La niña del faro - Jeanette Winterson

Novela internacional de nuestros tiempos.

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Giada
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La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por Giada »

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Título: La niña del faro
Autor: Jeanette Winterson
Título original: Lighthousekeeping
Editorial: Lumen
ISBN: 9788426421463
1ª Edición: Octubre 2012
Nº Páginas: 208
Érase una vez un farero ciego y una niña huérfana... Así podría empezar uno de los muchos cuentos del señor Pew, el hombre encargado de cuidar del faro de un remoto pueblo de Escocia. Quien le escucha es la pequeña Silver, una chiquilla lista que acaba de perder a su madre y de ganar a un nuevo amigo, un hombre enamorado de las palabras y dispuesto a contar historias insólitas, que se enlazan unas con otras en una trenza sin fin. Sentada al lado del señor Pew, Silver llegará a saber cómo y cuándo se construyó el faro, y descubrirá a personas tan fascinantes como Stevenson, Darwin y el reverendo Babel, un libertino lleno de ira y de amor por una hermosa mujer. Cuando Silver crezca, los cuentos del señor Pew la acompañarán y harán de ella una lectora voraz, fascinada por los libros y por los cuerpos misteriosos que va encontrando en su camino. Amante fiel de la palabra y de su poder, con La niña del faro Jeanette Winterson nos invita a entrar en esa «habitación propia» que Virginia Woolf amuebló hace muchos años, una habitación llena de mil historias que nos defienden de la soledad y hacen más llevadero el oficio de vivir. «Somos todos huérfanos... pero si aprendemos a leer nuestra vida como un cuento, podemos escapar de la tiranía de los hechos.» Jeanette Winterson La opinión del editor: ¿Alguien busca a una autora contemporánea que tenga la fuerza y la magia de Virginia Woolf? Jeanette Winterson es esa persona, y con La niña del faro Lumen abre una biblioteca donde se publicarán sus títulos más destacados.
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Eyre
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por Eyre »

Interesante.
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Giada
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por Giada »

Sí, a mi también me ha llamado la atención :)
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carioca
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por carioca »

Me lo estoy leyendo y me esta gustando, pero lo veo algo confuso. Se lee pronto y me encanta su protagonista; Silver, pero la manera en que tiene de relatar todas las historias lo hace difícil de seguir.
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carioca
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por carioca »

Acabado!
No tengo una opinión clara... Me encanta Silver (la protagonista) y su historia, pero todo lo demás me ha descolocado. Y todo está tan mezclado que me ha producido mucha confusión.

Quizas lo mejor es leerlo y decidir por uno mismo... :wink:
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triste
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por triste »

Un libro precioso. No sabría decir exactamente de qué se trata, si sobre una niña huérfana que come oscuridad, escucha a los pájaros y roba libros, un Pew que es muchos Pews, un Stevenson que no construía faros, un Darwin que da consejos a un hombre triste, un hombre que es dos hombres... O sobre el amor, sobre el mar, sobre historias de marineros o cómo se creó el universo.

O sobre todo eso. Da igual. La forma en la que Winterson narra esta historia es como escuchar una canción, o una historia que ya conocíamos porque alguien nos la contó hace años cuando éramos niños, o un nuevo cuento de hadas. Cada imagen que crea da ganas de conservarla de alguna forma: ponerla en un marco, llevarla en un collar, fosilizarla y llevarla en el bolsillo, guardarla en una botella y arrojarla al mar.

No sé si ya lo leyeron Murke y Fresa, pero seguro les encantaría.

