Absurdos
Absurdos
La cabeza se me va un poco a estas horas y después de trabajar hasta las 23.30, pero si no lo pongo ahora mañana le encontraré mil fallos y no lo subiré, así que mejor encontrádselos vosotros:
- Tienes dos opciones.
- ¿Y por qué solo dos?
- Porque siempre hay dos opciones.
- No me seas maniqueo.
- No es cuestión de lo que soy, es cuestión de lo que hay.
- Tú siempre lo ves todo blanco o negro, y la verdad es que existe el gris y que hay muchos otros colores.
- Sí, pero las cosas siempre son en blanco y negro o en color. Y si te quedas con el blanco y negro tendrás o blanco o no blanco. Dentro del no blanco tendrás gris con saturación de menos del cincuenta por ciento o de más y así hasta el infinito.
- Pero al final tendremos muchas más que dos opciones.
- Sí, pero al final, nunca al principio.
- Y si vamos a llegar a ello por qué no empezar desde ahí.
- Porque es más sencillo.
- No veo la diferencia de sencillez.
- Intenta sumar tres números: 8, 2 y 7.
- Diecisiete.
- Pero los has sumado los tres a la vez.
- Sí.
- Seguro.
- Sí.
- Pues no. Has sumado ocho más dos diez y más siete diecisiete.
- Bueno, sí, pero eso es sumar tres números.
- Pero de dos en dos.
- Está bien. Planteemos dos opciones.
- Puedes ir o no ir.
- Pero yo quiero ir.
- Pues ya has decidido lo primero.
- Si mi problema no era ese.
- Pero por algo se empieza.
- Puedo ir con Jack o con uno de los otros dos.
- Y por qué no planteas primero con uno de los otros. O ¿ya has elegido a Jack?
- Bueno, pues empecemos con David.
- Entonces descartamos a Jack.
- Ves como es muy complicado esto de las dos opciones.
- Siempre tienes la opción de no plantear dos opciones.
- Entonces volvería al principio.
- Siempre al principio.
- Sigo sin decidirme entre los tres.
- Pero yo no puedo ayudarte.
- Has dicho que lo harías.
- Sí, pero has descartado la opción de plantear dos opciones, que es la mía.
- ¡Me vas a volver loca!
- Eso pretendo.
- ¿Qué!
- Si pretendías que yo te ayudara a elegir entre tres personas para que te acompañen a esa ridícula cena estás loca. Sólo quería demostrártelo.
- Pero, ¿qué hago!
- No sé, tira una moneda al aire.
- Para eso necesito dos opciones.
- Mira, con eso puedo ayudarte.
- Tienes dos opciones.
- ¿Y por qué solo dos?
- Porque siempre hay dos opciones.
- No me seas maniqueo.
- No es cuestión de lo que soy, es cuestión de lo que hay.
- Tú siempre lo ves todo blanco o negro, y la verdad es que existe el gris y que hay muchos otros colores.
- Sí, pero las cosas siempre son en blanco y negro o en color. Y si te quedas con el blanco y negro tendrás o blanco o no blanco. Dentro del no blanco tendrás gris con saturación de menos del cincuenta por ciento o de más y así hasta el infinito.
- Pero al final tendremos muchas más que dos opciones.
- Sí, pero al final, nunca al principio.
- Y si vamos a llegar a ello por qué no empezar desde ahí.
- Porque es más sencillo.
- No veo la diferencia de sencillez.
- Intenta sumar tres números: 8, 2 y 7.
- Diecisiete.
- Pero los has sumado los tres a la vez.
- Sí.
- Seguro.
- Sí.
- Pues no. Has sumado ocho más dos diez y más siete diecisiete.
- Bueno, sí, pero eso es sumar tres números.
- Pero de dos en dos.
- Está bien. Planteemos dos opciones.
- Puedes ir o no ir.
- Pero yo quiero ir.
- Pues ya has decidido lo primero.
- Si mi problema no era ese.
- Pero por algo se empieza.
- Puedo ir con Jack o con uno de los otros dos.
- Y por qué no planteas primero con uno de los otros. O ¿ya has elegido a Jack?
- Bueno, pues empecemos con David.
- Entonces descartamos a Jack.
- Ves como es muy complicado esto de las dos opciones.
- Siempre tienes la opción de no plantear dos opciones.
- Entonces volvería al principio.
- Siempre al principio.
- Sigo sin decidirme entre los tres.
- Pero yo no puedo ayudarte.
- Has dicho que lo harías.
- Sí, pero has descartado la opción de plantear dos opciones, que es la mía.
- ¡Me vas a volver loca!
- Eso pretendo.
- ¿Qué!
- Si pretendías que yo te ayudara a elegir entre tres personas para que te acompañen a esa ridícula cena estás loca. Sólo quería demostrártelo.
- Pero, ¿qué hago!
- No sé, tira una moneda al aire.
- Para eso necesito dos opciones.
- Mira, con eso puedo ayudarte.
1
Simpático. Sólo diálogo, fluido y rápido. Vaya conversación de besugos.
Última edición por JANGEL el 31 Ago 2007 08:54, editado 1 vez en total.
1