La luciérnaga tragona (Cuento)
- Mister_Sogad
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La luciérnaga tragona (Cuento)
LA LUCIÉRNAGA TRAGONA
Bea entró en el cuarto y aspiró con fuerza. Le encantaba el olor de la librería de su abuelita. Esperaba que no se enfadara si la pillaba allí de noche, pero es que no podía esperar a mañana, las vacaciones eran demasiado cortas. Dirigió sus pasos entre las estanterías rozando con los dedos todos los libros que había. Al fondo creyó ver una luz, lo que era extraño. Enfocó con la linterna allí y las sombras se retiraron un poco, pero aún estaba algo lejos.
A lo mejor era algún adulto que había tenido la misma idea que ella. Dudó un momento en si acercarse y ver quién era o dar media vuelta e irse para que no la pillaran. Al final decidió que era ella la que iba a pillar a alguien, así que no estaba haciendo nada malo, o al menos no sería la única haciéndolo.
No era una luz fuerte, de hecho debía ser también de una linterna como la que llevaba, vieja y dando una luz amarillenta no demasido intensa. Cuando finalmente giró la esquina y miró no pudo ver a nadie. Había unos cuantos libros apilados en el suelo y uno de esos con tapa dura abierto casi por la mitad. Sobre sus páginas una lucecita amarilla flotaba en el aire.
Se quedó confusa, no había nadie, pero aquella lucecita ¿qué sería? Se acercó un poco y la luz tembló perdiendo fuerza. Contempló con la boca abierta un bichito volador que lucía. Recordó que había visto algo parecido hacía poco por la tele. Debía ser una Luciérnaga. Pero ¿por qué estaba allí?
—Hola, ¿querías algo?
Bea pegó un pequeño saltito, el bicho había hablado.
—Bueno, si no quieres nada te agradecería que me dejaras seguir con el libro.
—¿Eres una luciérnaga?
—¡Que va!, soy una vaca.
El bichito se acercó volando a la nariz de Bea y esta pudo ver que se estaba riendo. Eso la enfadó un poco.
—Eres una luciérnaga, mi mamá dice que no se debe mentir ¿sabes?
—Pero, si ya sabías lo que soy ¿para qué has preguntado?
—Por si... por si acaso.
Bea estaba confusa y enfadada, y no sabía bien por qué.
—¿Cómo te llamas?
—¿Por qué quieres saberlo?
—Vale, ha sido un placer conocerte "cómo te llames", yo voy a seguir leyendo, adiós.
—Espera, me llamo Bea.
—Qué nombre más bonito.
—¿Y tú?
—¿Yo?, habíamos quedado en que parezco un bicho, así que no creo que a ti te parezca bonito.
—No, no, ¿cómo te llamas tú?
—Ah, me llamo Lur.
—Es un nombre... raro.
—Las hadas pueden tener el nombre que quieran.
—No eres un hada.
—Tampoco me llamo Lur. Pero me gusta, ¡me lo quedo!
La luciérnaga comenzó a reir y dar vueltas y giros por el aire. Bea dio un pisotón en el suelo.
—Mentir está mal.
—Lo siento, pero es que no tengo nombre.
—Eso no es posible.
—¿Por qué no?
—Todo el mundo tiene nombre.
—No, todos no, yo no tengo.
—Pero, tienes que tener uno.
—Pues no, ¿a ti como te lo dieron?
—No me lo dieron, yo... ya lo tenía.
—¿Ah sí?
—Mamá dice que es como se llamaba una hermana de mi abuela. Bueno, se llamaba Beatriz.
—Entonces no es igual.
—Sí lo es, yo me llamo Beatriz, pero...
—Ah, entonces tú me has mentido.
—¡No! Yo no miento.
—Pero no te llamas Bea.
—Sí que me llamo Bea, y también Beatriz.
—Entonces te llamas Bea Beatriz.
—No, son lo mismo, solo se le quita "triz" a Beatriz. Mamá dice que eso es porque soy pequeña.
—Ah, entonces sois como yo.
—¿Luciérnagas? ¿Hadas?
—No. Os coméis letras.
—¿Tú comes letras?
Bea echó un vistazo alrededor mirando todos los libros.
—Sí, como letras.
