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Reputado por sus habilidades amatorias, Ransom Seymour, el Duque de Ainsley, le debe una deuda impagable a su mejor amigo. Pero lo que este le pide en nombre de esa deuda es totalmente inaceptable, incluso para un mujeriego impenitente como Ainsley: que le dé a la exquisita esposa de su amigo lo que ella más desea en el mundo, un hijo.
Lady Jayne Seymour, la Marquesa de Walfort, está furiosa con el acuerdo a que su marido ha llegado con el odioso Duque de Ainsley. Y si ella finalmente acepta, deberán respetarse una serie de reglas: nada de besos y, lo que es más, nada de placer.
Pero durante las semanas en que Ainsley y Jayne se desplazan a un remoto caserón de la campiña para llevar a término su pacto, pasan cosas que ella jamás hubiera podido imaginar con el inesperadamente tierno duque; sobre todo cuando Lady Jayne descubre que es capaz de hacerla soñar una vez más... y Ransom se da cuenta de que ha ido a dar con la única mujer sin la cual no puede vivir.
Lo estoy leyendo ahora. Aunque la premisa cuesta un poco de creer... el argumento está bastante bien llevado. Ainsley es mi preferido de entre los tres hermanos pero está muy acostumbrado a salirse con la suya, así que a veces da un poco de rabia.
Voy por la mitad y están en un momento bastante dulce. La difícil papeleta que les ha encomendado el marido de ella se está convirtiendo poco a poco en un pequeño sueño romántico para ambos. Vamos, que se ve venir a la legua que esto acabará como el rosario de la aurora. Sigo leyendo.
Terminado. Muy bonito y muy romántico. No demasiado creíbles algunos aspectos, pero nada extraño en este género. He disfrutado con el prota que pone toda la carne en el asador en términos de romanticismo y seducción, un libro muy calentito. Si me apuras, ella, aunque sobre el papel tiene muchas virtudes... no me ha dicho nada. La pareja en sí no se termina de explicar bien (se explica, pero no se "vive", ni se asimila del todo esa explicación).