Dejo algunas cosas que subrayé:
La oscuridad lo envolvía todo. Era la norma. La oscuridad adornaba mi ropa. Si me ponía un sombrero de pescador, el ala me dibujaba una sombra oscura en el rostro. Cuando me bañaba de pie en el pequeño cubículo galvanizado que Pew me había construido, me enjabonaba en la oscuridad. Si metía la mano en un cajón para buscar una cuchara, era oscuridad lo primero que palpaba. Si abría los armarios de la cocina para coger la caja de té Full Strength Samson, el agujero era tan negro como el mismísimo té. Teníamos que cepillar o apartar la oscuridad antes de poder sentarnos. La oscuridad se agazapaba en las sillas y colgaba de la escalera como una cortina. A veces adoptaba la forma de las cosas que deseábamos: una sartén, una cama, un libro. A veces veía a mi madre, oscura y silenciosa, cayendo hacia mí. La oscuridad era una presencia. Aprendí a ver en ella, aprendí a ver a través de ella y aprendí también a ver mi propia oscuridad.
¿Por qué Babel Dark no se casó con Molly?
Dudaba de ella. Jamás debes dudar de la persona a la que amas.
Pero puede que no te diga la verdad.
No importa. Dile tú la verdad.
¿Qué quieres decir?
No puedes ser la honradez de otra persona, pequeña, pero sí puedes ser tu propia honradez.
Entonces, ¿qué debería decir?
¿Cuándo?
Cuando ame a alguien.
Deberías decirlo.
Siempre que la veía, Babel estaba a punto de desmayarse. Sabía que se debía a la repentina afluencia de sangre a la cabeza y a que de pronto olvidaba respirar. Sabía que era un síntoma común como común era la causa, pero también sabía que, siempre que la veía, su cuerpo desecado y medio aletargado se lanzaba adelante, hacia el sol. Luz y calor. Molly era para él la luz y el calor, independientemente del mes del año. En diciembre y mayo, cuando llegaba el momento de marcharse, Babel llevaba consigo la luz durante un tiempo, aunque su fuente ya no estuviera. A medida que se alejaba de aquellos largos días de sol, apenas se percataba de que el reloj acortaba sus horas, de que anochecía antes, de que en algunas mañanas ya había escarcha. Molly era en él un disco brillante que lo dejaba ahíto de sol. Era circular, giraba con la luz, nacía del equinoccio. Era estación y movimiento, pero Babel jamás la había visto fría. En invierno, el fuego de Molly se sumergía desde la superficie hasta las profundidades y calentaba sus magníficas estancias como la leyenda del rey que guardaba el sol en su corazón. «Retenme a tu lado», decía Babel. Era casi una oración pero, como la mayoría de nosotros, rezaba por una cosa y ponía su vida rumbo a otro lugar.
No te arrepientas de tu vida, pequeña. Pasará muy pronto.
Hay gente que dice que las mejores historias no tienen palabras. No les criaron para ser fareros. Es cierto que las palabras se desvanecen y a menudo las cosas realmente importantes no se dicen. Las cosas importantes se aprenden en los rostros, en los gestos, no en nuestras lenguas encarceladas. Las cosas auténticas son demasiado pequeñas o demasiado grandes, o en cualquier caso nunca tienen el tamaño adecuado para encajar en el templo llamado lenguaje. Eso ya lo sé. Pero también sé otra cosa, porque me criaron para ser farera. Apaga el bullicio del día a día y al principio sentirás el alivio del silencio. Luego, muy quedo, tan quedo como la luz, regresa el significado. Las palabras son la parte del silencio que puede ser hablada.
Me fui de la biblioteca con un nudo en el estómago y me dediqué a vagar como un ser poseído. Luego encontré el libro en una librería, pero después de haber leído solo una página más vino la dependienta y me dijo que tenía que comprarlo o dejarlo. Me había prometido que no compraría nada, salvo la comida que necesitaba, hasta que descubriera dónde estaba Pew. Así que le dije a la dependienta: —No tengo dinero para comprarlo y no quiero dejarlo aquí. Pero me encanta. No pareció inmutarse. Vivimos en un mundo en que «o lo compras o lo dejas». El amor no cuenta.
Eso es lo que tienen las bibliotecarias: les encanta decirte que un libro está agotado, que está prestado, que se ha perdido o que ni siquiera ha sido escrito todavía.
El psiquiatra asintió y me aconsejó que fuera a verle una vez por semana para someterme a observación, como si fuera un nuevo planeta. Cosa que, en cierto sentido, era verdad.
En cuanto a mí, estoy fragmentado por la fuerza de olas enormes. Soy el cristal de colores de la vidriera de una iglesia destrozada hace tiempo. Encuentro fragmentos de mí por doquier y me corto al cogerlos.
En Tristán el mundo se encoge hasta quedar reducido a un barco, una cama, una linterna, un filtro de amor, una herida. El mundo está contenido en una palabra: Isolda.
¿Dónde comenzó el amor? ¿Qué ser humano miró a otro y vio en su rostro los bosques y el mar? ¿Hubo acaso un día en que, exhausto y agotado, trayendo comida a casa, con los brazos llenos de cortes y cicatrices, viste flores amarillas y, sin saber lo que hacías, las cogiste porque te quiero?
En los fósiles que dan fe de nuestra existencia no hay rastro alguno del amor. No lo encontraréis atrapado en la corteza de la tierra, a la espera de ser descubierto. Los largos huesos de nuestros antepasados no muestran nada de sus corazones. Su última comida a veces se conserva en la turba o en el hielo, pero sus emociones y pensamientos han desaparecido.
El cuerpo humano sigue siendo la medida de todas las cosas. Es esta la escala que mejor conocemos. Este ridículo metro ochenta ciñe el globo y todo cuanto contiene. Hablamos de pulgadas, de pies, de palmos, porque es eso lo que conocemos. Conocemos el mundo por y a través de nuestro cuerpo. Este es nuestro laboratorio. No podemos experimentar sin él. También es nuestro hogar. El único que realmente poseemos. Nuestro hogar está donde está el corazón.
—¿Recuerdas a mi visitante?
Hubo una gran humareda, como la de una locomotora, antes de que Pew hablara.
—¿A Stevenson? Oh, sí, subió y bajó del faro sin toser una sola vez, y eso que dicen que sus pulmones tienen más agujeros que una red de pescar bacalao.
—Ha publicado su libro. Lo he recibido hoy.
Dark se lo tendió a Pew, que palpó la piel labrada y las letras grabadas en la cubierta. El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
—¿Trata del cuidado de los faros?
—Sí, en cierto modo, si cuidar de la luz es algo que todos debemos hacer.
¿De qué tienes miedo?, me pregunté, porque el miedo está en el fondo de todo, incluso el amor a menudo descansa en el miedo. ¿De qué tienes miedo si, hagas lo que hagas, morirás?
Soy medio civeta, medio gato ratonero. ¿Qué hacer sobre lo salvaje y lo doméstico? El corazón salvaje que quiere ser libre y el corazón doméstico que quiere volver a casa. Quiero que me abracen. No quiero que te acerques demasiado. Quiero que me levantes en tu mano y me lleves a casa durante la noche. No quiero decirte dónde estoy. Quiero tener un lugar entre las rocas donde nadie pueda encontrarme. Quiero estar contigo.
No pienso en el amor como en la respuesta o la solución. Pienso en el amor como en una fuerza de la naturaleza, poderosa como el sol, igual de necesaria, de impersonal, de gigantesca, de imposible, tan devastadora como generadora de calor, tan culpable de las sequías como dadora de vida. Y que, cuando se extingue, el planeta muere. Mi pequeña órbita de vida gira en torno al amor. No me atrevo a acercarme más. No soy un místico en busca de la comunión final. No salgo sin mi protector solar. Me protejo.
Sé que las cosas auténticas de la vida, las cosas que recuerdo, las cosas que hago girar en las manos, no son casas, cuentas bancarias, premios ni ascensos. Lo que recuerdo es el amor, todo el amor, el amor por este camino de tierra, por este amanecer, por un día junto al río, por el desconocido que conocí en un café. Incluso por mí misma, que es lo que más cuesta amar, porque el amor y el egoísmo no son lo mismo. Es fácil ser egoísta. Es duro amar al ser humano que soy.
Sonreíste, te pusiste en pie y saliste a la luz del sol. Quizá fuera la luz en tu rostro, pero creí reconocerte, haberte visto en algún lugar muy abajo, en algún lugar del fondo del mar. Algún lugar en mí.
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Sawadee
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por Sawadee »