—Pero... pero estropeas los libros, con lo bonitos que son. No puedes hacerlo.
—Yo no estropeo los libros, a mí también me parecen bonitos.
—Entonces, ¿por qué comes letras?
—Comerme letras no estropea los libros.
—Sí que lo hace, la abuela dice que hay bichitos que se comen el papel de sus libros.
—Sé de quienes hablas, pero yo nunca me comería el papel de estos libros tan bonitos. Ni siquiera les daría un mordisquito.
—Entonces, ¿cómo comes letras?
—Con los ojos.
—¿Con los ojos?
—Claro, ¿ves ese libro que hay ahí abierto? es "Alicia en el País de las Maravillas", ahora mismo Alicia está charlando con una oruga gigante.
—¡Lo he leído!
—Shh, no me lo cuentes.
—Pero, eso no es comer letras, eso es leer.
—No, creo que no.
—Sí, es leer, te lo aseguro.
—A ver, dices que te acuerdas del cuento, ¿no?, pero si solo lo has leído.
—Claro, por eso lo recuerdo.
—No, entonces recordarías solo las palabras, pero ¿a que tienes ahora mismo en mente cómo es Alicia?
Bea se puso un dedito en el labio inferior pensativa.
—Bueno, es que al leerlo me lo imagino.
—Ah, pero entonces no estás solo leyendo.
—Pero tampoco estoy comiendo.
—Pues yo creo que sí.
—No lo entiendo.
La luz de la luciérnaga se intensificó mientras revoloteaba con mayor velocidad alrededor de Bea.
—A ver, a ver, si solo lo hubieras leído no te la imaginarías, lo que has hecho ha sido leer el libro y pensar en Alicia, eso es comer letras.
—Pero...
—Cuando comes tú no solo abres la boca y chupas la comida, ¿no?
—No, claro que no, porque entonces seguiría teniendo hambre.
—Eso es, cuando lees no solo lees sino que también imaginas.
—Pero sigue sin ser comer.
—Ya, pero es lo que se le acerca más ¿no?
—Pero, no es lo mismo.
—Vale, ¿sabes qué? yo seguiré comiéndome letras, tú haz lo que quieras. Un placer haberte conocido Bea, ahora, si me disculpas...
La luciérnaga revoloteó de vuelta al libro abierto y se quedó suspendida sobre las páginas. Bea estuvo un rato mirando, cuando tenía que pasar las páginas el bichito hacia un enorme esfuerzo, pero luego se frotaba las patas y prestaba toda su atención a las palabras del cuento. Cuando ya había visto cómo pasaba unas cuantas páginas se mordisqueó el labio inferior y se acercó despacito a la luciérnaga.
—Perdona, ¿me dejas comer contigo?
—¿Eh? Por supuesto que sí, mira alrededor, esto es un banquete. Y ahora guarda silencio que estoy saboreando un gatito invisible muy gracioso.
A Bea se le iluminó el rostro y buscó un rinconcito cerca del bichito, cogió un libro de color verde y se sentó cruzando las piernas.
FIN
Bea entró en el cuarto y aspiró con fuerza. Le encantaba el olor de la librería de su abuelita. Esperaba que no se enfadara si la pillaba allí de noche, pero es que no podía esperar a mañana, las vacaciones eran demasiado cortas. Dirigió sus pasos entre las estanterías rozando con los dedos todos los libros que había. Al fondo creyó ver una luz, lo que era extraño. Enfocó con la linterna allí y las sombras se retiraron un poco, pero aún estaba algo lejos.
A lo mejor era algún adulto que había tenido la misma idea que ella. Dudó un momento en si acercarse y ver quién era o dar media vuelta e irse para que no la pillaran. Al final decidió que era ella la que iba a pillar a alguien, así que no estaba haciendo nada malo, o al menos no sería la única haciéndolo.
No era una luz fuerte, de hecho debía ser también de una linterna como la que llevaba, vieja y dando una luz amarillenta no demasido intensa. Cuando finalmente giró la esquina y miró no pudo ver a nadie. Había unos cuantos libros apilados en el suelo y uno de esos con tapa dura abierto casi por la mitad. Sobre sus páginas una lucecita amarilla flotaba en el aire.
