador, con la mujer de éste y su hijo de seis años. Nada voy a revelar de la trama, o mejor dicho lo que voy a revelar, aun siendo central, no va a dar pistas. El matrimonio comparte lo siguiente: “Teníamos una manera de solventar las pequeñas cosas que al principio pasábamos por alto pero que con el tiempo resultaban molestas. Lo llamábamos «el don» y estábamos de acuerdo en que tenía que ser un compromiso duradero. La frase usada con exceso, cierto hábito al comer, incluso esa prenda de ropa favorita… un don era el resultado de un ruego para que el otro renunciara a esa cosa en concreto. No podías pedirle que hiciera algo, sólo que dejara de hacerlo. El estante debajo del lavabo estaba siempre perfectamente seco gracias a un don. Anna ya no extendía el dedo meñique cuando bebía en taza gracias a otro don. Podía ser que hubiera más de una cosa conflictiva, y a veces resultaba difícil escoger, pero estaba la satisfacción de saber que, una vez al año, sin provocar rencores, podías pedirle a u marido o a tu esposa que dejara de hacer esa o aquella cosa en concreto”.

Es un libro que no te permite continuar disimulando, fingiéndote afortunado. Sí, te puede provocar una crisis, quizá es como una prueba a la solidez de tus relaciones. Por supuesto, es a la vez un libro sobre el que alguien podrá pasar de puntillas, sin que ‘casi nada’ le traspase el caparazón. Para el primer tipo de lectura es un libro arriesgado pero imprescindible, para el segundo será sólo un buen libro. Que tengáis una buena lectura.
Ah, es ideal para los trayectos en metro, porque rapta tu atención.
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madison
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Mensaje por madison »

Me gusta y además ultimamente Salamandra siempre acierta en sus titulos. :wink:
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madison
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Mensaje por madison »

Ah! Richar, bievenido a este lugar :wink:
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Richar Elis
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Mensaje por Richar Elis »

madison escribió:Ah! Richar, bievenido a este lugar :wink:



Gracias.
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madison
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Mensaje por madison »

De nada :lol:
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madison
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Mensaje por madison »

Bien, lo he comenzado a leer este mediodia, me gusta aunque solo he llegado al segundo cuento....ya iré exponiendo mi opinión a medida que lo adelante.
Comentaremos Richar.
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Annie
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Annie »

Acaba de llegar a mis manos, esta noche lo empiezo y comento.
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Diana
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Diana »

Me ha gustado en especial el relato que da nombre al libro; "La última noche".
Maravilloso, un placer degustar la buena literatura a través de este relato.
Todos son de corte intimista, a veces con cierta complejidad, se dejan leer :wink: sin embargo llegar al último es como coronar una cima literaria, magnífico.
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Aben Razín
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Aben Razín »

He encontrado este libro en el catálogo de la biblioteca, tengo que decir que por bendita culpa de Ivanovich :60: tengo curiosidad de leer algo de este autor, así que ¡me lo apunto para próximas lecturas! :164nyu:
Además, lo acaba de leer con un buen comentario, mi querida Diana :60:
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Diana
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Diana »

Aben Razín escribió:
Además, lo acaba de leer con un buen comentario, mi querida Diana :60:
:boese040: :boese040: No soy la única, recomiendo la lectura de este artículo de Muñoz Molina Noches leyendo a James Salter
:lol: que lo disfrutes, Aben, ahora sé que te lo vas a leer...
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Aben Razín
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Aben Razín »

Diana escribió: :boese040: :boese040: No soy la única, recomiendo la lectura de este artículo de Muñoz Molina Noches leyendo a James Salter
:lol: que lo disfrutes, Aben, ahora sé que te lo vas a leer...
Ahora ya tengo dos recomendaciones poderosas para leerlo con más gusto y dedicación... :60: :beso:
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Aben Razín »

Acabo de ponerla en el Futuro de mi Firma; en cuanto termine Jakob von Gunten de Robert Walser, me pondré a leer esta colección de relatos. ¡Tengo muchas ganas! :D
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Aben Razín »

Por ahora, he leído dos relatos: Cometa y Los ojos de las estrellas :lista:

Estilo directo, sencillo y sin giros retóricos para expresar la evolución de nuestras formas de ser y de ver la vida, de cómo maduramos a pesar de muchos acontecimientos, de cómo, también, nos traicionamos y pensamos que, con eso, hacemos algun bien al que tanto queremos: un juego bastante maquiavélico :roll:

Mientras tanto, los hombres y las mujeres, actores de estos relatos, intentan pensar que son los mismos o que las imágenes que le está devolviendo el espejo no son tan diferentes cómo pensaban en un momento dado :15:

Relatos llenos de sentimientos y vivencias :wink:

Sigo leyendo :hola:
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Aben Razín »

Me queda el último relato: La última noche :lista:

Quiero leerlo con tranquilidad, por la recomendación que dejó Diana :60: pienso que los anteriores son demoledores. Son espejos donde mirarse, relaciones humanas tan brutales, tan directas, donde nada -¿cómo nos suele ocurrir?- es lo que parece.

Quizás cuando creemos que todo lo tenemos controlado, siguen apareciendo elementos que trastocan lo que queremos ser, sin embargo lo que menos me gusta es que los personajes no se rebelan y se dejan llevar o sobrepasar por los acontecimientos que les envuelven.
Será mi momento personal, pero es algo que valoro, especialmente, cuando analizo los personajes de las novelas que leo: la capacidad que tienen para rebelarse ante lo que viven y eso que James Salter tiene todo el derecho de presentarlos como les parezca :wink:
Estoy a la espera de terminarlo y haré un comentario final :hola:
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Aben Razín
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Re: La última noche - James Salter

Mensaje por Aben Razín »

Terminado.

Respecto al último relato, estoy aún... :ojos4:

No sólo por lo que cuenta, sino cómo está contado: la consecuencia es lógica, pero el pensamiento, las sensaciones de la pareja y el modo a cómo llegan a esa situación dejan al lector en un estado de shock... :hipnotizado:

Creo que es el mejor de todos los relatos, pero sigue la línea de descripción de lo que somos las personas -no obstante, me resisto a pensar que las personas somos de esa calaña- porque retrata a unos personajes llenos de traiciones y de amarguras por encima de cualquier intento de ser felices. No se rebelan contra las situaciones de desengaños en el que viven, sino que, simplemente, se dejan llevar hasta las últimas consecuencias: una soledad agobiante :(

Lo que no cabe la menor duda es la maestría en la escritura y en la descripción de estas situaciones, más allá de visiones antropológicas y éticas propias de cada uno. James Salter utiliza un lenguaje muy directo sin ambages extraños o vericuetos de estilos: frase a frase, va concentrando y expresando los sentimientos de los personajes y la visión personal que el autor tiene del hombre :lista:

Quiero decir que, gracias al Foro, me gusta mucho el cuento y el relato y que las veces que he leído algo en esta línea, he quedado muy satisfecho. En ese sentido, el Foro tiene una buena cantera donde elegir :wink:

Por cierto, ¡os recomiendo estos cuentos! :hola:
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