Me lo apunto en la :lista:
Mi Instagram creativo y de lecturas :60: https://www.instagram.com/sawadeecolors
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madison
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por madison »

Qué maravilla de libro, qué tarde me he enterado y qué pena tan pocos comentarios.
Exquisito...


"Cuéntame un cuento, Pew.
¿Qué clase de cuento, pequeña?
Uno con final feliz.
En el mundo eso no existe.
¿Un final feliz?
No, un final"
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asangrefria
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por asangrefria »

Me lo apunto, pensaba estrenarme con Winterson el año que viene. Había visto Fruta prohibida en muchas listas de lo mejor (novela de debut, de temática lésbica, ...) y pensaba comprámelo en el 2018 ahora que lo han reeditado, pero viendo que este es cortito, que está bien de precio y que las críticas por aquí son estupendas igual me animo a empezar con este
Última edición por asangrefria el 25 Dic 2017 14:59, editado 1 vez en total.
Leyendo:

Blackwater 5: La fortuna - Michael McDowell
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por emedoble »

Yo lo leí el año pasado y me gustó mucho, aunque no comentó, sobre todo el principio y desarrollo, no tanto el final.
Pero desde luego me descubrió a esta autora, porque me gustó muchísimo esa manera de escribir, muy poética, con personajes preciosos un poco irreales pero que te llegan y una ambientación muy chula.
Leído: Frankenstein
Leyendo: No digas nada
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asangrefria
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por asangrefria »

Pues ya lo tengo, creo que le voy a hacer un hueco en enero
Leyendo:

Blackwater 5: La fortuna - Michael McDowell
cruf
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por cruf »

Me la apunto.
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asangrefria
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por asangrefria »

Estaba echándole un ojo, decidiendo si lo combino con el que estoy leyendo y me he fijado que el traductor es Alejandro Palomas, reciente ganador del Nadal
Leyendo:

Blackwater 5: La fortuna - Michael McDowell
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asangrefria
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por asangrefria »

Terminado.
Tengo que reconocer que a mí también me ha descolocado por momentos (claro que igual eso es más bien culpa mía por lo desconcentrado que estoy últimamente), pero está increiblemente bien escrito y me ha resultado muy interesante tanto en estilo como en estructura.

Voy a repetir con Winterson. Creo que me animaré con Fruta prohibida que es un libro que siempre he querido leer.
Leyendo:

Blackwater 5: La fortuna - Michael McDowell
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madison
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Re: La niña del faro - Jeanette Winterson

Mensaje por madison »

A mí también me apetece leer, Fruta prohibida..
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