Se quedó confusa, no había nadie, pero aquella lucecita ¿qué sería? Se acercó un poco y la luz tembló perdiendo fuerza. Contempló con la boca abierta un bichito volador que lucía. Recordó que había visto algo parecido hacía poco por la tele. Debía ser una Luciérnaga. Pero ¿por qué estaba allí?
—Hola, ¿querías algo?
Bea pegó un pequeño saltito, el bicho había hablado.
—Bueno, si no quieres nada te agradecería que me dejaras seguir con el libro.
—¿Eres una luciérnaga?
—¡Que va!, soy una vaca.
El bichito se acercó volando a la nariz de Bea y esta pudo ver que se estaba riendo. Eso la enfadó un poco.
—Eres una luciérnaga, mi mamá dice que no se debe mentir ¿sabes?
—Pero, si ya sabías lo que soy ¿para qué has preguntado?
—Por si... por si acaso.
Bea estaba confusa y enfadada, y no sabía bien por qué.
—¿Cómo te llamas?
—¿Por qué quieres saberlo?
—Vale, ha sido un placer conocerte "cómo te llames", yo voy a seguir leyendo, adiós.
—Espera, me llamo Bea.
—Qué nombre más bonito.
—¿Y tú?
—¿Yo?, habíamos quedado en que parezco un bicho, así que no creo que a ti te parezca bonito.
—No, no, ¿cómo te llamas tú?
—Ah, me llamo Lur.
—Es un nombre... raro.
—Las hadas pueden tener el nombre que quieran.
—No eres un hada.
—Tampoco me llamo Lur. Pero me gusta, ¡me lo quedo!
La luciérnaga comenzó a reir y dar vueltas y giros por el aire. Bea dio un pisotón en el suelo.
—Mentir está mal.
—Lo siento, pero es que no tengo nombre.
—Eso no es posible.
—¿Por qué no?
—Todo el mundo tiene nombre.
—No, todos no, yo no tengo.
—Pero, tienes que tener uno.
—Pues no, ¿a ti como te lo dieron?
—No me lo dieron, yo... ya lo tenía.
—¿Ah sí?
—Mamá dice que es como se llamaba una hermana de mi abuela. Bueno, se llamaba Beatriz.
—Entonces no es igual.
—Sí lo es, yo me llamo Beatriz, pero...
—Ah, entonces tú me has mentido.
—¡No! Yo no miento.
—Pero no te llamas Bea.
—Sí que me llamo Bea, y también Beatriz.
—Entonces te llamas Bea Beatriz.
—No, son lo mismo, solo se le quita "triz" a Beatriz. Mamá dice que eso es porque soy pequeña.
—Ah, entonces sois como yo.
—¿Luciérnagas? ¿Hadas?
—No. Os coméis letras.
—¿Tú comes letras?
Bea echó un vistazo alrededor mirando todos los libros.
—Sí, como letras.
—Pero... pero estropeas los libros, con lo bonitos que son. No puedes hacerlo.
—Yo no estropeo los libros, a mí también me parecen bonitos.
—Entonces, ¿por qué comes letras?
—Comerme letras no estropea los libros.
—Sí que lo hace, la abuela dice que hay bichitos que se comen el papel de sus libros.
—Sé de quienes hablas, pero yo nunca me comería el papel de estos libros tan bonitos. Ni siquiera les daría un mordisquito.
—Entonces, ¿cómo comes letras?
—Con los ojos.
—¿Con los ojos?
—Claro, ¿ves ese libro que hay ahí abierto? es "Alicia en el País de las Maravillas", ahora mismo Alicia está charlando con una oruga gigante.
—¡Lo he leído!
—Shh, no me lo cuentes.
—Pero, eso no es comer letras, eso es leer.
—No, creo que no.
—Sí, es leer, te lo aseguro.
—A ver, dices que te acuerdas del cuento, ¿no?, pero si solo lo has leído.
—Claro, por eso lo recuerdo.
—No, entonces recordarías solo las palabras, pero ¿a que tienes ahora mismo en mente cómo es Alicia?
Bea se puso un dedito en el labio inferior pensativa.
—Bueno, es que al leerlo me lo imagino.
—Ah, pero entonces no estás solo leyendo.
—Pero tampoco estoy comiendo.
—Pues yo creo que sí.
—No lo entiendo.
La luz de la luciérnaga se intensificó mientras revoloteaba con mayor velocidad alrededor de Bea.
—A ver, a ver, si solo lo hubieras leído no te la imaginarías, lo que has hecho ha sido leer el libro y pensar en Alicia, eso es comer letras.
—Pero...
—Cuando comes tú no solo abres la boca y chupas la comida, ¿no?
—No, claro que no, porque entonces seguiría teniendo hambre.
—Eso es, cuando lees no solo lees sino que también imaginas.
—Pero sigue sin ser comer.
—Ya, pero es lo que se le acerca más ¿no?
—Pero, no es lo mismo.
—Vale, ¿sabes qué? yo seguiré comiéndome letras, tú haz lo que quieras. Un placer haberte conocido Bea, ahora, si me disculpas...
La luciérnaga revoloteó de vuelta al libro abierto y se quedó suspendida sobre las páginas. Bea estuvo un rato mirando, cuando tenía que pasar las páginas el bichito hacia un enorme esfuerzo, pero luego se frotaba las patas y prestaba toda su atención a las palabras del cuento. Cuando ya había visto cómo pasaba unas cuantas páginas se mordisqueó el labio inferior y se acercó despacito a la luciérnaga.
—Perdona, ¿me dejas comer contigo?
—¿Eh? Por supuesto que sí, mira alrededor, esto es un banquete. Y ahora guarda silencio que estoy saboreando un gatito invisible muy gracioso.
A Bea se le iluminó el rostro y buscó un rinconcito cerca del bichito, cogió un libro de color verde y se sentó cruzando las piernas.
FIN
Última edición por Mister_Sogad el 01 Mar 2016 17:22, editado 2 veces en total.
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Oye, pues me ha gustado mucho este cuento y la conversación entre la luciernaga y Bea. Divertida y simpática
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- Mister_Sogad
- Tigretón
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Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Gracias, esa era la intención.Gisso escribió:Oye, pues me ha gustado mucho este cuento y la conversación entre la luciernaga y Bea. Divertida y simpática
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Este otoño, el concurso de relatos del foro es de temática infantil/juvenil, ¿no te lanazarías a participar ? Seguro que es una bonita experiencia
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- doctorkauffman
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Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Me ha gustado. Tiene el ton justo para la literatura infantil-juvenil.
No obstante, el diálogo me ha parecido muy largo, en especial la parte de comer letras.
Muchas gracias por compartirlo
No obstante, el diálogo me ha parecido muy largo, en especial la parte de comer letras.
Muchas gracias por compartirlo
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- Mister_Sogad
- Tigretón
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- Registrado: 20 Dic 2009 10:04
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Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Con lo irregular que soy con las fechas no creo que pudiera, a veces pasan meses sin que escriba nada de nada...Gisso escribió:Este otoño, el concurso de relatos del foro es de temática infantil/juvenil, ¿no te lanazarías a participar ? Seguro que es una bonita experiencia
Gracias! La verdad es que la conversación iba a ser más corta, pero dejé fluir el relato y ahí me llevó.doctorkauffman escribió:Me ha gustado. Tiene el ton justo para la literatura infantil-juvenil.
No obstante, el diálogo me ha parecido muy largo, en especial la parte de comer letras.
Muchas gracias por compartirlo
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Le encuentro el mismo fallo que DK. Cuando insistes tanto en esa parte de comer letras haces que Bea, en vez de pequeña, parezca idiota.
Y ya sabes, si de aquí a octubre escribes algo infantil/juvenil, tienes el concurso
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Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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- Mister_Sogad
- Tigretón
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Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Gracias por leerlo Lucía.lucia escribió:Le encuentro el mismo fallo que DK. Cuando insistes tanto en esa parte de comer letras haces que Bea, en vez de pequeña, parezca idiota.
Y ya sabes, si de aquí a octubre escribes algo infantil/juvenil, tienes el concurso
Pues sí, me alargué demasiado con la conversación, pero es que en mi mente lo veía así, tal cuál.
Si escribo algo ya avisaré.
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Ya sabes que me gusta bastante como escribes
Y no avises si escribes algo, que sea sorpresa
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Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Me ha gustado. Me parece una buena idea y bastante simpática. Que sea todo diálogos está muy bien, y también me gusta que no tengan acotaciones. Se distingue bien a los personajes al ser solo dos. Sin embargo, recortaría algunas preguntas y respuestas para que no se diluyera la narración, dejando las más interesantes... si no, corres un poco el riesgo de que la conversación se banalice. Y por último, tienes que dar un repasillo de ortografía: he visto un par de ellas (que recuerde, un "ti" acentuado, y ese "bah" inicial que es un "va").
Por cierto, a mi mujer le encantaría la historia. Yo la llamo Lur.
Por cierto, a mi mujer le encantaría la historia. Yo la llamo Lur.
- Mister_Sogad
- Tigretón
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- Ubicación: Perdido en mis pensamientos
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
lucia escribió:Ya sabes que me gusta bastante como escribes
Y no avises si escribes algo, que sea sorpresa
¡Gracias por leerlo! Uy, voy a arreglar esos dos fallos ahora mismo.Isma escribió:Me ha gustado. Me parece una buena idea y bastante simpática. Que sea todo diálogos está muy bien, y también me gusta que no tengan acotaciones. Se distingue bien a los personajes al ser solo dos. Sin embargo, recortaría algunas preguntas y respuestas para que no se diluyera la narración, dejando las más interesantes... si no, corres un poco el riesgo de que la conversación se banalice. Y por último, tienes que dar un repasillo de ortografía: he visto un par de ellas (que recuerde, un "ti" acentuado, y ese "bah" inicial que es un "va").
Por cierto, a mi mujer le encantaría la historia. Yo la llamo Lur.
- jilguero
- Vivo aquí
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- Registrado: 05 Abr 2010 21:35
- Ubicación: En las ramas del jacarandá...
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Un felino me ha dicho que esto puede ser adecuado para la niña del sombrero , con lo cual planto bandera.
¿Qué me está pasando? Las cavilaciones de Juan Mute
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)
- joserc
- GANADOR del IV Concurso de relatos
- Mensajes: 1493
- Registrado: 17 Ago 2006 13:52
- Ubicación: Madrid
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Acabo de encontrármelo y te lo he leído, Mister.
No está mal. Solo tengo un comentario que hacerte: las frases de los diálogos me parecen demasiado cortas. Es un hablar casi telegráfico la mayor parte del tiempo. Quizá tu intención era acercarte al comportamiento de un niño, a su forma de hablar, pero me han sonado así.
No está mal. Solo tengo un comentario que hacerte: las frases de los diálogos me parecen demasiado cortas. Es un hablar casi telegráfico la mayor parte del tiempo. Quizá tu intención era acercarte al comportamiento de un niño, a su forma de hablar, pero me han sonado así.
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- jilguero
- Vivo aquí
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- Registrado: 05 Abr 2010 21:35
- Ubicación: En las ramas del jacarandá...
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Anoche me pudo la curiosidad y le eché un vistazo como adulta, pero quiero leerlo como niña del sombrero que es lo suyo. Eso que comentas de los diálogos, Joserc, me da que él ha querido "imitar" algunos diálogos de Alicia, de hecho nombra el libro, (hablo casi de oídas porque os tengo que confesar que nunca me he leído ese libro entero, si bien lo tengo en lector como asignatura pendiente ).joserc escribió:Acabo de encontrármelo y te lo he leído, Mister.
No está mal. Solo tengo un comentario que hacerte: las frases de los diálogos me parecen demasiado cortas. Es un hablar casi telegráfico la mayor parte del tiempo. Quizá tu intención era acercarte al comportamiento de un niño, a su forma de hablar, pero me han sonado así.
De momento, Tigre, decirte que la situación que planteas, la esencia del relato me ha encantado.
Me da que a la niña del sombrero le va a gustar también mucho. Como adulta, ya te haré comentario más en profundidad, con las luces (muchas) y las sombras (pocas) que le veo.
Última edición por jilguero el 18 Dic 2015 09:15, editado 1 vez en total.
¿Qué me está pasando? Las cavilaciones de Juan Mute
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)
Re: La luciérnaga tragona (Cuento)
Planto banderita para leerlo, tigrecillo.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...